Este lunes el gobierno quiere aprobar una ley que contiene fuertes ataques al pueblo y en particular a la clase trabajadora. Más flexibilización, más fraude laboral, despidos más fáciles y baratos, la privación de jubilarse para millones de mujeres, privatizaciones, superpoderes. La conducción de la CGT fue parte de las negociaciones del gobierno con la oposición dialoguista. Ahora se niega a convocar un plan de lucha contra la ley antipopular y prepara un acto folklórico para el 1° de Mayo. El paro del 9 de mayo, cada vez más lejano de lo que necesitamos para derrotar a la derecha.
Domingo 28 de abril 18:36
El jueves pasado se conoció el proyecto de Ley Ómnibus que el oficialismo quiere aprobar esta semana con el apoyo de la UCR, el PRO y sectores del peronismo. Como denunciaron las diputadas y diputados del Frente de Izquierda, es un paquete de medidas a favor del poder económico y contra el pueblo.
En las últimas semanas, La Libertad Avanza y sus “aliados” decidieron incluir una reforma laboral dentro de la Ley. Retomaron así muchos de los ataques que incluía el DNU: guerra a los convenios colectivos y el derecho de huelga, “libertad” para despedir, festival de tercerizaciones y fraudes laborales, entre otras medidas. Ya con el papel en las manos, la mesa chica de la CGT encaró una serie de negociaciones con distintos bloques de diputados, como trascendió en muchos medios. Miguel Ángel Pichetto (Hacemos Coalición Federal) fue uno de los principales interlocutores.
El resultado de esas negociaciones fue una contrareforma que mantiene buena parte de las medidas originales. Desde el aval a la tercerización y los despidos discriminatorios, al impulso del “modelo Uocra” de despidos baratos, pasando por el perdón a los empresarios que emplean “en negro” y la legalización de la figura de “colaboradores” para violar la relación de dependencia. A cambio, quedaron afuera otras medidas como la declaración de servicios esenciales, la eliminación de la ultractividad y otros derechos de convenio, la criminalización de los bloqueos y la prohibición de las “cuotas solidarias”. Pero es un ataque a conquistas históricas y un premio al poder económico que escribió la ley.
Además, en otros capítulos, incluye otras medidas contra las y los empleados públicos, los sectores precarios que pierden el "monotributo social" y las millones de mujeres que no podrán jubilarse sin moratoria.
Desde que se conoció el dictamen, la CGT se limitó a hacer declaraciones “off the record”. Ni siquiera un comunicado de repudio a la Ley y la posibilidad de que se apruebe este martes en Diputados. Y eso que le gusta sacar comunicados. De medidas de fuerza ni hablar. Podría haber adelantado el paro general ni bien comenzó la rosca. Un paro que permitiera una masiva movilización este lunes y martes. Podría haber convocado asambleas para explicar en cada gremio cómo los afecta la ley y la reforma. Nada.
La conducción cegetista se limitó a continuar con su agenda acordada hace un mes. Un acto el 1° de Mayo que no va a ser un acto de lucha; está claro. Donde se va a leer un documento con las propuestas del sindicalismo peronista “para construir un país productivo”. Un acto que tendrá como slogan “La patria no se vende”, mientras sus organizadores no hacen nada contra una Ley que no solo vende la patria sino los derechos de quienes la hacen funcionar todos los días.
Hay quienes dicen que este es el primer round y quizás la CGT hace algo para el tratamiento en el Senado. Un sinsentido. Si efectivamente se quiere derrotar el ajuste y el plan de Milei, lo mejor es jugarse todo desde el primer minuto. Aprovechar el debate nacional para denunciar la reforma en las calles. Demostrar que no va a poder pasar, porque enfrente están los millones que mueven el país. Los bancos, el transporte, los aviones, hospitales, las comunicaciones. Pero no. Mientras el gobierno y sus aliados se juegan una parada clave esta semana, la CGT negocia y especula con lo que pueda pasar dentro de 15 días.
La izquierda y los sectores combativos denuncian esta nueva claudicación de la CGT. También de la CTA. Este lunes y martes saldremos a las calles a pelear contra el plan Milei, con muchos sectores sindicales que anunciaron que estarán en las calles, así como asambleas populares, movimientos sociales y estudiantes. Y volveremos a insistir: que la CGT no negocie ninguna ley contra el pueblo y convoque un plan de lucha, con asambleas de bases, para que la clase trabajadora puede poner en juego todo su poder de lucha.