Mientras miles de escuelas y hospitales operan con pocos recursos humanos y materiales, con instalaciones decadentes y múltiples carencias, Crescencio Sandoval hace viajes de lujo con todo y familia.
Miércoles 19 de abril de 2023
Según la investigación realizada por Fábrica de Periodismo, resulta difícil calcular la suma total del dinero gastado. Entre jets del ejército, grandes hoteles, compras en importantes casas de moda, paseos y cenas en Nueva York, Moscú, Florencia, Denver, Roma, Santo Domingo, Colorado, etc., la suma puede ascender a varios millones de pesos. Tan solo en junio del 2019, la Sedena gastó 85 millones de pesos en Aeroméxico.
Uno de los viajes de los que más datos se recabaron en los correos filtrados por el grupo Guacamaya, fue una estancia de dos semanas en Italia que costó 2 millones 489 mil pesos de la tesorería del Ejército, donde la familia del Sandoval se hospedó en palacios y hoteles de lujo y se trasladó entre ciudades alquilando vagones enteros del tren para “evitar las aglomeraciones”.
“Y qué, ¿cuál es el problema?”
“¿Cuál es el problema?” Esta fue la respuesta de López Obrador cuando se le cuestionó acerca de los viajes de lujo que el titular de la Sedena, ha llevado a cabo con dinero del erario público.
“No hay recursos”, es la respuesta que nos dan los directivos y los inspectores cuando exigimos aumento al presupuesto para las escuelas. Mientras tanto, se estima que más de un millón y medio de alumnos abandonaron sus estudios en los últimos tres años por falta de recursos.
Tenemos escuelas con instalaciones inadecuadas, alumnos hacinados en aulas insuficientes, falta de personal, falta de atención a las necesidades de salud física y mental de las niñas, niños y adolescentes. Ese es el problema: que mientras a nuestras alumnas y alumnos les dicen que no hay recursos para cosas básicas como comedores escolares -que podrían garantizar que miles de niñas, niños y adolescentes no dejen las aulas para tener que trabajar-, los militares y sus familias pueden viajar a todo lujo a costa nuestra.
La mayoría de los maestros no vacacionaron en semana santa, el salario ya no alcanza. Ni que decir que nuestros niños y niñas. “No me gustan las vacaciones porque tengo que trabajar, ni descanso nada”, me dice Alfredo, uno de mis alumnos que vende maquillaje a las niñas de su salón para ayudar con el gasto familiar.
Sin recursos, la transformación educativa que pregona la 4T con su nuevo modelo educativo es letra muerta. La falta de atención a las necesidades físicas y psicológicas de los niños, niñas y adolescentes y el aumento vertiginoso de la violencia en el país -que también padecemos todos los días en las escuelas-, hace que la labor docente sea cada vez más difícil.
Aunado a esto los salarios cada vez alcanzan menos y las maestras y maestros debemos buscar otros trabajos para solventar los gastos. “No hay recursos”, nos dicen para que nos acostumbremos a vivir precariamente. “No hay recursos” nos dicen para que nos conformemos a tener una vejez con pensiones indignas.
Pero nosotras y nosotros sabemos que sí hay recursos, millones de pesos que se destinan a la Guardia Nacional y a la militarización del país. Millones de pesos que los militares gastan a manos llenas en viajes y hoteles de lujo, mientras mis alumnas y alumnos no reciben atención médica porque sus padres no cuentan con seguridad social.
El personal de los hospitales y servicios de salud públicos -que quedaron en peores condiciones luego de la pandemia-, hacen lo que pueden con los pocos recursos que reciben. La atención cada vez es peor y los derechos laborales de los trabajadores de la salud, al igual que los docentes y los trabajadores estatales merman cada día.
La austeridad republicana la padecemos nosotros: los trabajadores y nuestros hijos. No la viven los altos funcionarios -mucho menos los militares a los que el gobierno de la 4T se ha encargado de represtigiar- que continúan con una vida lujosa mientras para nosotros solo hay migajas.
“¿Cuál es el problema?” pregunta AMLO, mientras miro a mis alumnos padecer hambre y violencia.
Más recursos para educación y salud, no para los militares
Mientras miro las noticias y me lleno de indignación, solo puedo pensar en la necesidad urgente de luchar por mayor presupuesto al sector educativo. Nuestras niñas, niños y adolescentes requieren atención medica digna, atención psicológica, escuelas con la infraestructura adecuada y con todos los insumos necesarios. Requieren también aulas con 15 alumnos como máximo, con maestros de apoyo y docentes especialistas en problemas de aprendizaje por cada grupo.
Requieren comedores, bibliotecas y centros de cómputo dignos en cada escuela. ¿No hay dinero? Entonces exijamos que dejen de pagar la deuda externa. El gobierno de AMLO ha pagado 4,039 millones de dólares solo de intereses de la deuda en el primer trimestre del 2021. ¿No hay dinero? Luchemos entonces, para que se cobren impuestos progresivos a las grandes fortunas, como la de Salinas Pliego quien se mofa públicamente de evadir impuestos. ¿No hay dinero? Exijamos que el dinero que se destina a los militares, se utilice mejor en educación, salud y vivienda.
Las maestras y maestros tenemos el reto de democratizar nuestro sindicato, el SNTE, para utilizarlo como herramienta de lucha por aumento al presupuesto educativo. Nos tenemos que unir con las madres y padres de familia para luchar juntos. Tenemos que aliarnos con los demás trabajadores, como los de la salud, para que el presupuesto se utilice para cubrir nuestras necesidades y no para pagar los lujos de los militares y los altos funcionarios que no conocen el significado de la palabra austeridad.
Sulem Estrada, maestra de secundaria
Maestra de secundaria