Kooza, termino sánscrito que significa Caja. Sin lugar a dudas este circo es una caja de sorpresas.
Miércoles 4 de mayo de 2016
Esperaba ansioso el día, quien podía imaginarlo, estar ahí en esa carpa azul y amarilla cargada de magia, era casi un sueño, algo que miraba por TV y lo creía casi inalcanzable, la alegría se apoderaba de mí. Llego el día, arribe temprano con una puntualidad extrema, deseoso de que comenzara, allí estaba, esperando que arranque la función, se apagaron las luces y por fin comenzó el tan anhelado show…
Lo que recibí y absorbí durante más de 2 horas en esa carpa, nunca antes lo había sentido. Vi artistas haciendo acrobacias totalmente riesgosas, saltos extremos, que me quitaban el aliento y a la vez brindaban una pequeña sensación de que eran inmortales, que no podían fallar. Otros derrochando belleza, habilidad, sincronización y trabajo en equipo de forma impecable. La fuerza humana broto hasta el límite, el desafió y la valentía convivieron en ese escenario. Cada pieza del espectáculo funciono con la más delicada precisión, una puesta en escena de excelencia, cada acto fue una sorpresa por descubrir. Anduve en una montaña rusa de sentimientos: desde el asombro, a la alegría, de la sorpresa, a la admiración, de la emoción hacia el temor de que algo pueda salir mal, pero son artistas que parecen haber alcanzado la perfección en lo suyo.
Cincuenta profesionales en el escenario acompañados por una banda musical en vivo que me hacía vibrar, por momentos sostuvo el espectáculo de fondo y por otros fue protagonista. Que decir de los colores, de los disfraces, del humo, de las luces, del vestuario, el sonido y la escenografía, un combo que transformó la realidad por un largo rato, estaba contemplado cada detalle minuciosamente. Los números de contorsionismo reflejaron la dedicación y constancia de los artistas, que hacen de su cuerpo un material flexible, elástico, dócil al deseo de quien provoca esos movimientos.
Llego el turno de los equilibristas, la concentración y la destreza se apropiaron del lugar, silencio… emoción… aplausos…magia, como es posible que un humano pueda hacer todo eso? Cada número merece su reconocimiento, los protagonistas hacen que su cuerpo funcione como una maquina perfecta, cada movimiento denota el trabajo y esfuerzo de los mismos. Las sensaciones que tuve ahí adentro fueron alimentadas por la compañía de otras 2 mil personas que me rodeaban, atentos a cada minuto que transcurre, expectante de cada sorpresa, se vivió el show intensamente, el público sentía una mezcla de admiración y éxtasis difícil de describir, expresándolo con ovación y oleadas de aplausos hasta que nos picaron las manos.
Pasan las horas y me pregunto si lo que vi, fue cierto, si fue real o fue un sueño.
Al finalizar el show me recorría una adrenalina que no podía controlar, euforia y una satisfacción plena. Pensé que sería maravilloso que todo el mundo pudiera disfrutar de tan impecable espectáculo, la mayoría del pueblo trabajador no cuentan con el estímulo ni el interés por este tipo de eventos, no disponemos de tiempos de ocio para recrearnos, tenemos extensas jornadas laborales y cuando contamos con algo de tiempo libre estamos bombardeados por la industria del entretenimiento: fútbol, Tinelli o chimentos. Esta industria oprime el interés por conocer otros espectáculos artísticos y no da herramientas para interpretarlos, la oferta queda limitada solo para gente con otro poder adquisitivo, que cuenta con ocio para conocer, inquietarse y para planear otros paseos, el límite no es solo el económico (aunque si son eventos nada baratos para las familias obreras) sino que además tenemos poco acceso a conocer de arte y a poder disfrutar, merecemos recibir estimulo, propaganda, educación e información sobre el amplio abanico artístico que hay..
La lucha por la igualdad es una necesidad si de querer vivir bien se trata. Directa o indirectamente nos perdemos hermosos aspectos de esta vida sin siquiera enterarnos..... Soy un fiel amigo y defensor del arte libre.