Publicamos a continuación para el interés de nuestras lectoras y lectores la opinión de Ángel Cappa, coautor del libro "Fútbol y política", exfutbolista y DT, exiliado durante la última dictadura militar en Argentina, sobre las recientes declaraciones de Juan Grabois.
Jueves 23 de enero 09:49
Unas recientes declaraciones de Juan Grabois en página 12, dan pie para hacer algunas reflexiones sobre el peronismo, Cristina Fernández, el sistema capitalista y la izquierda, entre otras cosas.
Sostiene Grabois que Alberto Fernández, Massa y Scioli “fueron paradigmáticos de la hipocresía.
De predicar una cosa y hacer otra”. Posiblemente se refiera que los 3 predicaban políticas populares o quizá peronistas, para después hacer lo contrario. Sin embargo, ninguno de los 3 podrían pasar por otra cosa que lo que fueron y son, es decir trepadores políticos que buscaron acomodo donde pudieran ser admitidos y desempeñar cargos importantes. Imposible confundirlos con militantes peronistas, ni aun de los más derechistas. Se los puede acusar de muchas cosas pero no de hipócritas, porque solo pudieron engañar a quienes quisieron ser engañados.
Sostiene Grabois que “Cristina es distinta”. Puede suponerse que quiere decir distinta de Alberto Fernández, Massa y Scioli. Bien, entonces tal vez nos pueda decir Grabois por qué los eligió como candidatos a presidente representando al peronismo, en distintas elecciones.
Sostiene Grabois que Cristina le dijo “cuando bajaron a Waldo, una frase que no me olvido: el sistema es muy poderoso”. Es decir Grabois revela que no fue Cristina quien designó a Massa, que fue “el sistema”. Podemos sospechar que cuando Grabois dice “el sistema” se refiere al capitalismo y más concretamente al poder económico, que es realmente quien toma las decisiones en esta democracia claramente insuficiente. Cristina había designado a Wado de Pedro, como siempre sin consultar a la militancia y menos a los votantes, verticalmente, y al día siguiente apareció Massa nombrado “por el sistema poderoso”.
En diferentes oportunidades Cristina ha defendido ese sistema “poderoso” que se llama capitalismo. Inclusive en cierta ocasión desafió a Macri a ver quién era más capitalista o mejor capitalista. Y en otra dijo que el capitalismo es más eficiente que el socialismo. No obstante cuando su hija tuvo un problema de salud, fue a Cuba a tratar de solucionarlo. No fue a ninguno de los países “más eficientes”. Y de ninguna manera al más eficiente del mundo, según su razonamiento, EEUU.
Admitiendo que ella no nombró a Massa, admite también someterse resignadamente al poderoso sistema, una vez más.
Sostiene Grabois en página 12 que “cuando ella gobernó, lo hizo para el pueblo”. Tal vez entienda Grabois que aceptar y legalizar la deuda ilegítima, ilegal y odiosa que había contraído el macrismo, es gobernar para el pueblo y no para el FMI.
Hilando un poco más fino, supongamos que es cierto y que Cristina gobernó PARA el pueblo. Evidentemente no es lo mismo que gobernar CON el pueblo. No es lo mismo que sea el pueblo el protagonista de su destino que “de casa al trabajo y del trabajo a casa”. Es decir relegar al pueblo a ser espectador de su propia vida, como hacen todos los partidos del sistema. También el peronismo.
Sostiene Grabois que cuando a Cristina “le tocó estar en minoría, incluso sus errores fueron honorables”. Se puede inferir que ella hace y deshace y los demás asienten y aceptan disciplinadamente sus errores, eso si “honorables”.
Sostiene Grabois que “a diferencia del Gobierno, nos veo a nosotros muy mal parados”. Dice que “el peronismo quedó fracturado en términos políticos, no quizá electorales”. Y sostiene “que hay dos esquemas, uno más cercano a Massa y el de Cristina”. Para Grabois Massa, entonces, ¿es peronista? ¿No era un hipócrita que dice una cosa y hace otra? Habría que recordarle a Grabois que cuando Cristina aceptó que el poderoso sistema nombre a Massa candidato a presidente por el peronismo, hubo peronistas de toda la vida que declararon: “hasta aquí llegué. Yo no puedo votar a Massa un señalado antiperonista”. Me refiero a Mempo Giardinelli, por ejemplo.
Lo que no cuestiona Grabois en esta entrevista ni en ninguna de sus declaraciones, que yo sepa, es al capitalismo. Y lo que seguramente sabe Grabois es que aspirar a un capitalismo decente o bueno o justo, es una pretensión tan errónea como absurda. El capitalismo, también sabe Grabois, es un sistema no solo poderoso, sino esencialmente injusto.
Y lo que seguramente tampoco desconoce Grabois es que el peronismo dejó de existir hace mucho ya. Lo que hay ahora no tiene nada que ver con lo que se entendía por peronismo. Ni siquiera es Kirchnerismo. Al peronismo como tal, el mismo Perón le dio el tiro de gracia cuando volvió en 1973.
Lo que no sostiene Grabois: La salida es por izquierda
El capitalismo ha impuesto la impresión, la sensación generalizada, de que el sistema es un hecho de la naturaleza. Que no se puede modificar y menos cambiar. Que cualquier intento de construir una sociedad justa y realmente democrática, es en vano. Y peor, una utopía, considerando el término como un imposible. De modo que lo mejor es lo menos malo. ¿Era mejor Massa que Milei? Tal vez, aunque Massa era el ministro de Economía de un gobierno desastroso como el de Alberto y Cristina. Pero aunque fuera cierto ¿era lo mejor? No. Simplemente, en todo caso, lo menos malo. Es decir no dejaba de ser malo. Massa, como ha quedado demostrado por si hiciera falta, no era ni es otra cosa que un hombre del “poderoso sistema”, que dijo Cristina. Además, el capitalismo transmite como actitud realista ante situaciones tan injustas y violentas como la actual, la resignación. La respuesta sería ¿qué le vamos a hacer? Es lo que hay.
La historia del pueblo argentino y de todos los pueblos del mundo, contradice la aceptación pasiva ante la opresión y la injusticia. La respuesta del pueblo ha sido siempre la lucha. Todos los derechos sociales y laborales se consiguieron luchando contra el poder económico en todas sus variantes. Nunca de arriba hacia abajo. Nunca las élites dominantes regalaron algo. Tampoco lo harán en esta ocasión.
Por eso la mejor propuesta es la del Frente de Izquierda. Una propuesta que invita a participar de la lucha para recuperar los derechos que nos arrebataron. Que propone la construcción de una nueva sociedad, entre todos. Que en principio llamamos socialismo, pero que no tiene modelos a seguir porque todavía no es, la tenemos que hacer. Como decía Paulo Freire “todavía no somos, estamos siendo”.
Enfrente tenemos un gobierno neofascista en política y neoliberal en economía que no solo nos roba lo que nos corresponde, sino que entrega el país a los capitales privados. Un gobierno que se apoya en dos pilares: la mentira y la represión. Pero que es increíblemente débil en su estructura y asombrosamente berreta en sus componentes.
Nada difícil si lo comparamos con la banda de asesinos, violadores, torturadores y ladrones que fue la dictadura cívico- militar.
Grabois no es el enemigo político, aunque lo que sostiene no se sostiene. Dame la mano y vamos ya, como cantaba María Elena Walsh.