En medio de una inédita crisis política e institucional, proliferan luchas de trabajadores. Para aprovechar las grietas en las alturas y las fuerzas de los de abajo, necesitamos un partido de las y los trabajadores.
Lunes 28 de diciembre de 2020 00:39
El gobierno de Perotti enfrenta una crisis política por el escándalo del juego clandestino que involucra al senador Armando Traferri, principal referente del espacio al que pertenece la vicegobernadora Alejandra Rodenas y que ya tiene al ex fiscal regional de Rosario Patricio Serjal y al ex fiscal Ponce Asahad tras las rejas. Con la resolución del Senado de proteger a Traferri ante el pedido de desafuero, los partidos tradicionales no solo muestran representar a los empresarios en general, sino lo que es por todos sabido en Santa Fe, que amparan el gran delito.
Por otro lado, empiezan a expresarse luchas de trabajadores de distintos sectores que cuestionan lo que hasta ahora parecía tan normal y aceptado: la crisis, el ajuste y la precarización laboral.
Progresistas y peronistas en el mismo lodo: el pacto en el senado
La crisis del gobierno se agrava cada vez más como consecuencia de un sistema corrupto al servicio de los agronegocios, el narcotráfico, el juego clandestino y otros delitos. Que se haya partido el bloque de senadores del oficialismo entre perottistas y los fieles de Traferri es la menor de las consecuencias. Con él caería también la vicegobernadora Rodenas, una crisis de gobierno mayúscula. El régimen político se cuida a sí: la decisión de no desaforar a Traferri es la coronación de un pacto de impunidad entre progresistas y peronistas. Entre gitanos no se andan tirando las cartas.
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Traferri es, hasta el momento, una de las mayores expresiones del involucramiento de la política en general, y del peronismo en particular, con sus punteros, sus comisarios y colaboradores en la actividad ilegal. Todo el cordón de San Lorenzo fue objeto de diversos escándalos que rozaban al poder peronista como el encarcelamiento de Herme Juárez, el líder del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos quien ya se encuentra en libertad, por conducir una “asociación ilícita”. Es la misma localidad donde desapareció Paula Perassi con la complicidad de empresarios, policía, la justicia y el poder político.
En el Senado santafesino los 19 legisladores reforzaron su poder material durante la administración de Antonio Bonfatti, del Frente Progresista, cuando se avaló que cada senador maneje un presupuesto millonario de 200 millones de pesos con ningún control.
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El anterior gobierno del Frente Progresista avaló los pliegos de los fiscales Ponce Asahad y Serjal. Policías cercanos al ex ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro, como el ex jefe de Contrainteligencia Druetta, están imputados por narcotráfico y no se puede olvidar al ex jefe de policía Tognoli, detenido por ser partícipe del negocio del narcotráfico. El macrismo con Cambiemos mal puede mostrarse como ajeno a esto, ya que son los que trajeron fuerzas federales que, para variar, también se vieron involucradas en el narco.
Una Justicia que también está podrida
La casta judicial es el poder más antidemocrático que existe. Nadie los elige y tienen múltiples privilegios, entre ellos, sueldos siderales que no pagan impuesto a las ganancias. Actúan como chacales frente a los trabajadores como se vio en el conflicto de Electrolux al que trataron, sin éxito, de judicializar. Por eso desde la izquierda planteamos terminar con esa casta judicial corrupta, antipopular y privilegiada, impulsado la elección directa de los jueces y fiscales, que sus cargos sean revocables, que los juicios sean por jurado popular y que todos los funcionarios públicos ganen como directoras de escuelas.
Otra Santa Fe emerge desde abajo
Durante el 2020 hemos visto en la provincia numerosas luchas de sectores trabajadores y juveniles de los más variados: sectores estratégicos y sindicalizados; precarizados o de servicios con mucha juventud; peleas por la tierra y vivienda digna; la lucha ambiental y del movimiento de mujeres por el derecho al aborto, entre otras luchas por salario y derechos laborales o contra la precarización. En todos ellos, La Izquierda Diario cumplió un rol importante para expresar sus peleas, darle voz a sus protagonistas y contrarrestar las campañas patronales que proliferan en los grandes medios de comunicación que están a su servicio. Es una herramienta para organizar a los trabajadores.
