En la "progresista" provincia de Santa Fe de Miguel Lifschitz son varios los ataques a activistas u organizaciones sindicales. Las conducciones de los sindicatos y partidos opositores, lejos de ponerle un freno inmediato a esta situación, sueñan con un futuro mejor a partir de 2019, apoyados en las derrotas que se den en el 2018.
Martes 7 de agosto de 2018 22:54
Siguen sobrando los motivos, y las fuerzas también
Paradójicamente, luego de un gran paro nacional que el 25 de Junio paralizó casi en su totalidad la actividad en dependencias públicas y privadas, las noticias para los trabajadores no han sido lo que se dice “buenas”: el fin de la lucha en Cargill con todos los compañeros afuera; las empresas metalúrgicas amenazando con miles de despidos, amparadas en los fraudulentos preventivos de crisis (PPC); una explosión más en el cordón de San Lorenzo, que esta vez de casualidad no se cobró la vida de trabajadores; La Virginia ingresando ilegalmente la gendarmería para evitar que se realicen asambleas y el actual intento de desmantelar la Comisión Interna son algunos de los temas que recorrieron cada puesto de trabajo y los innumerables grupos de Whatsapp que usamos cotidianamente los obreros.
En una provincia donde el gobierno del Partido Socialista (PS) calca cada una de las políticas nacionales de Macri, o de Vidal en la provincia de Bs. As., - llámese tarifazo, militarización de los barrios, o dar vía libre para que las patronales hagan literalmente lo que quieran con los laburantes - el claro avance de los empresarios no es casualidad. Muestra que cada uno de los ataques está pensado de manera política, en un gran acuerdo para que la crisis que ellos mismos generaron la paguemos los trabajadores. En este sentido, el gobierno “socialista” de Lifschitz no solo avala suspensiones y bancos de horas (Electrolux, Bambi, GM), despidos masivos y acciones antisindicales (La Virginia, Cargill), y cierres de fábricas que dejan a centenares de familias en la calle (ArZinc,Vasalli, Dasa, Mefro Wills), sino que también ataca a los docentes y empleados públicos con persecución y salarios de miseria.
Los agrupamientos de gremios peronistas como el Movimiento Obrero Santafecino (MOS) y el Movimiento Sindical Rosarino (MSR), que engloban la mayoría de las seccionales de los sindicatos más importantes de la región, se limitaron a realizar un acto a media mañana del 25J, lejos de los piquetes que a la madrugada llevamos a cabo la izquierda y los trabajadores de algunas fábricas, que de esta forma hicimos efectivo el paro. Sin embargo, actúan de voceros acríticos de la defensa incondicional de las PyMEs (La Patria Negrera) que presionan cada vez más con la reforma laboral que les permita abaratar costos y explotarnos más.
Así como en las jornadas contra la reforma previsional de diciembre, el 25J demostramos una vez más que hay fuerzas suficientes para enfrentar el ajuste. La bronca de miles de trabajadores se manifestó a través de una medida que se hizo rogar demasiado y que los burócratas de la CGT lanzaron solo para descomprimir. Incluso en las fábricas y talleres de la UOM, donde ni siquiera hay representación y las condiciones son similares a la esclavitud, el paro se hizo sentir. Es de sentido práctico entender que si pegas una vez, tu oponente va a tratar de devolver el golpe y las patronales literalmente “salieron de punta”.
Desde el PTS y el Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC) que impulsamos, levantamos la exigencia de que se dé continuidad a la medida. Necesitamos con urgencia un verdadero plan de lucha, que se vote en asambleas en cada lugar de trabajo, llamando a la movilización del conjunto de los trabajadores para enfrentar el avance de las patronales y el ajuste.
El 2019 vs el día a día de los trabajadores
La estrategia del peronismo (sobre todo del kirchnerismo) ya es conocida: no armar demasiado lío para que el macrismo haga el trabajo sucio del ajuste y limar asperezas con todo el mundo, para que alguna variante del PJ asuma el poder en el 2019. Trasladada a la provincia de Santa Fe, explica el inmovilismo del MOS y el MSR que tranquilamente podrían llamar a un paro regional, sin necesidad de convocatorias nacionales. Lo mismo aplica para el sindicato docente de Amsafe, donde la Celeste provincial literalmente le perdona la vida a cada año al PS en las paritarias.
La mayoría de los sindicatos y partidos opositores, que se dicen independientes del PJ y de los K, terminan en el mismo lugar: se dejan encandilar con la luz de que hacia el final del mandato de Macri, las presidenciales son la oportunidad para enfrentarlo “todos juntos” en las urnas. Lo más combativo que se les ocurre hacer ahora es entonar las estrofas del himno conocido como el “Hit del Verano”, incluso junto al propio PS que ajusta en nuestra provincia.
El movimiento de mujeres viene avanzando como una verdadera marea, pero no empieza ni termina en la lucha por conquistar el aborto libre y gratuito. Existe un universo de demandas que las trabajadoras vienen poniendo sobre la mesa desde el “Ni una menos”. La CGT y el peronismo tradicional ya se pronunciaron en contra del derecho a decidir abrazados al Papa. La CTA Autónoma de Rosario (y en todo el país) podría garantizar la movilización de miles de docentes y estatales en las calles este 8 de Agosto, convocando a un paro. Sin embargo, elige enfrascarse en unas elecciones que van en contra de la lucha que dicen apoyar y del deseo de la mayoría de sus afiliadas que quieren que se vote la ley. La conquista de este derecho, en medio de tanto retroceso, fortalecería la pelea que viene dando de manera aislada la clase trabajadora y con la traba de las direcciones traidoras. El ejemplo de La Virginia (como el de varias fábricas) es muy interesante, ya que a pesar de que la patronal viene siendo pionera en cada uno de las etapas del ajuste, la mayoría abrumadora de operarias adhirieron al paro.
En Santa Fe, cada uno de los ataques empresariales tuvo su respuesta y sobran los ejemplos en donde los obreros estuvieron dispuestos a pelearla. Hay miles de pequeñas luchas cotidianas que se dan puertas para adentro en cada una de las fábricas y que no llegan a los diarios o a los portales. El triunfo de los mineros de Río Turbio nos da el aliento de que teniendo una política correcta de alianza con los sectores más oprimidos, unificando las luchas, y exigiendo a las direcciones sindicales salir a golpear juntos, se puede triunfar. De esta manera, lo están haciendo también los trabajadores del Astillero Río Santiago en Ensenada. Pero hay que tener en claro que con estas direcciones nos divide el sueño del 2019, donde ellos intentan que depositemos nuestra confianza nuevamente en alguna variante patronal que es cómplice, hoy en día, de Macri y que pretende continuar con el saqueo.
Desde El PTS creemos que no hay que perder ni un segundo para enfrentar el plan de las patronales, los gobiernos y el FMI. Hay que apostar a la organización desde abajo, uniendo al movimiento obrero con la lucha de las mujeres y la juventud, buscando construir una alternativa política desde la clase trabajadora independiente de toda variante empresarial y clerical. En esa perspectiva, nos encontramos ya mismo - y desde hace tiempo - apoyando y siendo parte de todas las luchas.