En el siguiente artículo realizamos un recuento de la situación de la base trabajadora precaria del DIF de la Ciudad de México y su lucha por basificación. El DIF se sostiene precarizando a sus trabajadores y al menos el 30% de ellos no tiene derechos laborales. Dedicamos estas líneas a la base trabajadora de las dependencias públicas que son rostro de la precarización laboral en este país y esperamos que estas le sirvan a todos y todas quienes se disponen a luchar, porque ese es el camino.
Viernes 18 de octubre
Rostros de la precariedad
17 años sin derechos laborales “ha sido muy duro, nunca tuve aumento salarial”, nos cuenta Gabriela, maestra de Artes en el Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de la Ciudad de México, quien junto a más de 300 docentes dan vida a los Centros de Desarrollo Comunitario del DIF CDMX, sin derechos laborales. En el DIF de la Ciudad al menos la tercera parte de las y los trabajadores no se les reconocen sus derechos laborales; la mayoría son mujeres, se les contratan vía honorarios u outsourcing sin derecho a antigüedad o prestaciones. Situación que se vive en las dependencias públicas de todo el país.
En la Ciudad de México esta política laboral se implementó desde el sexenio en el que Andrés Manuel López Obrador fue jefe de gobierno, se profundizó con los gobiernos del PRD, y después cuando la actual presidenta, Claudia Sheimbaum, fue jefa de gobierno, aplicando la política de Austeridad Republicana.
“Trabajar sin derechos laborales en el DIF ha sido una lucha constante, desde llegar a una oficina donde no tienes un equipo de cómputo, no tienes un espacio de trabajo, ni la materia prima para realizarlo. El saber que tienes que poner de tu bolsa el material, que si tienes trabajo en calle, no cuentas con ningún respaldo. No contamos con Seguridad Social, y tienes que pagarlo por tu cuenta” señala Monserrat Jiménez también trabajadora del DIF, quien realiza promoción de los derechos de las infancias.
En el DIF de la Ciudad no solo cientos de trabajadores no cuentan con Seguridad Social, sino cuando deciden ser madres o padres no se les respetaba ningún derecho. Gabriela: “tuve que pagar a una profesora para que me supliera mientras tomaba algunas semanas luego de que naciera mi hija”. “Me fui 2 días antes de dar a luz, y era un embarazo de alto riesgo, regresé lo más rápido que pude para no perder el empleo”, Diana. “No me dejaron tomarme los 5 días de licencia de paternidad, me tuve que ir sin permiso el día que nació mi hija” Iván, psicólogo.
“Cuando entramos al DIF el salario que teníamos nos alcanzaba más, la mayoría no teníamos hijos, se nos hacía más fácil. Pero más de quince años sin aumento ha sido brutal”. Diana, profesora de música. “A pesar de la precariedad del trabajo, estábamos muy motivados al ver los logros y el avance de nuestros alumnos. Con el paso del tiempo el trato de las autoridades era más hostigador, nos obligaban a realizar actividades que no correspondía a nuestro perfil, muchas de ellas era de acarreados, incluso me tocó hacer valla para custodiar la casa de campaña del PRD, siempre bajo amenaza de despido sino asistíamos”, Sinue profesor de música.
“En 2013, recuerdo, que en una junta de inicio de cursos la directora del DIF nos halagó sobre nuestro trabajo, ahí una maestra se paró y le dijo que agradece los halagos pero que ya era hora de un aumento. Todos queríamos lo mismo pero, pensamos que vendría de ellos reconocer nuestro trabajo, no pasó y todo fue empeorando, cambió la administración y seguimos con el mismo pago”, Amaranta docente de artes.
Las condiciones laborales de las y los trabajadores del DIF CDMX son una muestra de la situación de precariedad que enfrentan miles de trabajadores en el país. La 4ta Transformación llegó con las banderas de la lucha contra el neoliberalismo y de terminar con los privilegios de los altos funcionarios. Sin embargo, el ataque a los trabajadores estatales mantuvo y profundizó la precarización bajo la política de Austeridad Republicana. Ejemplo de la profundización de la precarización fue la creación de las figuras de “becarios o beneficiarios” de programas sociales, quienes laboran en la Secretaría de Cultura, Ponte Pila, Participación Ciudadana, etc; y carecen de derechos laborales e incluso de reconocimiento como trabajadores
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Queremos Trabajo Digno. Transición sin despidos
En 2017 empezamos a denunciar a tráves de La Izquierda Diario sobre las condiciones en que trabajamos. Denunciamos la precarización y acoso laboral que se vivía en Espacio SI, que era un programa del DIF con un equipo multidisciplinario para prevenir la situación de vida en calle. Este Espacio era un reflejo de lo que se vivía en la Institución. Vacaciones, permisos, si la jefa estaba de buenas, sólo a voluntad las daba. Nos tocó de todo, balaceras y asaltos, en una de las colonias donde trabajamos casi levantan a una compañera. Nos habían asignado en el presupuesto la compra de dos autos para hacer el trabajo de campo, se compraron pero nunca llegaron al Centro. Ante el reclamo de esta situación, la respuesta fue hostigamiento. A finales de 2017 muy a regañadientes nos dieron una semana de descanso, con el aviso de estar pendientes por si había un “Bomberazo”, regresamos al trabajo en enero de 2018 con la noticia que a tres compañeros se les despediría. El motivo: no saludaban a la Jefa cuando llegaban por tanto “no tenían buena actitud para el trabajo”. Contuvimos los despidos mediante la organización con otros compañeros y alzando la voz, pero estos se concretaron meses más tarde.
