Martes 12 de enero de 2021
A los compañerxs de la Organización Socialista en Costa Rica:
Comienzo a escribir estas líneas justo un día después de que la ultraderecha gringa, auspiciada espiritualmente por Trump, se tomara el edificio del Congreso en Washington. Debo confesar que en algunos de mis sueños más salvajes me he imaginado haciendo exactamente lo mismo. Es de verdad una ironía que haya sido el enemigo político quién haya tomado la iniciativa. Por ahí escuché que el Congreso de los Estados Unidos no ha sido invadido por algo así como doscientos años, este hecho en sí mismo simboliza la excepcionalidad de los tiempos que vivimos.
Es claro que hay movimientos tectónicos ocurriendo en el Estado-Nación que ha sido el eje del orden capitalista mundial al menos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos es también la mayor economía que ha conocido la historia y posee el ejército más poderoso y global, con al menos 800 bases militares distribuidas alrededor de la Tierra. Sin embargo, y esto me imagino no es una sorpresa para nadie, es una sociedad podrida desde adentro, con barbáricas desigualdades sociales y con un sistema de castas basado en nociones racistas con respecto a los orígenes étnicos y el color de piel. Acá, en California, la riqueza más espléndida, donde alquilar un apartamento de un dormitorio puede costar 3000 dólares al mes, convive diariamente con la pobreza más abyecta donde miles de personas viven, duermen y mueren en las calles.
Este verano pasado, todos fuimos testigos, y algunos tuvimos la oportunidad de participar, del movimiento de protesta más importante desde el periodo de lucha por los Derechos Civiles de las décadas del 60 y 70. Realmente hay un surgimiento de una nueva izquierda multi-racial, joven, multi-género que comienza a cuestionar toda la narrativa alrededor del excepcionalismo estadounidense y que comienza a ver la realidad tal cuál es, atravesando así con la mirada los espejismos de la ideología, de la educación y de la normalidad. Tuve el honor de poder participar de este movimiento en la ciudad de Oakland, cuna de las Panteras Negras, aunque huérfano políticamente porque mi organización hizo implosión luego de una lucha intestina. Si algo puedo extraer en concreto de mis experiencias de este último verano, es la necesidad de construir una organización compacta de militantes que puedan intervenir desde adentro de estos movimientos e impulsarlos lo más lejos posible en una dirección revolucionaria. Es una tarea enorme, pero es la única tarea política por delante.
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En términos generales, y ahora con respecto a Costa Rica, concuerdo con la mayoría de los puntos expresados en el documento de Tesis sobre la Situación Política Nacional. Desde la distancia, veo un gobierno débil, tratando medio inútilmente de balancear intereses contradictorios, ahogado con unas finanzas públicas que son un desastre, y que no concibe ninguna otra opción más que descargar el peso de la crisis en los hombros de lxs que trabajan. Es decir, más ajuste, más pobreza, más servilismo. La luz de esperanza claramente está en las movilizaciones que han sacudido al país en los últimos años, es dentro de esta sopa efervescente donde lxs socialistas deben saltar de cuerpo entero y hacer un esfuerzo consciente y estratégico por construir su propia organización. Esta construcción debe ser vista como un paso en dirección a formas cada vez más complejas de organización y eventualmente a la consolidación de un partido de masas de combate que permita disputar la hegemonía política en el país.
Espero que esta Conferencia que ahora ustedes inician sirva como insumo para lograr estos objetivos de siempre.
En solidaridad,
Genaro Belano.
