El STUNAM ha planteado un aumento salarial del 20% para el periodo 2022-2024. La autoridad universitaria se muestra intransigente y no ha hecho propuesta de incremento. En el Congreso se decide el presupuesto educativo. Es urgente hacer oír la voz de los trabajadores, preparar la huelga y establecer lazos de solidaridad con estudiantes y trabajadores de la educación.
Martes 25 de octubre de 2022
El pasado 17 de octubre se retomaron las mesas de diálogo entre las autoridades universitarias y el Comité Ejecutivo y comisión revisora del STUNAM para la revisión salarial y del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) del sindicato. En estas mesas la autoridad ha demostrado una enorme intransigencia frente a los reclamos por violaciones al CCT en múltiples dependencias.
Además, se han negado a presentar una propuesta en respuesta al STUNAM que exige un aumento salarial del 20%. Las autoridades universitarias dicen esperar los resultados de la asignación del presupuesto para el sector educativo en el Congreso.
¿Dónde se decidirá el aumento salarial en la UNAM?
Con esto, demuestran las autoridades su verdadera cara ante la negociación, y su negativa en los hechos a reorganizar la forma en que se distribuye actualmente el presupuesto de la UNAM. Sobre todo, aquel rubro destinado a los enormes sueldos y prestaciones que reciben los altos funcionarios, tanto de la administración central como de las distintas dependencias de la UNAM.
Poner sobre la mesa la asignación del presupuesto universitario, implicaría poner en cuestión los intereses y privilegios de aquellos personajes que se enriquecen a costa del dinero que debería servir para garantizar y ampliar el acceso a la educación gratuita a cientos de miles de jóvenes cada año, así como sueldos y condiciones dignas de trabajo a miles de docentes que dan vida a la universidad. Por ello, las autoridades no quieren discutir ese tema tan importante para la comunidad universitaria.
Desgraciadamente el sindicato cede a esta política de las autoridades de la UNAM quienes dedican la mayor parte del presupuesto para mantenerse como casta dorada y, de esta manera, ubicarse por encima del conjunto de los trabajadores de la UNAM, administrativos y académicos. Por eso las autoridades responden de manera reaccionaria a cualquier crítica que cuestione y atente contra sus privilegios.Es evidente que el discurso de la 4T de acabar con los privilegios, no se dirige a esta casta dorada.
Por esto, la política del Comité Ejecutivo no sólo es insuficiente, sino que, al limitarse a aceptar año con año las negociaciones, impuestas por la cerrazón de la patronal, termina preservando y fortaleciendo a la autoridades en detrimento de los trabajadores. Por otro lado, deposita las esperanzas de incremento salarial en peticiones impotentes al Congreso De la Unión, y no de una política que dote a las y los trabajadores de la UNAM de la fuerza necesaria para imponer sus demandas, apoyándose en el sector educativo en su conjunto. De esta manera podrían recurrir a la huelga, como herramienta de lucha efectiva.
Hagamos valer la voz de los trabajadores: sostengamos la exigencia de 20% de aumento
Ante esta postura de Rectoría, el Comité Ejecutivo del STUNAM, hoy encabezado por Carlos Hugo Morales, ha impulsado algunos mítines, como aquel realizado ante el Congreso, y la participación en el Parlamento abierto, para exigir un incremento del presupuesto destinado a la educación llegando hasta el 8% del PIB. También un mitin frente a rectoría y una próxima movilización del Monumento a la Revolución al Zócalo de la ciudad este próximo 25 de octubre a las 16 horas.
Pero estás medidas de movilización son insuficiente porque se a una petición de incremento al presupuesto educativo a un Congreso donde tiene mayoría el gobierno y sus aliados (impulsores de “la austeridad republicana”). Un gobierno y un Congreso que, pese a sus diferencias, votó por mayoría priorizar los recursos para el ejército y la Guardia Nacional. Es decir, la militarización, y que producto de su política de austeridad, ha sostenido la precarización de los trabajadores estatales y del sector educativo, agravando la crisis que viene de los gobiernos anteriores, como lo han denunciado miles de estudiantes en los últimos paros y movilizaciones de prepas, CCH´s, CECITS´s, en el IPN, la UNAM, la ENAH, la UNAM, Chapingo.
Así se demuestra también en la precarización que sufren los docentes de las universidades creadas por este mismo gobierno, como las Universidades para el Bienestar Benito Juárez, que comparten la inestabilidad y los bajos salarios de los docentes de la UNAM.
