La denuncia por violación de derechos laborales de parte de empresas constructoras en el sureste mexicano es conocida ampliamente. En la Izquierda Diario damos cuenta de este tipo de ataques contra la clase trabajadora.
Lunes 18 de abril de 2022
Isla Mujeres está ubicada a 13 kilómetros al sur de Cancún, Quintana Roo. Es un popular destino turístico en el sureste mexicano en el que las playas paradisiacas y los hermosos paisajes se combinan con la explotación laboral de los habitantes y la construcción de mega proyectos que son destructores del medio ambiente.
Respecto a lo anterior, obreros de la construcción que laboran en la edificación del hotel Unik denunciaron la precarización y explotación de la cual son objeto. Uno de los obreros declaró que:
“Nos tratan como esclavos en la obra, no nos pagan horas extras, roban nuestro salario y nos destinaron a un campamento insalubre”
La responsable de esta situación es la empresa constructora Arconsu. Según la información pública, la empresa contrató alrededor de 100 albañiles a quienes se les obliga a trabajar horas extras sin el correspondiente pago marcado por la ley; no se les respeta el día de descanso, el promedio de hora laboradas es de 12; el campamento en donde duerme es insalubre y sin agua potable y en caso que alguien se atreva a reclamar, se les descuenta el día.
Asimismo, se dio a conocer que los trabajadores de la construcción están afiliados —a pesar de que la mayoría no estaba enterados— a un Contrato Colectivo de Trabajo bajo control de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC).
Es conocido por todas y todos que la CROC es una central priista que no protege los derechos de los trabajadores, todo lo contrario, los popularmente conocidos como “charros” son agentes de las grandes empresas y los gobiernos que facilitan la violación de los derechos de la base obrera.
También mencionaron que a las autoridades no les interesa tomar cartas en el asunto, es decir, se lavan las manos con argumentos como “no están enterados” a pesar de que es un caso público.
Este tipo de situaciones se repetirán hasta que los obreros consigan recuperar sus sindicatos de las manos de los charros, es decir, democratizando la estructura sindical para la verdadera conquista de derechos.
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