Entre los sectores estratégicos, la pelea de los aceiteros ya va por la tercera semana de paro en los puertos de todo el cordón sur de la provincia, que se encuentran frenados por un paro en simultáneo por salarios de la Federación Aceitera, del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de San Lorenzo y de los recibidores de granos nucleados en URGARA.
Las empresas más ganadoras del país, las que especulan para devaluar los sueldos de todos los trabajadores, las que en sus plantas los accidentes laborales pasan uno detrás del otro, fueron mimadas por todos los gobiernos, y en especial el de Fernández y Perotti, que logró torcer la balanza a favor de Vicentin junto a la justicia que cuidó también las espaldas del directorio que estafó al Banco Nación junto al gobierno de Macri. Ahora son desafiadas por los aceiteros que muestran su poder de fuego para controlar el sector más estratégico de la economía argentina. Se está jugando un gran conflicto testigo, en la principal rama de la economía regional.
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En el 2020 empezó a surgir, con los primeros pasos de organización y peleas, una juventud trabajadora precarizada e informal. Un ejemplo y caso testigo en Rosario es la pelea contra el lock out patronal en Hey Latam, que se autoorganizan en asambleas, que vienen de hacer una gran movilización, que pusieron en pie de una Coordinadora intercall center junto a laburantes de Easy Call, Budget, Konecta y otros sectores, para enfrentar los ataques de los empresarios, exigiendo que se ponga al frente un sindicato que muchas veces mira para el costado y que esta semana buscó que levanten la medida que llevan adelante, el bloqueo a la puerta de la empresa, que era lo que pedía la patronal. Ahora impulsan un fondo de lucha para sostener la pelea y el Gobierno Provincial, con Sukerman como Ministro de Trabajo, avala que la patronal viole las leyes laborales mientras la juventud precarizada y sus familias pasan las fiestas en la calle.
Buscan juntar fuerzas para imponer un paro regional del sector, y por eso llegaron a marchar hasta la puerta del Sindicato de Comercio recientemente, exigiendo a sus dirigentes que se pongan al frente de esa medida. Son jóvenes sin experiencias previas de organización, de lucha y que hoy sacan conclusiones valiosas de que hay que enfrentar el ajuste en las calles porque si no lo que se viene es mayor precarización. Ahí madura el futuro de una juventud combativa para las peleas que se vienen.
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Otro sector estratégico de los servicios que peleó durante este año fueron las y los choferes de la UTA que protagonizaron un paro histórico. “Marchamos contra nuestro gobierno” decían algunos y quedó claro que la salida es poner su propia fuerza en las calles para frenar los ataques. No todas las medidas de fuerza las propusieron los dirigentes, algunas las impusieron los trabajadores y su bronca desde abajo al ver la pasividad ante la falta de respuesta y que jueguen con sus salarios. En la bronca de los trabajadores y usuarios anida la pelea por una salida a la crisis que sea favorable a los sectores populares, no a los grandes empresarios defendidos por Gobiernos peronistas, macristas y del Frente Progresista. Si no pueden garantizar los sueldos, hay que estatizar el sistema público de transporte urbano bajo control de trabajadores y usuarios.
Mientras tanto, con la pandemia se agravaron las condiciones de vida de miles de personas, en Santa Fe la desocupación trepó al 13,1% y se asemejan a los índices vistos en el 2002. Los sectores más precarios de la clase trabajadora fueron de los primeros en sentir el golpe. Así como la pelea de Guernica fue el faro de muchas familias que salieron a pelear por techo y trabajo, en Rosario las familias de Magaldi, La Cariñosa y de Tío Rolo pelean contra el desalojo en una ciudad que tiene altos índices de déficit habitacional al tiempo que 80000 viviendas están vacías y siempre está en punta la especulación inmobiliaria, favorecida desde el Municipio y el Concejo Municipal.
