Le ganó a su secretario adjunto, Héctor Saavedra, en una elección donde solo votó el 30 % del padrón.
Sábado 24 de septiembre de 2016
Durante el 19, 20 y 21 de septiembre se desarrollaron las elecciones de la seccional cordobesa de la Unión de Obreros Metalúrgicos (UOM), en la cual el actual secretario general (ahora reelecto), Rubén Urbano, se impuso con 1.912 votos sobre el anterior secretario adjunto y opositor Héctor Saavedra, que cosechó 1.015 votos.
Teniendo en cuenta que, de un padrón de 9.000 agremiados, poco más de 7.000 obreros no votaron a la actual conducción, podemos afirmar que la victoria de la agrupación Eva Perón (que representa Urbano) es bastante frágil, con una gran pasividad y descontento de las bases que durante estos cuatro años lejos estuvieron de obtener conquistas reales. También hay que afirmar que la campaña de la lista opositora (la Vandor) tampoco “enamoró” lo suficiente como para generar entusiasmo por un “cambio” que empujara a votar con mayor masividad e incluso torcerle el brazo a la conducción.
Esto sucedió claramente porque ninguna de las dos listas propuso (ni quiso realmente hacerlo) un cambio significativo y progresivo para el conjunto de la base de los obreros metalúrgicos, como mencionamos hace unos días.
En algunos lugares de trabajo directamente no llegaron urnas, en otros sólo hubo un día de las elecciones, obligando a quien no haya podido votar en su lugar de trabajo a ir hasta la sede del gremio. Además, a la escasa participación de los trabajadores agremiados hay que sumarle la enorme cantidad de obreros que no tuvieron la posibilidad de votar por ser contratados o estar en negro.
Es por este motivo que la elección no muestra una fortaleza de la conducción reelecta. Si bien la diferencia entre una y otra lista es de 900 votos, el desprestigio que asoma en el bajo caudal de votos es una mala nota para los planes de ajustes de las patronales que cuentan con el favor de la actual conducción entregadora.
Mientras muchos obreros metalúrgicos empezamos a ver que en la organización desde las bases está nuestra propia fortaleza, otros muestran, de forma pasiva aun, que esta elección sindical nada tuvo que ver con nuestras necesidades. Ambos postulantes están alejados desde hace años de los trabajadores y viven una vida de lujos, mientras los metalúrgicos hacemos malabares para llegar a fin de mes o quedamos en la calle con despidos y suspensiones. Es en estos compañeros donde debemos encontrar nuestras propias fuerzas para resistir los ataques patronales que ya amenazan con despidos cuando dicen que el 25 % de los trabajadores de esa rama “sobramos”.