El representante de Estado del gobierno de EE.UU, Tillerson, en su visita a Perú, agradeció a Pedro Pablo Kuczynski por su rol contra el gobierno de Maduro y consolidó acuerdos de “cooperación militar” en suelo peruano.
Miércoles 7 de febrero de 2018 10:45
El martes 6 de febrero, el secretario de Estado de los EEUU, Rex Tillerson, visitó el Perú y se entrevistó con el presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK). Esta visita de uno de los representantes del gobierno de Donald Trump, se da en el marco de los preparativos de la Cumbre de las Américas y de la consolidación de las políticas injerencistas del imperialismo norteamericano en esta parte del mundo, la cual, entre otras cosas, busca terminar de asfixiar al gobierno de Venezuela.
La visita de Tillerson al Perú, llega en momentos en que el gobierno de Kuczynski atraviesa una de sus más severas crisis, la cual ha sido acicateada por las denuncias de corrupción que comprometen al mandatario cuando este se desempeñaba como ministro del ex presidente Alejandro Toledo y por haber indultado al ex dictador Alberto Fujimori. Estos elementos han llevado a que se den masivas movilizaciones en casi todo el país y que se vuelva a poner en agenda del congreso de la República, la posibilidad de aprobar la vacancia (cese) del presidente peruano.
Por esa razón, PPK, ha tratado de aprovechar al máximo la visita del secretario de Estado norteamericano, mostrando ante la opinión pública y ante sus enemigos políticos que aun goza del apoyo de los EEUU. Para lo cual no ha dudado en aceptar con los brazos abiertos la cooperación militar ofrecida por el gobierno norteamericano, a cambio de convertirse en uno de los sostenes regionales de la política pro golpista que viene ensayando los EEUU en Venezuela. El apoyo militar de los EEUU al Perú, se sostiene en el supuesto combate al narco tráfico, para ello se establecen bases militares en zonas consideradas de alta producción y distribución de drogas, violentando así la soberanía nacional.
El apoyo y sometimiento del actual gobierno peruano al gobierno de los EEUU, no es nuevo, sino más bien se da desde cuando Kuczynski asumió su mandato. A ello se debe la constitución del denominado grupo de Lima compuesto por 12 países de la región formando un rejunte de gobiernos conservadores – algunos de ellos golpistas como el de Temer en Brasil, y que ha tenido por objetivo ser la correa de trasmisión de la política yanqui en el continente, por eso han centrado su actuación en debilitar al gobierno venezolano. El rol jugado por PPK en esta tarea, fue reconocido públicamente por Tillerson el pasado martes, quien expreso: "Los Estados Unidos agradecen profundamente el liderazgo del Perú en la región, sobre todo en el trabajo del Grupo de Lima, para abordar la destrucción terrible que existe en este momento en la democracia venezolana. Nosotros (PPK y yo NdR) intercambiamos ideas sobre qué es lo que podemos hacer para lograr que Venezuela vuelva a su ruta".
Cabe mencionar que, el gobierno peruano también cumplió su papel de caja de resonancia de los intereses norteamericanos cuando expulsó del país a los diplomáticos de Corea del Norte a fines del año pasado, luego de que EEUU acusó a este país asiático de promover prácticas nucleares. Esto también fue reconocido por el Tillerson en su visita a Lima: "agradecemos el apoyo que el Perú le ha dado a los EE.UU. y a la comunidad internacional al hacer retroceder los programas de Corea del Norte respecto a los misiles balísticos y al retorno de sus diplomáticos a su país", dijo.
De esta manera, el alicaído gobierno de PPK recibe un espaldarazo de su socio del norte, así como hace unos días lo recibió del papa Bergoglio. Vamos a ver cuánto le dura este balón de oxígeno al presidente peruano, sobre todo si tomamos en cuenta que ya se aprobó que el 28 de febrero próximo se llevarán a cabo las declaraciones del colaborador eficaz Jorge Barata, las cuales – a decir de los especialistas – terminarán por comprometer aún más a Kuczynski con los negocios de la empresa brasileña Odebrecht.
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