A los conflictos en curso se suman otros como la marcha de los metalúrgicos autoconvocados de Gálvez, los trabajadores de la salud y los procesos de asamblea de PAMI, las y los trabajadores de la cultura, precarizados de distintas dependencias de la Municipalidad y la Provincia o los trabajadores estatales que desde el día uno de gestión de Perotti vienen sufriendo el ataque en sus salarios, como los docentes reemplazantes que se quedaron sin salario y sin obra social.
A esta juventud precarizada e informal es la que apuesta a organizar La Red, como parte de una institución amplia de esos jóvenes que empiezan a dar los primeros pasos en estas luchas y que llevan su solidaridad a los distintos conflictos en curso como el de la UTA, a los que se amenaza con un brutal ataque de recortes, aceiteros y la pelea por tierra para vivir.
A la par de estas peleas los sindicatos mayoritarios mantienen la paz de los cementerios. La CGT y los sindicatos peronistas, paralizados, deben salir de la inactividad y convocar urgentemente a un paro con movilización para que triunfe la huelga aceitera, el conflicto más importante del país, además de los choferes y las y los jóvenes de Hey Latam.
Sindicatos como Amsafe Rosario o Aceiteros, que está al frente de esa enorme lucha, tienen la fuerza para ponerse a la cabeza de exigir a las centrales y sindicatos ese paro provincial para que triunfen todas las luchas y marchar para golpear juntos.
Santa Fe es un laboratorio de nuevos fenómenos de trabajadores en una provincia donde el gobierno está siendo golpeado por una crisis institucional sin precedentes. Esto sólo amerita meterse de lleno para acompañar esas peleas y organizar decididamente a los mejores luchadores.
Comienza la unidad de los sindicatos que empiezan a coordinar de manera inédita como hasta entonces para derrotar a los poderosos monopolios con los sindicatos aceiteros y portuarios. Por abajo emergen nuevas instituciones del precariado como la coordinadora de los call centers en lucha. En las tomas de tierra como Magaldi la asamblea se convierte en el órgano de decisión de los y las vecinas. Son los primeros pasos de la actividad de una misma clase que comienza, lentamente, a hacer sus primeros ejercicios. La tarea de la izquierda, además de desarrollar las tendencias a la organización democrática, es pelear por la más férrea unidad desde abajo para lo que se viene. Mientras que las opciones políticas de la centroizquierda en la región, como el Frente Social y Popular y Ciudad Futura, se han incorporado a los gobiernos integrándose a este régimen.
La salida a lo que se viene empieza uniendo a las luchas en curso, coordinando para juntar la bronca y el empuje de los trabajadores precarios, de los sin techo, de la juventud de los call center, junto a la fuerza de los aceiteros, de los trabajadores de la UTA, de las mujeres y disidencias que pelean por el derecho al aborto legal y de todos los que salen a la calle con un gran paro para enfrentar el ajuste del gobierno de Fernández y de Perotti que están decididos a hacer un país a la medida del FMI.
En las antípodas el PTS como parte del Frente de Izquierda Unidad está presente en cada lucha, y apuesta a organizar a las mujeres, la juventud y los trabajadores que con su experiencia vienen sacando conclusiones de que es necesario poner en pie una fuerza social en la región, y fortalecer una izquierda clasista en la provincia. Un partido con peso en los sectores claves de la región, pero también en los concejos y legislaturas para llegar fuertes cuando Santa Fe recupere la senda de los Rosariazos y Villazos.
Como salida a la crisis hay que impulsar un programa de fondo que plantee nacionalizar los puertos, los bancos y las cerealeras bajo control de sus trabajadores. Con esto se puede lograr un plan de obras públicas y que haya vivienda para todos, estatizando además el banco de Santa Fe para dar créditos baratos a los trabajadores, comerciantes y pequeños productores que lo necesiten.
Para defender los salarios y los puestos de trabajo, atacando la precarización laboral, hay que reducir las horas de trabajo y repartirla entre todas las manos disponibles, sin rebajas del sueldo. Estas son algunas de las medidas que serán necesarias imponer con la movilización para enfrentar la crisis y que esta vez no la paguen los trabajadores.