Uno de los despedidos fue Iván Escamilla, psicólogo, muy bueno para trabajar temas de emociones con adolescentes, estaba a unas semanas de ser papá y el DIF decidió despedirlo. Dimos una respuesta colectiva, pudimos detener los despidos luego de una protesta en la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. En ese entonces la Comisión entregaría al Titular del DIF un reconocimiento por su labor promoviendo derechos de la infancia.
Sabíamos que era necesario pelear por derechos laborales, pues no teníamos garantía de nada. Ahí nació Queremos Trabajo Digno, una agrupación impulsada por militantes trotskistas del Movimiento de Trabajadores Socialistas junto a trabajadores del DIF y otras dependencias que vimos la necesidad de empujar un espacio que permitiera que las y los trabajadores nos organizáramos colectivamente contra los abusos del gobierno y de nuestra patronal, buscando conquistar nuestras demandas mediante la movilización y organización independiente.
Por ello convocamos asambleas, donde participaron trabajadores de más de 20 dependencias. Realizamos una primera manifestación el 10 de febrero frente a Palacio Nacional. Denunciamos la política de precarización, que el nuevo gobierno estaba implementando, reflejada en los más de 220 mil despidos que realizaron en el país a trabajadores estatales.
También denunciamos que la dirección del Sindicato Nacional del DIF y el Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México muy poco hacen por defender los derechos de sus agremiados y nada por los que no estamos sindicalizados. A la par tuvimos política hacia la base del sindicato, explicando las condiciones en las que trabajamos quienes no teníamos prestaciones y planteando la necesidad de unificar nuestras demandas para enfrentar a la Dirección que se niega a implementar medidas combativas desde una perspectiva unitaria.
“En 2018, ya sonaba la campaña Queremos Trabajo Digno, quienes venían invitando a organizarse por derechos laborales y denunciando la política de Austeridad, eran muy leídas sus denuncias publicadas en la Izquierda Diario, tanto que las autoridades decidieron bloquear su portal en nuestro servicio de internet en la institución. Pero muchos de nosotros teníamos la ilusión qué con el nuevo gobierno nos harían justicia” nos cuenta Montserrat.
“Al partido de Morena, lo voté no por acarreada sino con convicción de que las condiciones iban a mejorar, y nuestra desilusión fue que todo empeoró, nos sentimos traicionados”, Amaranta maestra de artes.
Ella expresa el descontento que generó en miles de trabajadores estatales la política laboral del nuevo gobierno, que no llegó con mejoras, sino con recortes y despidos. Tan sólo en el DIF al menos a 700 personas se les despidió en enero 2019, la mayoría se fueron con impotencia y sin dar respuesta. Uno de esos cientos de despidos fue el de Libia Galicia, terapeuta física.
“Sólo me dijeron que ya no me presentara, que después me llamarían, ¿Y cómo así, después de trabajar 20 años en la Institución? Soy fundadora de la Unidad Básica de Rehabilitación del DIF de Milpa Alta, la inauguró el primer jefe de gobierno electo Cuauhtémoc Cárdenas. En Milpa Alta la atención médica es escasa, y para ese entonces más, fui pionera de la Rehabilitación Física en mi comunidad, me tocó hacer de todo, desde repartir despensas, hacer recorridos, ayudar en los sismos…” relata Libia.
La conciencia del derecho a tener derechos fue clave. No solo denunciamos la política de austeridad, sino que no tenían derecho a despedirnos, hostigarnos o a obligarnos a participar de actos proselitistas, que al igual que nuestros compañeros de base, éramos trabajadores que merecíamos que se nos respetaran nuestros derechos laborales, que la forma que nos contratan era para ahorrarse dinero y tener una base trabajadora dispuesta a todo, porque de eso dependía la continuidad en el trabajo.
