Las conducciones de los gremios de Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y Asociación Trabajadores del Estado (ATE) lo hicieron de nuevo. Firmaron en conjunto, como es costumbre desde hace un tiempo, un aumento de la paritaria que empataría (con suerte) la inflación y salieron a festejarlo como un triunfo. De esta forma, cristalizan la pérdida del salario real de los trabajadores estatales de 34 % desde 2015, según estiman los trabajadores de la junta interna de ATE-Indec.
Lucía Ortega @OrtegaLu_
Lunes 6 de febrero de 2023 09:54
El acuerdo queda lejos, muy lejos, de una recomposición necesaria, mientras una mayoría de trabajadores de la administración pública gana salarios inferiores a la línea de pobreza ($ 154.515 en diciembre). Es inadmisible. La pelea que se nos presenta es porque nadie gane menos de ello, en el camino de lograr un salario que cubra como mínimo las necesidades de una familia, que los trabajadores del Indec calcularon en $ 227.394.
La revisión de la paritaria 2022 firmada el lunes pasado por las burocracias de UPCN y ATE Nacional es por un aumento adicional de 23,13% (sobre la base del salario de enero), luego de haber firmado un aumento de tan solo 60 % el año pasado aún sabiendo que la inflación estaba por las nubes, diluyendo nuestro salario. En la anterior revisión paritaria de noviembre, con el poder adquisitivo ya bastante venido a menos, se habían limitado a firmar un acuerdo que adelantaba una cuota y que otorgó un bono no remunerativo en diciembre de $ 30.000.
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El incremento correspondiente a 2022 (1/06/2022 al 31/05/2023) totaliza 97% para dicho periodo, con una inflación que terminó en 94,8 % en diciembre de 2022 y promete mantenerse en niveles cercanos al 5 % mensual en los primeros meses de 2023. La nueva suma se cobrará en tres cuotas entre febrero y marzo, y se distribuirán de la siguiente manera: febrero, 10%; marzo, 8% y abril, 5,13%.
Estas negociaciones se dan previo al inicio de las conversaciones por las paritarias de 2023, a la que el Gobierno quiere ponerle un techo de 60 %, en dos cuotas de 30 %.
Ajuste
La realidad de estos números, que impactan en miles de familias que hacen malabares para llegar a fin de mes mientras crece el pluriempleo cómo forma de compensar los magros salarios, contrasta con la parte que se lleva, por ejemplo, el FMI. En 2022 se “sobrecumplió” la meta de déficit fiscal que era de 2,5% del PBI y Massa la llevó a 2,4%. ¿Qué quiere decir? que el gobierno recortó por demás para llegar a los objetivos de achique del gasto público que le plantea el organismo internacional.
Juego de roles
UPCN, bajo la conducción de Andrés Rodríguez, puso bajo la lupa en las gestiones paritarias de este año. "Esperamos iniciar a la mayor brevedad posible las conversaciones de la paritaria correspondiente al período 2023 que empieza a regir el 1° de junio del corriente año, donde apostamos a una baja inflacionaria que resguarde el poder adquisitivo del salario de los estatales", informaron en un comunicado.
Si no fuera por la trayectoria más que conocida de los dirigentes del gremio en cuestión, podría pensarse que pecan de inocentes vaticinando una baja en la inflación como herramienta para mejorar los salarios. En el acta firmada por los representantes del Estado y los representantes de los dos gremios se puede encontrar está posición sin eufemismos:
¿De lucha ni hablar no? Ademas de que el Gobierno ya se mostró impotente para bajar la inflación, evitando afectar los intereses del gran empresariado para hacerlo. Adelanto de una nueva entregada que se viene.
Por su parte, la dirección de ATE Nacional juega su juego y se pone optimista. "Le seguimos ganando a la inflación".
Desde hace tiempo las paritarias estatales se firman sin el menor involucramiento de los trabajadores, afiliados y no afiliados. Sin consulta alguna sobre la pertinencia de acuerdos que consolidan en el último periodo una pérdida salarial significativa.
La esperanza de transitar otro camino que no sea de entrega de nuestras condiciones de vida no la tenemos que buscar en esas reuniones paritarias cuyo resultado está escrito de antemano, sino en el ejemplo de otros sectores que han salido a la lucha en defensa de lo propio, cómo vimos el año pasado con el personal de salud o los trabajadores del neumático. Para conquistar, para todos y todas mas allá del tipo de contratación, un salario igual a la canasta familiar y para luchar por el definitivo pase a planta de todes les trabajadores, el fin de figuras que ocultan la relación de dependencia en el Estado como el monotributo y la tercerización laboral, que permita terminar con la precarización laboral en el empleo público.
Lucía Ortega
Economista UBA. Coeditora de la sección de Economía de La Izquierda Diario.