El 6 de agosto, aniversario de la independencia de Bolivia, Áñez dio su discurso al país. No lo hizo frente a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP). Retiraron la wiphala de la banda presidencial, atacó al Tribunal Supremo Electoral, amenazó a la COB y a las organizaciones sindicales y sociales, y quiso “condicionar” la entrega de bonos con el préstamo colonial del FMI.
Sábado 8 de agosto de 2020
Foto: Plurinacional.info
El discurso de Jeanine Áñez, por el aniversario de la independencia de Bolivia, giró en torno a la economía, salud, que ha decir de ella son las principales problemáticas de preocupación del gobierno, asimismo habló de otros temas como la educación y la seguridad ciudadana. Atacó al TSE exigiendo que sea serio en la determinación de la fecha de elecciones, buscando focalizar el odio y la bronca de amplios sectores populares en éste órgano surgido luego del golpe de noviembre. Asombrosamente Áñez no se refirió a los escandalosos casos de corrupción que sacuden su Gobierno y tampoco rindió cuentas de los dineros recibidos para la lucha contra el COVID. En este análisis abordaremos lo referido al aspecto económico del informe.
El informe brindado por Jeanine Áñez comienza haciendo un llamado a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) para que se libere el préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) por la suma de 327 millones de dólares. A lo largo del discurso, Áñez, puso el énfasis en este tema de forma persuasiva, e incluso compulsiva, mencionó más de una decena de veces que “liberen el dinero”, incluso ingresando en el terreno electoral de forma poco sutil al reprochar abiertamente a los demás candidatos el hecho que no defendieron los bonos y que no exigieron a la ALP que liberen el crédito.
Analicemos este primer aspecto, ¿por qué provoca urticaria a Áñez y su Gobierno la liberación del préstamo del FMI? el Gobierno solicitó al FMI un préstamo de 327 millones de dólares, no obstante, la ALP no aprobó la ley que permite dar curso al préstamo, siendo que no se ha cumplido con la adecuada información, como ser el destino y utilización de esos recursos. Otro aspecto que la inquieta puede ser la observación que existe con relación al procedimiento que corresponde para solicitar préstamos internacionales, siendo ésta una atribución de la Asamblea Legislativa como dispone el art. 158 de la Constitución Política del Estado.
Los créditos otorgados por el FMI han estado acompañados históricamente de diferentes condiciones, a saber, que en la misma página web del FMI se señala “Normalmente, antes de que el FMI pueda conceder un préstamo a un país, el gobierno de este país y el FMI han de ponerse de acuerdo con respecto a un programa de políticas económicas.” (la negrilla es propia), estas “políticas económicas” por lo general son reducción del déficit fiscal, eliminación de subsidios, devaluación de la moneda, etc.
El ingreso del FMI en nuestro país implicará un endeudamiento ligado al sometimiento económico del imperialismo norteamericano, que ocasionará para el pueblo boliviano un gran deterioro en el nivel de vida e incremento de la pobreza a niveles alarmantes.
Por parte de Áñez el fundamento sobre el que se asienta este desesperado pedido de “liberar el dinero” es el de otorgar el bono salud de 500 bs. (72 dólares), toda vez que estamos en una crisis económica, y que los sectores empobrecidos son a los que más golpea esta situación.
Pero el anuncio del bono salud fue emitido el mes de julio y la solicitud del préstamo del FMI fue realizada en abril, 3 meses después de pedido el préstamo, esto es importante de remarcar, para no caer en la inocente trampa de creer que el interés que la motiva es distribuir bonos a la población. La creación de este bono se da por la necesidad de que se dé luz verde al ingreso del FMI en nuestro país acompañado de todo el paquete de políticas con este organismo imperialista, sin embargo, a pesar del lanzamiento demagógico de este bono, ni los políticos conservadores salieron a respaldarla, hecho que provocó el reproche de Áñez en el informe respectivo.
