Indignante resurgimiento de ideas arcaicas por parte de autoridades y agrupaciones estudiantiles que atrasan el debate y la pelea por la conquista de los derechos de las mujeres.
Martes 24 de abril de 2018
De forma sorprendente e indignante, esta semana fuimos testigos del resurgimiento de ideas arcaicas que pretenden ponerle un freno al avance del movimiento de mujeres en la UNSaM, que viene peleando por el derecho a la educación sexual, por el derecho al aborto y para pararle la mano a la violencia machista. Estás expresiones surgieron, por un lado, nada menos que de las decanas Laura Malosetti, Maria Ollier y Silvia Bernatené (foto), autoridades del instituto de Arte y de las escuelas de Política y Gobierno y Humanidades respectivamente. El pasado Lunes 23/04 en una reunión de comisiones del Consejo Superior de la Universidad, intervino una estudiante miembro de la agrupación Pan y Rosas, llevando a este organismo una exigencia acompañada por la firma de 300 estudiantes para que la UNSaM se pronuncie como institución a favor del derecho al aborto, a propósito del debate que se está haciendo en el Congreso y con el precedente de otras universidades nacionales que ya se pronunciaron. Para sorpresa de varios estudiantes que presenciaron la discusión, las decanas sostuvieron que a pesar de su posición personal, el consejo superior y la universidad no debía pronunciarse al respecto para respetar las creencias de los que estaban en contra de este derecho,insólito pero parece que el deseo del feto ingeniero ha llegado muy lejos. Estas autoridades universitarias sostienen que esta institución no debe expedirse respecto a una cuestión de salud pública porque puede ofender la moral de una parte de la comunidad. Podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que más allá de las decisiones que cada una de nosotras tome sobre su cuerpo y sus creencias, la gran mayoría sabe que el derecho al aborto es una cuestión de salud pública y que negarlo se lleva la vida de cientos de mujeres al año.
El género nos une, la clase nos divide.
Una pregunta que podría surgir espontáneamente podría ser : ¿Por qué autoridades mujeres que dicen estar a favor de este derecho no tienen ningún inconveniente en plantear semejante posición?. Nosotras sostenemos que esto se fundamenta en una realidad material, ellas como Decanas acceden a privilegios como sueldos de decenas de miles que nada tienen que ver con la realidad de la mayoría de las estudiantes, trabajadoras y docentes que componen la comunidad universitaria. Sabemos que la igualdad ante la Ley no necesariamente es igualdad ante la vida, mientras el aborto sigue siendo ilegal y se lleva cientos de vidas de mujeres pobres, las que pueden acceder a una intervención segura pagando una clínica privada pueden decidir sin ponerse en riesgo. En este punto reside que aún siendo mujeres y padeciendo opresión de género, su posición privilegiada las separa de la realidad de la mayoría de las mujeres, tanto como para sostener ideas tan retrogradas como que las creencias pueden determinar o no el pronunciamiento de una universidad (que se define a sí misma como una comunidad de estudio, enseñanza, investigación y extensión, comprometida en la búsqueda universal de la verdad).
La violencia machista no es cuestión de inseguridad
No podemos tampoco dejar pasar que por otro lado una agrupación estudiantil llamada “Somos UNSaM” ha salido a fomentar una idea que no tienen nada que envidiar a las posiciones arcaicas de las decanas. Escandalosamente plantean en sus volantes que hay que coordinar “la seguridad en la UNSaM” frente a los reiterados casos de violencia machista que se sucedieron en el campus y en las inmediaciones desde el año pasado. Dejando de lado el cinismo respecto a que miembros de su agrupación son representantes estudiantiles hace años y ellos mismos votaron a las autoridades que no movieron un pelo para mejorar la accesibilidad al campus garantizando la integridad de la comunidad, queremos combatir la peligrosa idea que fomentan negando la opresión de género : el machismo no es una cuestión de inseguridad. Esta agrupación milita ideas que desvían el debate y la pelea por los derechos de las mujeres, buscando apoyarse en un sentido común que puede reclamar medidas de seguridad que nada tienen que ver con la pelea por la conquista de nuestros derechos. Podemos afirmar incluso que la idea de “seguridad” como lo plantean para dialogar de forma oportunista y electoral con un sentido común, es todo lo contrario a un avance en nuestros derechos tomando solo algunos de los ejemplos más terribles como la vinculación de la policía en el femicidio de Araceli Fulles en San Martín o como desde las mismas comisarías se administran las redes de trata de cada municipio del conurbano.
Superar estas “ideas” para conquistar nuestros derechos.
Con este artículo pretendemos abrir un debate que se profundice en la universidad, pero sabemos que no podemos convivir sin confrontar estas ideas retrogradas que, lejos de aportar, son las que mezclan y confunden terrenos que nada tienen que ver con los derechos de las mujeres y la pelea por conquistarlos. Si no superamos en concreto estas posiciones en la universidad, no nos podremos acercar a aportar en la lucha de nuestro enorme movimiento de mujeres que tiene un nivel de desarrollo internacional. Esta es la tarea que nos proponemos desde Pan y Rosas y el Frente de Izquierda, por eso no solo nos organizamos en la universidad, sino también junto a los trabajadores,peleando las ideas en las palabras, en las aulas y en las calles.