El sindicato espera respuesta del mismo gobierno que aprobó en mayo de este año un aumento salarial de 7.5% para los maestros de la SEP, incremento que ya fué rebasado por lo menos en más de 1% por la inflación en lo que va del año, sin considerar la pérdida del poder adquisitivo acumulada del 50%
Por ello es que consideramos que lo correcto es hacer oír la voz de los trabajadores, sostener el reclamo de aumento salarial del 20% (en el contexto de un fenómeno de inflación internacional; la situación post Covid-19, la guerra con su impacto al precio de los combustibles, los granos y alimentos, etc., que han deteriorado en mucho, el gasto familiar. Por eso es necesario un aumento salarial acorde a la canasta básica y a la inflación.
Para recuperar el poder adquisitivo del salario no será suficiente el tradicional aumento acordado entre el STUNAM y la UNAM; ni siquiera si alcanza el monto del 7 o el 8 %. Las probabilidades de que un aumento así quede rebasado pronto son muy elevadas.
Pero como decíamos, todo parece indicar que la dirección del STUNAM espera que la solución venga de arriba (un Congreso donde los partidos que lo componen no expresan los intereses de la clase trabajadora), en lugar de apostar a fortalecer la fuerza de sus trabajadores y en organizar la lucha con métodos de la clase trabajadora, como la movilización independiente en las calles y pidiendo la solidaridad del conjunto de los trabajadores del sector educativo del país para arrancarle nuestras nuestras demandas a las autoridades con huelga.
El Comité Ejecutivo sindical no ha impulsado ampliamente la discusión sobre la huelga, ni ha hecho esfuerzos por prepararla democráticamente en cada centro de trabajo, a pesar de la intransigencia de la rectoría, y que solo falta una semana para que venza el emplazamiento para huelga, el próximo 31 de octubre.
Esto corresponde a una política de negociación que desde 1988 se mantiene por la dirección del STUNAM, año en que se conjuró la última huelga en la máxima casa de estudios, y en donde subsecuentemente prevaleció un política de conciliación con la patronal que no impulsa discusiones y CGRs combativos, donde se discuta la mejor salida para arrancarle sus demanda a la patronal y recuperar el carácter de lucha que tenía nuestra organización sindical.
Lamentablemente, con esta política, el comité ejecutivo ha contenido las demandas de miles de trabajadoras y trabajadores, y ha sostenido falsamente que la huelga pone en riesgo el trabajo, y que es mejor negociar y aceptar las migajas que da la patronal. Es claro que, la realidad económica y laboral del Comité Ejecutivo y sus allegados, no es igual a la que enfrentan las y los miles de trabajadores de base del STUNAM que no llegan a fin de mes con el salario. y que se enfrentan a los atropellos de las autoridades cada día en sus dependencias.
En síntesis, es necesario hacer esfuerzos para preparar la huelga seriamente, de forma democrática y desde abajo, así como por confluir en la discusión, en la organización y la movilización, con los miles de estudiantes que hoy luchan por defender el derecho a la educación y con los trabajadores universitarios que pelean contra la precariedad laboral y por mejores condiciones de trabajo.
Preparemos la huelga en unidad con estudiantes y trabajadores del sector educativo
Una huelga del STUNAM hoy, por una justa exigencia de aumento salarial del 20 por ciento (pese a lo insuficiente de este porcentaje ante la inflación) sería muy potente, y podría contar con la solidaridad del amplio movimiento estudiantil que ha impulsado movilizaciones y paros tanto en la UNAM como el IPN y en otras universidades en defensa del derecho a la educación pública y gratuita, exigiendo mejores condiciones de trabajo para los docentes y terminar con los altos salarios de la burocracia dorada.
Pero no solo eso, el STUNAM también podría apostar a tejer alianzas con otros trabajadores del sector educativo y universitario que tradicionalmente esperan la revisión salarial de la UNAM para fijar postura y negociar con las universidades (el STUNAM es parte de varias federaciones sindicales que agrupan a sindicatos del sector educativo, por ejemplo), e incluso con aquellos ya están luchando por mejoras salariales, es el caso de el SUTIEMS, que también ha emplazado a huelga para mitad de noviembre. El STUNAM puede construir esta unidad con el sector educativo con el magisterio, las normales, las UBBJ, la ENAH, el IPN, las universidades públicas a nivel nacional. ¡Por presupuesto para la educación y no para los militares!