Decenas de personas, familiares, vecinos, amigos, y diversas organizaciones de mujeres, LGTBI, sociales y políticas se organizan para exigir justicia y que liberen a Analía de Jesús.
Martes 3 de enero de 2017 14:14
Analía de Jesús sigue presa. Fue salvajemente atacada el 16 de octubre del 2016. En el forcejeo por cuidar su vida, ella se defendió y uno de sus agresores murió en el instante. Otro de los atacantes radicó una denuncia en San Miguel y la causa fue caratulada como homicidio, dejando la defensa propia de lado.
La mesa compuesta por familiares, vecinos, amigos, y diversas organizaciones de mujeres, LGTBI, sociales y políticas en las que se encontraban Pan y Rosas, Folk, Defensoría LGTB, La Cámpora, Diversidad del municipio de Hurlingham, Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA), Tortas de barrio, Inclusión del municipio de hurlingham, MST/juntas y a la izquierda, Federación Argentina LGBT, Las fulanas y Defensorías de género.
En este primer encuentro definió visualizar la historia de Analía de Jesús, ya sea compartiendo en la página de Facebook Justicia por Higui- Analía de Jesús, haciendo volanteadas y afiches o en los medios de comunicación.
La familia seguirá con los reclamos correspondientes a la Fiscalía Descentralizada de Malvinas Argentinas, e intentar hablar con el abogado de oficio que le otorgó el Estado o en su defecto con el fiscal de la causa, para tener una respuesta clara.
La familia esta considerando las distintas opciones que se han ofrecido de abogados para patrocinar a Analia de Jesus ya que no cuentan con recursos económicos para costearlo y el de oficio aun no empezó a trabajar en el caso.
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En 2015 hubo 235 mujeres asesinadas en el país por el hecho de ser mujeres, según el Registro Nacional de Femicidios que elabora la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
La violencia contra las mujeres y el colectivo LGTB es estructural en las sociedades patriarcales, es legitimada, reproducida y justificada por los gobiernos, la justicia, la Iglesia, los medios de comunicación.
Es menester repudiar este caso y organizarse para salir a las calles, como fue este año con el #NiUnaMenos, cuyo grito sonò bien fuerte y demostró que las mujeres no son víctimas sino sujetos que van a defenderse.