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Red Internacional
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Internacional. Se encontró fosa común con 8 mil cuerpos asesinados por el régimen de Iósif Stalin

El nuevo hallazgo de la fosa común con cuerpos de asesinados durante el régimen de Stalin en Ucrania no se trata de otra cosa que el recordatorio de todo lo que está mal con un régimen totalitario. No se trata de crímenes cometidos por bolcheviques, sino de la purga estalinista para concentrar el poder y contrario a los principios socialistas.

Sábado 28 de agosto de 2021

Investigadores encontraron en Ucrania, una de las fosas más grandes en el país de la era de Stalin. Son entre 5.000 y 8.000 personas que fueron halladas en 29 fosas en Odessa a raíz de la expansión de un aeropuerto. Los restos se tratarían de miles de ucranianos asesinados durante el gobierno de Stalin entre 1927-1953, asesinados por la policía secreta.

Aún se continúa investigando si hay más cuerpos enterrados, puesto que las excavaciones no han terminado. Esto viene a sumar las cifras de víctimas del traidor de la Revolución Rusa. En Ucrania, en la localidad de Kiev se estima que fueron sepultados más de 200 mil prisioneros previamente ejecutados. N la década del 30, Ucrania vivió una purga interna, además del reemplazo de los cargos de gobierno por rusos, además de la imposición del idioma, que también avanzó en Polonia, Georgia, Armenia, Azerbaiyán, Lituania y Bielorrusia entre otros.

El régimen de Stalin persiguió a bolcheviques, judíos y distintas etnias por sospechas de colaboración con alemanes en vísperas de la II Guerra Mundial, instalando un gobierno del terror con el cual se aprovechó para eliminar a quienes se le opusieron.

¿Quién era Stalin?

Stalin es un burócrata que concentró en sus manos el poder del Estado obrero en Rusia tras la muerte de Lenin de 1927-1953. Hizo una larga lista de opositores que eran antiguos miembros del Comité Central, mandando a ejecutarlos por “traición”. Asimismo, mandó a asesinar al líder del Ejército Rojo, León Trotsky que denunciaba públicamente el desvío de los principios revolucionarios.

Stalin fue el promotor de la teoría de “socialismo en un solo país”, dejando atrás el programa de la revolución obrera internacional, y lo que implicó el establecimiento de alianzas con sectores de la burguesía nacional, consolidándose en el poder a punta de medidas autoritarias e impidiendo la democracia obrera e impulsando políticas conservadoras y reaccionarias (como el retorno de la mujer a su rol de madre y esposa).

Su hija, Svetlana Iósifovna Allilúieva, relata: "En la familia en la que nací y crecí nada era normal, todo era opresivo, y el suicidio de mi madre fue el testimonio más elocuente de la desesperanza de la situación. Los muros del Kremlin a mi alrededor, la policía secreta en la casa, en la cocina, en la escuela. Y encima de todo un hombre gastado y terco, aislado de sus antiguos colegas, sus viejos amigos, de todos los que le habían sido cercanos, de hecho de todo el mundo, que con sus cómplices había convertido el país en una cárcel en la que todo el que tuviera una pizca de espíritu y mente estaba siendo extinguido; un hombre que despertaba miedo y odio en millones de hombres: ése era mi padre…”

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E. Artés: El candidato que reivindica a Stalin y a Kim Jong Un

La influencia del Stalin a los partidos comunistas a nivel internacional trae por resultado una incongruencia con los principios que reivindican los marxistas. Así, encontramos a corrientes como a la que pertenece el candidato presidencial de Unión Patriótica (UPA), Eduardo Artés, quien reivindica la figura de Stalin como un “tremendo marxista-leninista” y lo caricaturiza como la continuidad del líder de la Revolución de octubre en Rusia, Vladimir Lenin, el mismo que, antes de su muerte, intentó advertir de los peligros que significaba la presencia de Stalin y recomendaba desplazarlo de la secretaría general del partido por su burocratismo (1922) y que precisamente lo aleja del bolchevismo que encarnaba Lenin.

Junto a la reivindicación de esta controvertida figura, Artés también admira al régimen de Corea del Norte, calificándolo como “una democracia popular” (2017) y justificando la inexistencia de oposición. Guarda absoluto silencio para no denunciar que el régimen tiene un sistema político basado en el culto del líder, acompañado de represión permanente a las libertades democráticas y que además amenaza, junto a Estados Unidos, la detonación de guerras termonucleares.