Este #25N en Bolivia, se dieron importantes manifestaciones de lucha contra la violencia a las mujeres. Santa Cruz, Cochabamba, Sucre y La Paz fueron escenario de diversas movilizaciones que convocaron a que miles salgan a las calles por el #NiUnaMenos.
Sábado 26 de noviembre de 2016
Ayer a las 11:00 de la mañana, con unas mil personas, bajo el slogan “#NiUnaMenos para Vivir Bien”, burócratas de la COB, sindicatos afines al MAS y hasta policías marcharon en las calles de la ciudad de La Paz. La gobernación de Cochabamba, la Defensoría del Pueblo y otras instituciones estatales, afines al MAS, hicieron una reivindicación callejera de la Ley 348 “para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia” y en última instancia de todas las políticas gubernamentales en la materia. El gobierno que no quiso quedar afuera de la jornada “25N” y que temía que el surgimiento de una gran movilización contra la violencia de género se transformara en una expresión anti-gubernamental, recurrió al mecanismo de intentar cooptarla o convertirla en un “circo” con la participación de la policía en la misma. Cabe recordar que es justamente esta institución, que ha protagonizado resonados casos de violencia sexual y física contra las mujeres a lo largo y ancho del país.
Durante la tarde se produjeron dos movilizaciones. Una encabezada por sectores que impulsaron la marcha del #NiUnaMenos Bolivia como movimiento ciudadano sin límites en la convocatoria. Es decir, bajo una concepción que se puede resumir en “sumar por sumar” argumentado que la clave era impulsar un “espíritu unitario” pero sin claridad sobre contra quiénes se estaría luchando; una unidad en abstracto con participación de ONGs, funcionarios de Miteleférico, del Ministerio de Salud, “cebritas” del alcalde Revilla entre otros, instituciones que contribuyeron con la entrega de globos, poleras, y cotillón para la marcha.
Ante esto, diversos colectivos como Pan y Rosas, Colectivo WIÑAY WARA D.S.G, Comunidad Vida, Las Ramonas de Cochabamba, Callejeras de Sucre, la APDHB-LP, y activistas independientes, rechazaron que la lucha de las mujeres pueda ser instrumentalizada y organizaron manifestaciones de protesta en varias capitales de departamento, teniendo el epicentro en La Paz, con una movilización independiente del Estado, de los partidos patronales, de las iglesias y las ONGs. La marcha se dirigió al Ministerio de Justicia y a la Fiscalía para denunciar la violencia, legal, simbólica y física contra las mujeres así como la complicidad e impunidad con que actúan fiscales y jueces apañados por un poder judicial funcional al gobierno.
Al grito de “mujeres a las calles que el gobierno es responsable”, “pacos y milicos con permiso del estado nos han violado”, “Evo decía que todo cambiaría, mentira… mentira nos matan cada día” las mujeres estudiantes, trabajadoras que protagonizaron esta movilización expresaron su total repudio al Estado exigiendo la declaratoria de “Alerta Roja” ante la oleada de feminicidios que en lo que va del año casi alcanza el centenar. También desde los diferentes colectivos independientes se dio lectura a manifiestos donde claramente se denunciaba la repudiable e indignante complicidad del Estado ante varios casos de violencia contra las mujeres. Acompañó la movilización Doña Teodora, madre de Verónica Chino, estudiante universitaria víctima de feminicidio el año 2012. Doña Teodora junto al grito de todas exigió justicia por la muerte de su hija cuyo caso había sido cerrado bajo la conveniente y forzada figura de “suicidio” pero luego de una gran movilización estudiantil se logró su re-apertura, hoy se exige el esclarecimiento de los hechos y justicia contra las culpables. Se enfatizó también que la lucha es por todas aquellas mujeres, trabajadoras indígenas campesinas; mujeres pobres que sufren el mayor peso de la opresión y la violencia patriarcal porque la “justicia” del “proceso de cambio” no ha cambiado y sigue siendo una “justicia” para ricos.
El #25N fue la culminación de una intensa pelea política entre distintas visiones sobre cómo encarar la lucha contra la violencia machista. Estas diferencias fueron visibilizadas a partir del 19 de octubre, fecha en que a nivel regional se dieron importantes movilizaciones también en contra de la violencia machista como respuesta a la gran indignación por el terrible femicidio de la joven Lucía Pérez en Argentina. Durante aquella jornada, en nuestro país, se había dado un primer enfrentamiento entre las diputadas del gobierno y distintos colectivos feministas independientes que repudiaron el intento por parte del oficialismo de querer cooptar la lucha de las mujeres.
La importante lucha política en torno a la pelea que estamos empezando a dar marca un antes y un después luego de las masivas movilizaciones por el #NiUnaMenos. Un antes y un después, porque las mujeres no sólo estamos abriendo los ojos, sino que estamos logrando que nuestra indignación se convierta en ganas y fuerzas para luchar y para ponernos al frente de este combate.
En Bolivia la lucha por NiUnaMenos se ha polarizado y creemos que esto plantea un gran desafío porque se están abriendo las puertas para el surgimiento de un movimiento de mujeres y la discusión es cómo se va a ir construyendo el mismo. Desde Pan y Rosas creemos que la única forma de que las mujeres logremos arrancar a los Estados y sus gobiernos (nacional, departamentales y locales) nuestros derechos desde los más básicos es organizándonos con independencia absoluta de quiénes detentar el poder, de quiénes no sólo naturalizan sino que perpetúan la violencia contra las mujeres porque es un mecanismo para continuar dividiendo la lucha de los trabajadores y de los sectores populares más precarizados.
La jornada del #25N fue sólo el inicio para empezar el camino a forjar este movimiento de mujeres combativas que organizadas junto a los trabajadores y los sectores populares, podamos dar una verdadera lucha para que el NiUnaMenos sea una realidad.