La gota que derramó el vaso
Para febrero la dirección del DIF avanzó con la reducción de salarios. A las y los trabajadores de honorarios se les pretendió bajar el salario en 25%, después que durante 15 años su salarió no tuvo ningún aumento. Inaudito. El día de firma de contrato la respuesta fue en su mayoría de las y los profes del entonces Programa Niñas y Niños Talento, quienes organizaron protestas y asambleas, pero tantos años de pasividad, así como la negativa de la dirección del sindicato a levantar una política de solidaridad con quienes no estaban sindicalizados, impidió llevar al movimiento por más, pero logramos con
tener la reducción al salario de un 3%.
Después del proceso Queremos Trabajo Digno convergió con las y los compañeros que no se dieron por vencidos y decidieron continuar la lucha, iniciando un nuevo momento que nos permitió prepararnos para los ataques que desplegó el gobierno de la Ciudad, encabezado por la actual presidenta Claudia Sheinbaum y unas de sus principales colaboradoras, hoy subsecretaría de Prevención dentro de la Secretaria de Seguridad y Protección Cidadana, Estela Damian Peralta.
La persecución de Esthela Damian contra Queremos Trabajo Digno
Mientras había recortes y despidos, desde Queremos Trabajo Digno llamamos a dar una respuesta colectiva, denunciamos que mientras se hacían recortes, los altos funcionarios se subían el salario, como la Titular del DIF en ese entonces, Esthela Damian, quien nos pedía que nos apretáramos el cinturón, cuando su salario era de más de cien mil pesos y el de la mayoría de las y los trabajadores del DIF de 5 mil pesos por mes, es decir, por debajo del salario mínimo.
Decidimos emprender una batalla legal que acompañara nuestras movilizaciones, como herramienta para arrancar nuestros derechos, es así que demandamos el reconocimiento de la relación laboral. Fui la primera en ser despedida en julio de 2019, ya tenía 2 meses de embarazo. Llegando al Centro DIF de Jalalpa, en Alvaro Obregón, de donde era Coordinadora, se me impidió el paso, avisé a la comunidad de tal arbitrariedad, y los usuarios del DIF, muchas mamás y papás de los niños que tomaban clases en el Centro tomaron el Centro DIF como protesta ante mi despido. Las autoridades le tenían miedo a la gente, no estaban acostumbrados a hablarles, no les dieron respuesta y salieron corriendo. Fue muy grato la respuesta de la Comunidad de Jalalpa, su indignación ante el despido. Los usuarios juntaron cientos de firmas y le solicitaron a la institución que me reintegrara. Se negaron. Iniciamos un camino de movilizaciones y protestas.
Una de las lecciones que dejó este momento fue la potencia que tiene la unidad con los usuarios, no tuvimos que convencerles de nada, había notado nuestro trabajo y fue un respaldo muy importante. Todavía hoy recuerdo con mucha alegría y orgullo el enorme apoyo que recibí por parte de usuarios y familiares, y les agradezco la solidaridad.
Después vinieron los despidos de Ameyali, Flora y Erik, quienes hacían trabajo de prevención en dos zonas de alta vulneración de las infancias, de Iztapalapa y Miguel Hidalgo. Con fichajes policiales donde se documentaba cada nota, cada mitin y protesta de Queremos Trabajo Digno, las autoridades del DIF argumentaron que el despido de ellas, era por las notas y acciones de protesta que impulsábamos y que desprestigiaban al DIF.
Ante las movilizaciones, las autoridades nos ofrecían mesas de negociación para que renunciáramos a la movilización. Nos pedían levantar bloqueos a cambio de mesas que no llegaban a resolutivos. En una de las mesas, la Directora del DIF nos planteó que pedir derechos para todos los trabajadores del DIF era una demanda soviética, en referencia a las ideas socialistas. La única respuesta concreta que nos dio fue que no podría dar respuesta a nuestras demandas.
No nos rendimos y llevamos la denuncia hacia el gobierno de la Ciudad en unidad con otras organizaciones agrupadas en el Foro de Luchas Sociales, cerramos el año ganando nuestra reinstalación. Después de marchas, protestas, conferencias de prensa, de la toma del Palacio de Gobierno de la CDMX y hasta un plantón. Nos reincorporaron en diferentes alcaldías para desvincularnos de la organización en el DIF.
La pandemia
Con la pandemia se abrió un impasse en la movilización, pero nos permitió juntarnos virtualmente, discutir, estudiar, repensar por qué, cómo y por dónde organizarnos. Impulsamos junto a decenas de organizaciones el Movimiento Nacional Contra la Precarización y los Despidos, que denunció la situación despiadada que vivían los trabajadores en la pandemia. También fue muy duro. El compañero Sinue, profesor de música, estuvo en peligro de muerte al contraer Covid. Fallecieron varios compañeros, la respuesta institucional fue muy poca.