Asimismo, considera que: “el reto de activar la economía del país y de las familias bolivianas, son desafíos que debemos encarar entre todos y créanme son desafíos que si no los encaramos entre todos no vamos a superarlos” del mismo modo agrega que “me gusta la palabra unidad, me gusta la palabra solidaridad, me gusta la palabra acuerdo, me gusta la palabra generosidad, me gusta la frase ‘codo a codo ‘y me gusta la frase ‘lado a lado’, me gustan esas palabras y me gustan esas frases”.
Queda claro que únicamente le gustan las frases como tal, pero que estas no se reflejen en la realidad ya que pide que las personas que mueren de hambre, las personas que no consiguen trabajo, las personas que tienen que arreglárselas día a día para luchar por su subsistencia pueden “encarar el desafío” “codo a codo”, “lado a lado” con los sectores más acaudalados de la población, con autoridades que trasladan en vuelos aéreos a mises burlándose de la desesperación de la gente, con militares y policías que masacran indiscriminadamente a sectores populares, con sectores que nos desprecian por nuestro origen étnico y que nos llaman salvajes, etc. ¿se podrá luchar “codo a codo” con estos sectores?.
Más adelante se refirió respecto al pago adelantado del aguinaldo de las personas de la tercera edad señalando que “esta es una manera de ayudar a las familias con un ingreso que, aunque no es una cantidad grande igual es una ayuda.” y en otro momento del informe señala que su gobierno desarrolla “las políticas de solidaridad”. Lo indignante y lo repulsivo es que nos digan que el Gobierno ayuda y hace solidaridad con recursos públicos, la señora Áñez debe estar esperando un agradecimiento efusivo por ser tan “solidaria” con nosotros, pero lo que en realidad provoca es rabia e indignación de amplios sectores de la población.
En el mismo sentido, con una actitud bastante descarada señala que ha “entregado más de 2, millones de bolivianos a distintos municipios de todos los partidos, a fin de que utilicen ese dinero en la lucha contra el Covid”, esta cifra que provoca el orgullo y la emoción de Áñez no se compara con lo que el Gobierno invierte para la represión contra sectores movilizados, tomando en cuenta que por Decreto Supremos 4253 asignó 24 millones de bolivianos a la policía, es decir 22 millones más de bolivianos.
Otro de los puntos en los que ni ella misma se pone de acuerdo es lo referido al prorroguismo cuando considera que “no existe, escúchenme bien, ni un proyecto para prorrogarme” y más adelante señala “también se trata de compartir con ustedes lo que vamos a hacer como país de aquí en adelante” y menciona una serie de políticas como la orden para que se inscriba en el presupuesto nacional del 2021 un gasto en salud del 10%, ayudas a las familias con los bonos que van a representar las “políticas de ayuda y la solidaridad que necesitará Bolivia y los bolivianos en los siguientes diez años”.
Estas declaraciones nos muestran que al Gobierno de Áñez no le pasa por la cabeza dejar el poder, y que la crisis económica a la que nos conduce será tan profunda que solo podremos sobrevivir con una política de bonos, que a su vez quiere decir de postergación y deterioro del nivel de vida de la población.
Aunque el discurso en forma y contenido parezca elaborado por gente torpe, no debemos pasar por alto las cuestiones importantes y de fondo que se ha tratado, este informe nos refleja la desesperación del Gobierno de introducir al FMI y su paquete de políticas en la economía nacional, cosa que deteriorará el nivel de vida de los sectores más vulnerables de la población, nos demuestra las claras intenciones de permanecer mucho tiempo en el poder, eso dependerá de la correlación de fuerzas a nivel nacional e internacional.
De la misma forma, no se debe subestimar la torpeza generalizada que reina y caracteriza al actual Gobierno, ya que el comportamiento racista y pro imperialistas en personas torpes es más peligroso para el movimiento popular, por las acciones de brutalidad que pueden desplegar, y no debemos hacer silencio ante este tipo de discursos, ya que permite advertir las intenciones e intereses principales que motivan a estos sectores de extrema derecha que tiene como objetivos claros el ingreso del FMI que traerá como efecto el sometimiento económico y político del pueblo trabajador boliviano.