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Red Internacional
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Cifras que hablan. Tarjeta Alimentar: ¿es suficiente y la única herramienta posible para enfrentar la pobreza?

El gobierno implementó en diciembre de 2019 la tarjeta Alimentar y la definió como su “principal instrumento contra el hambre”. Pero las restricciones con desocupación y baja de ingresos, más la inflación, acrecentaron la pobreza y la emergencia alimentaria. Por lo tanto, la asistencia monetaria a través de la Tarjeta ALIMENTAR no es suficiente para enfrentar la pobreza. ¿Es la única herramienta posible?

Jueves 27 de mayo de 2021 12:06

El gobierno implementó en diciembre de 2019 la tarjeta Alimentar y la definió como su “principal instrumento contra el hambre”. Pero las restricciones con desocupación y baja de ingresos, más la inflación, acrecentaron la pobreza y la emergencia alimentaria. Al inicio del gobierno la pobreza alcanzaba al 35% de la población, un año después llega al 45% y los alimentos suben por encima de la inflación cuando constituyen el mayor gasto de las familias más pobres.

Ya el INDEC, en el Estudio sobre el impacto de la COVID-19 en hogares del Gran Buenos Aires, señala que casi la mitad (45,8%) de los hogares definieron reducir alimentos como estrategia para afrontar la caída de los ingresos del hogar. A la vez, según una encuesta del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci), entre los hogares que ya reciben la tarjeta Alimentar, 2 de cada 10 (22%) tuvo que reducir la cantidad de comidas diarias de sus hijos e hijas. Es decir, la política no es suficiente.

El Gobierno extendió el alcance de la Tarjeta Alimentar y actualizó algunos montos según la cantidad de hijos en cada familia. La tarjeta es para quienes ya son reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH) o la Asignación Universal por Embarazo (AUE). Está destinada a madres o padres con AUH que tengan hijos de hasta 14 años (antes era hasta los 6 años) o embarazadas a partir del tercer mes, personas con discapacidad que reciben AUH y madres con más de 7 hijos. El monto de la tarjeta -que solo se puede utilizar para comprar alimentos e higiene pero no se puede retirar dinero- es de $ 6.000 para las embarazadas y familias con un hijo, $ 9.000 quienes tengan dos hijos y $ 12.000 para quienes tengan 3 o más hijos.

Así, el programa pasará de 1,9 millones a 4 millones de beneficiarios y beneficiarias. El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, advirtió que lo más crítico hoy es el precio de los alimentos, "si suben, sube la pobreza". Además alertó que "aún con actividad económica se mantiene la cantidad de gente que asiste a los comedores" y que son 4 millones de personas las que "viven del ingreso diario".

La gran mayoría de los hogares familiares monoparentales están a cargo de mujeres. Según un Informe de Unicef y la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género a cargo de Mercedes D’Alessandro, reconocen que 6 de cada 10 familias monomarentales son pobres, el doble del promedio general; y que el impacto de la crisis es mayor cuando la jefa es una mujer (la tasa de actividad de estas mujeres cayó 14% contra un 8% del total de mujeres). Y cuando la economía y el mercado laboral se reactivan luego de procesos de crisis, son ellas las que más tardan en volver a trabajar afuera por la sobrecarga de tareas domésticas, accediendo a trabajos informales con ingresos muy bajos.

Por lo tanto, esta ayuda en la Tarjeta Alimentar, no es suficiente para enfrentar la pobreza. ¿Es la única herramienta posible?

Para la Tarjeta Alimentar, el Gobierno destinó $250.000 millones, para 4 millones de personas (cuando la pobreza alcanza a 3 millones de hogares según la última información oficial).

Para la Deuda pública el presupuesto es de $665.000 millones y pagó $300.000 (más de lo destinado a la Tarjeta Alimentar).

Para el Pago de interés de Leliq a los bancos privados, en un año pagó $773.000 millones.

Sólo con la plata destinada a los bancos privados (que no son "vulnerables"),se podría implementar un IFE de $40.000 para 9 millones de personas y por dos meses.

Hace un año la ayuda estatal durante las restricciones fue el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) -de $10.000 cada 2 meses en 3 oportunidades- que alcanzaba a 9 millones personas (de las 11 millones que lo solicitaron), y que el gobierno nacional decidió interrumpir pese a que se avecinaba la segunda ola. Un fuerte ajuste en el Presupuesto 2021 sobre las familias más vulnerables, bajo el supuesto que no habría segunda ola de coronavirus. Esta actualización sobre la Alimentar, alcanza a menos de la mitad de quienes tuvieron el IFE, principalmente trabajadoras y trabajadores desocupados e informales que tampoco podrán acceder al Repro II. Son millones que quedan entonces sin Tarjeta Alimentar, sin IFE, sin AUH, pero tampoco sin Repro II, mientras continúan las restricciones y el aumento de los precios de los alimentos.

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Estos números demuestran en los hechos que la prioridad del gobierno no está en las y los más vulnerables.

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