Sin embargo las autoridades seguían exponiendo a sus trabajadores al trabajo en campo, aunque no tuvieran seguridad social ni derechos laborales. Muchas compañeras asistían a repartir despensas con sus hijos, pues no tenían donde dejarlos. “Ahí es cuando decidí organizarme, pues mi padre trabajó hasta el último día de su vida pues no hay condiciones estructurales para disfrutar la vida, me negué a conformarme con lo que tenía” recuerda Montse.
Un nuevo golpe
En 2022, se sumaron nuevos compañeros y emprendimos una nueva demanda legal por el reconocimiento de la relación laboral, la misma la encabezó Monserrat Jimenez, a quien venían hostigando por mostrar su desacuerdo por los despidos de las compañeras de Trabajo Digno. Ella decidió alzar la voz contra la precarización y la falta de derechos en la institución, junto a más de una decena de compañeros, y ante este reclamo el DIF decidió despedirle después de laborar una década en la institución promoviendo derechos de las infancias. Emprendimos una nueva denuncia y movilización contra la represión de las autoridades del DIF.
Ganamos el primer juicio laboral
En 2022 la Junta Local de Conciliación y Arbitraje emitió una resolución judicial que condena al DIF a reconocer 20 años, 6 meses y 6 días de trabajo de Libia Galicia Galicia y que el Gobierno de la Ciudad de México como patronal “violó” sus derechos laborales y la despidió injustificadamente. Demostramos por la vía judicial que teníamos razón. Logramos la vuelta al trabajo de Libia en mayo de 2024 en la Alcaldía Xochimilco, sin embargo aún está pendiente el pago del juicio laboral por parte de las autoridades del DIF, ya que las autoridades apuestan al desgaste que generan los juicios laborales para no incentivar a que los trabajadores les demanden.
Lo jurídico ha sido una gran herramienta para nuestro movimiento, pero no el objetivo en sí mismo. Nuestra pelea es una pelea política, de defensa de nuestros derechos laborales, entre ellos el derecho a organizarnos como trabajadores, y por ampliar nuestra posibilidad de organización política, lo cual implica defender no solo a prestaciones y estabilidad, sino el derecho a la organización sindical que represente nuestros intereses.
Coordinadora de Trabajadores y Trabajadoras de la CDMX
A finales de 2023 logramos la reincorporación al trabajo de Montserrat en medió de su embarazo, junto a la recién conformada Coordinadora de Trabajadores y Trabajadoras de la CDMX, a la que actualmente pertenecemos. Esta Coordinadora está conformada por trabajadores de la salud, bomberos, trabajadores de dependencias públicas, alcaldías, programas sociales, docentes. Lo que nos unió a la Coordinadora fue la denuncia contra la precariedad de las y los trabajadores de las dependencias públicas, la pelea por basificación y la independencia del gobierno. Al grito de: “Gobierne quien gobierne, los derechos se defienden” nos movilizamos en la Ciudad, la última movilización importante fue el 12 de agosto del 2024 donde colapsamos dos de las arterías principales de la ciudad, Viaducto y Tlalpan, desde la cual nos movilizamos medio millar de personas hacia el Zócalo, al que nos impidieron la entrada.
En septiembre de 2024, logramos la basificación de 15 compañeros de Queremos Trabajo Digno y de varias decenas más pertenecientes a otras organizaciones, una gran victoria, pero que tiene que ser punto de apoyo para ir por más. Pues son miles las y los compañeros en la Ciudad que no cuentan con derechos laborales. “Hoy después de algunos años de lucha constante por fin veo el fruto obteniendo mi basificación, esto no significa conformarme con lo que logramos arrancar, al contrario este logro me alienta a seguir luchando hasta obtener plenos derechos laborales para todos, esto solo es el inicio”. Paula maestra de Ciencias. Añade Sinue: “la lucha continúa ahora por aumento salarial y reconocimiento de la antigüedad, se ha logrado mucho pero vamos por más”. “Porque no es un problema del DIF como Institución sino de todo el sistema”, cierra Monserrat.
Esperamos que esta experiencia brinde mayor seguridad para organizarnos, necesitamos ganar la voluntad de trabajadores precarios y de base, para pelear en unidad por plenos derechos para todas y todos. Porque la salida es desde la base trabajadora.
*Alejandra Sepúlveda. Militante del Movimiento de Trabajadores Socialistas
e impulsora de Queremos Trabajo Digno