Hacía tiempo que no pasaban cosas así, pero el colchón que tiene en las instituciones la extrema derecha -sin ir más lejos con la señora Díaz Ayuso o el mismo Vox-, ha dado alas a grupúsculo neonazi y neofranquista para tomar un cine al grito de “Viva Cristo Rey” y boicotear la proyección de “Mientras dure la guerra”, último filme de Alejandro Amenábar.
Eduardo Nabal @eduardonabal
Viernes 4 de octubre de 2019
Sin representación parlamentaria, el grupúsculo “España2000” (convertido ahora en partido político) ha realizado otras de sus acciones “mediáticas” para manifestar su nostalgia del franquismo y hacer apología del nacionalismo español más rancio y peligroso, aunque la performance en sí fue bastante ridícula.
Radicales de extrema derecha desalojan un cine a gritos de "¡Arriba España!" y "¡Viva Cristo Rey!" https://t.co/eDXRSIer1h pic.twitter.com/NqHTTSU7Rk
— El Plural (@El_Plural) October 3, 2019
Con su acto antediluviano de protesta y boicot durante la proyección de “Mientras dure la guerra”, una película sensible, sólida y didáctica, lo único que han conseguido es que más gente vaya a verla para averiguar el motivo de que las derechas, ahora confundidas en un maremágnum -que se hace llamar centro pero que no se centra en ningún sitio- se hayan escandalizado tanto por un filme de un realizador español famoso en el mundo entero y hayan tomado una sala de cine al grito de “Viva Cristo Rey” colocando largas banderas de España frente a la pantalla del interior de la sala. Tal vez éstos, como el PP madrileño, también temen que empiecen a arder iglesias.
Pocas protestas hubo con filmes como “Pan negro” o “La buena nueva”, solo el disgusto de algún columnista, filmes mucho más belicosos y duros que la aproximación de Amenábar a la figura y el cambio del pensamiento de Unamuno. Pero el momento político -la exhumación de Franco del Valle de los Caídos- y el lugar -España2000 logró cierto calado en Valencia gracias a sus padrinos-, han hecho que salten los fusibles de la proyección de un filme más, de una buena y coherente película que efectivamente denuncia los abusos del franquismo, pero no es ni la primera ni será la última.
Lo preocupante es que el envalentonamiento de los grupúsculos neonazis es capaz de hacer un enorme daño. El subidón de los nostálgicos del fascismo (respaldados por grandes empresarios y partidos con representatividad parlamentaria), supone una postura renovada que no es exclusiva de nuestro país, donde ahora se ha puesto de moda gracias a las y los feroces detractores de la memoria y de la reparación histórica de un golpe de estado y un holocausto nunca reconocido y menos reparado lo suficiente por estos lares.
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Eduardo Nabal
Nació en Burgos en 1970. Estudió Biblioteconomía y Documentación en la Universidad de Salamanca. Cinéfilo, periodista y escritor freelance. Es autor de un capítulo sobre el new queer cinema incluido en la recopilación de ensayos “Teoría queer” (Editorial Egales, 2005). Es colaborador de Izquierda Diario.