Encabeza la carrera de la candidatura del Morena para la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Viernes 25 de agosto de 2017
Sheinbaum, actual jefa delegacional de Tlalpan y académica de la UNAM, ocupa el primer lugar en la encuesta del partido liderado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) "para coordinar los trabajos de organización en la Ciudad de México" (con esta denominación se disfraza la elección como candidata para no contravenir los tiempos electorales de las instituciones electorales de la CDMX) rumbo a la elección de jefe de gobierno de 2018.
La encuesta se aplicó a una muestra representativa de ciudadanos de la capital del país. Algunos analistas, como el periodista Zepeda Patterson había señalado hace unos días la ventaja de Sheinbaum por ser la figura preferida por López Obrador, misma versión propalada por figuras del PRI y PAN. Esto no es de sorprender dada la estrecha relación de Sheimbaum y López Obrador cuando éste encabezaba el entonces Distrito Federal y llamó a la científica a formar parte de su equipo de gobierno.
Evitando cualquier tipo de confrontación al interior de Morena, los competidores de la jefa delegacional de Tlalpan reconocieron que Sheinbaum tiene la mayor preferencia de los capitalinos, entre ellos Martí Bartres –líder del Morena en la capital-, y Mario Delgado, el rival más débil.
De esta manera se presume que Claudia Sheinbaum será nombrada a su debido tiempo como candidata a la Jefatura de Gobierno por el Morena, el partido con mayor apoyo en la Ciudad de México.
La encuesta se llevó a cabo a través de visitas a domicilios de capitalinos y la pregunta clave fue cuál sería el candidato que preferirían para jefe de Gobierno de la Ciudad de México, en la cual fue favorecida Sheimbaum mientras que a la pregunta por el contendiente más conocido fue Martí Batres el más votado, según publicó éste en su cuenta de twitter.
El pasado de Sheinbaum como activista estudiantil
Esta referente del Morena fue integrante fundadora del Consejo Estudiantil Universitario (CEU), organismo responsable de levantar la huelga estudiantil del ’87 a cambio de un “compromiso” con las autoridades para realizar un Congreso Universitario y que posteriormente se convirtiera en la estructura perredista al interior de esta casa de estudios.
Éste se realizó en el ’90, totalmente controlado por el Consejo Universitario –es decir, con participación y pleno control de las autoridades universitarias, académicos eméritos y del Rector– en el que no se logró ninguna reforma sustancial. Fue la base que permitió que se gestaran los planes de elitización universitaria en concordancia con los lineamientos del Banco Mundial, y que el descontento generado por el retrógrado Plan Barnes catapultara la huelga del ’99 que logró preservar la gratuidad de este sistema educativo.
En el ’99, la campaña que lanzaron los “moderados” del CEU contra la “ultra” –los sectores combativos y que respondían a la democracia de base del Consejo General de Huelga (CGH)– los acusaba de querer alargar el conflicto indefinidamente por "intransigentes” – pues según ellos los ultras eran culpables de que nada se hubiera conquistado aún– al negarse a rebajar el pliego petitorio –. A este ataque también se sumó el del Subcomandante Marcos, vocero del EZLN, quien criticaba a la ultra por romper con los moderados, y destacados intelectuales como Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis y Javier Sicilia.
Estos activistas, ya como corriente del PRD en el movimiento estudiantil, fueron expulsados del CGH al grito de “parista moderado, mañana serás diputado”, acabando con 15 años de liderazgo del PRD en el movimiento estudiantil. Mientras que la lucha estudiantil con el CGH conquistaba su independencia política.
