Aumento de la tasa de desempleo durante el primer trimestre del año. A pocos días de las elecciones generales ¿Porque los partidos apenas hablan de sus programas económicos y los recortes que vienen?
Jueves 25 de abril de 2019
La última Encuesta de Población Activa (EPA), publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística, y a escasos tres días de las elecciones generales, señala que en el Estado español se han creado 596.900 puestos de empleo durante los últimos doce meses.
Unas cifras que, vistas de forma parcial, podrían sugerir que el mercado laboral doméstico se resiste a la desaceleración que planea sobre el conjunto de la Unión Europea. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.
La misma EPA indica que durante el primer trimestre del año (natural) el paro ha aumentado en casi 50.000 nuevos inscritos, dejando el nivel de desempleo en un 14,7%, o lo que es lo mismo, un total de 3,5 millones de personas están hoy en situación de desempleo. Se trata de la mayor subida de la tasa de paro desde 2013, aun en plena crisis económica.
Pese a ello, la ministra de Economía, Nadia Calviño, ha saludado de manera "muy positiva" los datos de la encuesta, al manifestar que "se confirma la positiva evolución del mercado laboral de los últimos trimestres", centrándose de forma exclusiva en la generación de ocupación y sin atender a los datos ascendentes de desempleo.
Es verdad que durante el primer trimestre se vislumbran siempre los peores datos de empleo del año, tal y como ejemplifica la propia ministra cuando decía este jueves que "comparar el mercado laboral en junio con el de febrero es como comparar la temperatura en junio y febrero”.
No obstante, los datos del pasado mes de agosto ya demostraban cifras alarmantes. El paro subió en 47.047 personas, el mayor incremento en ese mes desde 2011, y se destruyeron 202.996 puestos de trabajo, según los datos publicados por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Además, ese mes dejó un dato dramático. El 31 de agosto fue el día con más despidos de la historia del Estado español.
Pero volviendo al 2019, en lo que si se puede comparar el primer trimestre con cualquier otra época del año es en la calidad del empleo creado. Según la empresa de trabajo temporal Randstad, durante la Semana Santa se han creado unos 200.000 puestos de trabajo. Algo más del 7% respecto del año pasado. Sin embargo, los sindicatos señalaban antes del inicio de las fiestas que nueve de cada diez contratos que se firmen serían precarios.
Un aumento de la temporalidad y la precariedad en toda regla y que afecta en especial a los sectores que se incorporan al mercado laboral, los jóvenes. En la gran mayoría de casos, cuando los jóvenes acceden a un puesto de trabajo este es un auténtico empleo basura, de enorme precariedad en sectores de bajo nivel tecnológico, sobre todo concentrados en el sector de la hostelería, el turismo y el comercio.
Lo que no dice tampoco la encuesta del INE es que el paro juvenil sigue entorno a unas tasas de desempleo crónico del 33,5%. Cifras por encima del doble que el resto de la población y superiores también a la media europea.
Sin duda, datos que si se analizan en profundidad y en su conjunto nos desvelarían que la recuperación económica en el Estado español solo beneficia a los ricos y que los nubarrones que amenazan una nueva recesión a nivel europeo afectará al conjunto de la clase trabajadora española.
Para entender mejor el estancamiento económico en la UE: El futuro del capitalismo europeo, ¿hacia un escenario “a la japonesa”?
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Y eso es algo que, a pocos días de la celebración de las elecciones de este 28 de abril, todos los candidatos de los principales partidos políticos saben. Poco se ha hablado en los debates electorales de esta semana sobre los programas económicos de cada partido.
En esta materia, más bien se ha vivido un intercambio de acusaciones entre PP y PSOE sobre quién había aplicado los peores ajustes, en lugar de explicar las propuestas de "reformas neo-liberales" para los próximos años, tal y como exigía un Albert Rivera de Ciudadanos con menos complejos en enseñar su alma ultraliberal. Podemos ha sido tal vez el único en proponer algunas medidas que han despertado simpatía, pero para dejarlas después supeditadas a su buscado acuerdo con el PSOE, es decir en "agua de borrajas".
Y es que, gane quien gane, la receta económica tiene muchos puntos en común: postergar la edad de jubilación, flexibilizar la contratación o abaratar el despido, por no hablar de nuevas reformas laborales que profundicen los ajustes que iniciaron las que llevaron a cabo Rodríguez Zapatero y Rajoy en 2010 y 2012. Podrá haber diferencias en los ritmos y matices, pero la senda viene marcada por las necesidades del IBEX35, el pago de la deuda y el artículo 135 de la Constitución que ninguno de los posibles gobiernos resultantes -incluido el que propone Iglesias- osara incumplir.
Esos serán los ingredientes de una nueva salida neo-liberal a costa de nuevos recortes en derechos laborales, la profundización de la precariedad laboral y el aumento de la pobreza que deberá pagar la clase trabajadora. Esos son los verdaderos programas económicos de los Sánchez, Rivera o Casado al son que dictan las élites eonómicas y Bruselas.