Durante la tarde del domingo 11 de abril portuarios de Valparaíso paralizaron faenas tras descubrirse el contagio de 20 trabajadores. Culpan negligencia de las empresas y enviaron un duro mensaje: ¡hasta que no demos todos negativo, nadie trabaja!
Miércoles 14 de abril de 2021
Más de tres días lleva paralizado el terminal 2 del puerto de Valparaíso luego de descubrirse el contagio de 20 trabajadores portuarios. Situación crítica, denunciada por trabajadores que apuntaron contra las empresas portuarias de la región; TCVAL y TPS no cumplirían con los requerimientos más básicos para cuidar la salud de los trabajadores.
Los puertos de la Quinta región, responsables del 52% del comercio exterior han mantenido sus operaciones a costa de más precarización a los trabajadores. Estas empresas, en el caso de TPS perteneciente a la familia de origen nazi Von Appen dueños de Ultraport y TCVAL de capitales canadienses, se hicieron más ricas durante la pandemia pero toda sus ganancias fueron realizadas arriesgando al vida de los trabajadores portuarios.
La desidia empresarial: amenazando fortunas a costa de arriesgar la vida de trabajadores
TCVAL, concesionaria del T2 de Valparaíso, no realizaba exámenes preventivos hacía más de un año, lo que en la práctica significa no prevenir nada, tener a los trabajadores en la más completa incertidumbre y no tener ningún elemento de trazabilidad.
Ultraport, a su vez, que suministra los trabajadores al Terminal 1, lo haría cada 3 meses. Este terminal está concesionado a TPS, de la misma familia Von Appen que se querelló contra 13 portuarios que lucharon en el gran Paro Portuario del 2018. Esta semana logró evitar una huelga legal votada mayoritariamente por los trabajadores de la Naviera Humboldt, que acusan tener turnos de hasta 5 meses embarcados, sin poder ver a sus familias.
Fueron incapaces de resguardar medidas básicas; testeos masivos y oportunos, medidas de higiene y seguridad, un protocolo efectivo frente a la crisis sanitaria.
Esta situacion sumado a la total negligencia del gobierno, que permite que en todos los puertos de Chile estén existiendo contagios, ya a mediados de marzo los trabajadores portuarios denunciaron que el 70% de los trabajadores no habían sido vacunado contra el covid-19.
¡Hasta que no demos todos negativo, nadie trabaja!
Frente al brote de contagio de covid-19, los trabajadores decidieron paralizar la faena. Nadie trabaja hasta que no se aseguren testeos masivos que permita dar seguridad de no estar contagiado. La decisión fue unánime en el T2 lo que después de tres días de paro y asamblea, TCVAL accedió a realizar PCR a los trabajadores además de un bono de 300 mil pesos por trabajo en pandemia.
La acción de los trabajadores portuarios marca un camino, solo confiando en nuestra organización y con métodos de lucha, vamos a poder salvaguardar nuestra salud y la de nuestras familas. Ya las semanas anteriores vimos paralizaciones en San Vicente, bio-bio y coronel pero ninguna se había prolongado en días obligando a la empresa a conceder lo que trabajadores exigían.
Hay que tomar la solución en nuestras propias manos
Frente a la crisis sanitaria tanto el gobierno como el empresariado han mostrado ser un fracaso. Lo único que les interesa son sus ganancias y están dispuestos a enviar al matadero a la clase trabajadora. Es necesario tomar la solución en nuestras propias manos.
Es urgente un plan sanitario de emergencia impulsado por el sindicato, que garantice los testeos masivos, el pago íntegro de las licencias por contacto estrecho, medidas de higiene y seguridad para cada una de las faenas. Pero para que estas medidas realmente se cumplan, los trabajadores de base deben controlar estas decisiones, terminando con las comisiones formadas por la empresa que le terminan siendo funcionales.
Es necesario un comité compuesto por trabajadores, delegados de las diferentes funciones, que aseguren el cumplimiento de estas medidas discutiendo cada paso en asamblea.
Las promesas de TCVAL pueden quedar como papel mojado, si no son los trabajadores los que controlan que cada una de estas decisiones se lleve a cabo. Es claro que al empresariado las vidas obreras no le interesan.
La paralización de los trabajadores portuarios muestra el camino a seguir para imponer medidas sanitarias que realmente nos beneficien. Los brotes de COVID-19 en lugares de trabajo y la crueldad empresarial se vive todos los días. Es necesario que las centrales obreras avancen a un paro nacional por un verdadero plan de emergencia frente a la crisis sanitaria, poniéndole fin a la ley de suspensiones, los despidos en pandemia y un sueldo de emergencia para todos y todas.