Cuando el teatro dice lo que la literatura escribe. ¿Cómo transformar un cuento en una obra de teatro? ¿Cómo mostrar la importancia de lo vivido en la infancia en cincuenta minutos? ¿Cómo se deviene mujer?
Jueves 23 de febrero de 2017
Algunas respuestas se esbozan en “Un hombre sin suerte”, la obra teatral protagonizada por María Nydia Ursi-Ducó y dirigida por Osmar Nuñez, que en su tercera temporada continúa a sala llena. Desde el 5 de febrero, se presenta en Espacio Callejón (Humahuaca 3759, CABA ) los domingos a las 21hs.
La obra se basa en el cuento homónimo de Samanta Schweblin ganador del Premio Internacional de Cuento Juan Rulfo 2012. El relato está narrado por una niña de ocho años que cuenta cómo, en el día de su cumpleaños su hermana, “que no soportaba que dejaran de mirarla un solo segundo”,se tomó una taza de lavandina.
Esa niña es la que aparece y se transforma, en el escenario, en una mujer que espera para otro festejo. Con una actuación impecable que sostiene durante cincuenta minutos, la acción se centra en esta mujer que habla y es hablada por otros. Su hermana Abi sigue ocupando, después de muchos años, el centro de su vida. El único momento en el que deja de serlo es cuando la protagonista revive un recuerdo del pasado que la marcó para el resto de su vida.
Alternando el presente con el pasado, la mujer comparte con el público la historia de ese cumpleaños en el que su intimidad se vio invadida por el mundo de los adultos. La niña, como sujeto de derecho, no encontró en sus padres a los garantes de su integridad. Por el contrario, como hermana mayor, se vio obligada a comprender cuestiones incomprensibles. Y en esa comprensión que se le exige, empieza su devenir mujer.
¿Cómo es un hombre sin suerte?
Es un hombre que no puede decir su nombre porque está ojeado y si lo hace, puede morir. Pero la mirada infantil no se conforma y reclama un nombre para sentir menos miedo al estar sola. “Podrías escribírmelo”, pide y las lágrimas cuestionan que escribir sea lo mismo que decir.
En el teatro, esta diferencia entre decir y escribir se manifiesta. Cuando el texto encuentra vida en el cuerpo de Ursi-Ducó, apela a los espectadores y los enfrenta con los recuerdos de su propia niñez.