El líder de Perú Libre dijo públicamente que nunca tuvieron una afinidad política ni ideológica con Pedro Castillo y que solo utilizaron su candidatura para pasar la valla electoral y llegar al gobierno. Esto fue refrendado por Guido Bellido quien menciono que Castillo era un "sindicalista básico" con el cual nunca tuvieron coincidencias políticas. Todo esto después que los ministros afines a Cerrón fueron apartados del ejecutivo, pese a que Castillo sigue gobernando bajo el Plan Bicentenario que redactó Cerrón y que aceptó Bellido.
Lunes 8 de noviembre de 2021
En una nota firmada por Vladimir Cerrón, el dirigente de Perú Libre, reconoció que su partido invitó a Pedro Castillo no por alguna afinidad política, sino esencialmente por su carisma popular como dirigente sindical, ya que la única finalidad política de esta agrupación era pasar la valla electoral y tomar el poder.
En palabras de Cerrón: “Pedro Castillo no estaba en el cálculo de nuestros planes iniciales, su presencia se origina frente a la imposibilidad de la candidatura natural de Perú Libre, a la flexibilidad brindada por el Partido aceptando su postulación, pero también debemos reconocer al espacio mediático que el candidato había ganado tras la huelga magisterial del 2017” [1].
Estas declaraciones se dieron a raíz del debate y posterior votación parlamentaria que terminó con la anulación de la obligatoriedad de las elecciones internas en los partidos políticos para los próximos comicios regionales dónde el fujimorismo voto acompañado del cerronismo y la ultra derecha saliendo airosos. La polémica continuó hasta la votación de la confianza al nuevo gabinete presidido por Mirtha Vásquez, donde la facción cerronista volvió a votar junto al fujimorismo, lo cual ha dado pie para que la prensa empiece a hablar sobre la existencia del bloque parlamentario “fujicerronista”.
Pese a que Castillo fue su candidato, y se mantiene en el partido oficialista bajo las mismas consignas moderadas del Plan Bicentenario que redactó y firmo el mismo Cerrón, este lo acusa de haber dado “dos pasos atrás” luego que el presidente de la República apartara a los ministros más allegados de su grupo. La facción cerronista alzó su voz de protesta por la pérdida de ministerios en el ejecutivo, sin precisar ni probar concretamente de qué manera estos ministros e incluso el premier Bellido afectaron los intereses del gran capital nacional y extranjero el tiempo en que estuvieron en el ejecutivo [2]
No tener cuadros formados políticamente y depender de invitaciones a figuras populares para ganar las elecciones a punta de poses, maniobras y discursos demagógicos, para Cerrón es algo “bueno”, o como él dice en su nota: “un paso adelante” ya que eso les permitió ganar las elecciones. De acuerdo a esta visión deformada, que se sostiene en la lógica de llegar al gobierno a costa de lo que sea, sin un programa ni consignas políticas claras, habría sido "un primer paso hacia adelante", sin embargo, cabe la pregunta ¿en qué se diferencia esto de la actitud de los partidos de la derecha que viven de la popularidad de sus invitados en cada elección y repiten el piloto automático de la burocracia y del libre mercado?
El debate político y serio, la formación de cuadros, la elección democrática de los dirigentes sociales vinculados con las organizaciones de base debería ser el principio de todo partido que se dice de izquierda. No hay nada serio en las invitaciones y convocatorias de turno para ganar las elecciones, mucho menos, en la eliminación de las elecciones internas, o en la prohibición de fracciones (como Cerrón ha sugerido en más de una ocasión al decir que “toda disidencia es traición”) pues todo ello impide el libre desarrollo de las ideas, esencial en todo debate político y dialéctico. La idea que tiene Cerrón del partido reproduce una visión deformada perteneciente a la tradición estalinista panfletaria, muy distinta a la que tuvieron en su momento los bolcheviques que llevaron adelante la gran revolución de octubre y que Cerrón y sus amigos desconocen en lo absoluto.
Le recordamos a Cerrón que para comprender a Lenin no basta citar sólo el título de su obra, sino leerla completamente, sin poses. En la Obra “Un paso adelante, dos pasos atrás – La crisis de nuestro partido” escrita en el año de 1904, Lenin hace una reflexión sobre los debates internos del Partido Socialdemócrata Ruso, partido en el que él, Plejanov y Trotsky militaban. La fracción partidaria en la que militaba Lenin dentro del Partido Socialdemócrata se llamaba “Iskra” o los “iskristas” (chispa, en ruso), donde también estaba Trotsky.
Lenin reprocha las actitudes sectarias que él llama “la política de círculos o sectas” que constantemente impedían el desarrollo ordinario de los Estatutos y documentos internos del Partido, y para demostrar eso hace una lectura de las Actas de los Congresos del Partido, reducidos a confrontaciones estériles entre compañeros. Como decía Lenin, el propósito del Partido Socialdemócrata Ruso es aglomerar y organizar a todo grupo que es oposición al zarismo, y propiciar el debate interno. Lenin, junto a Plejánov y Trotski, la sección iskrista, criticaron fuertemente la postura de los denominados “Bundistas” de permitir que el Partido se limite a ser una organización amorfa y sin principios base, y sobretodo permitir que cualquier “invitado”, cualquier profesor, cualquier huelguista o incluso estudiante dirija las facciones de “la mayoría”. La formación política, de acuerdo a los iskristas, era muy relevante para la elección democrática de los cuadros del partido, los cuales debían demostrar cualidades y méritos propios, y debían renovarse (ningún dirigente era imprescindible o “natural” como suele repetir Cerrón para referirse a su liderazgo al interior de Perú Libre).
La formación marxista de los Iskristas permitió construir mejor la organización interna del partido, y denunciar la captación estratégica de los cargos por mera imposición, denunciando también la eliminación del número de delegados en el comité redactor. De esta forma, Lenin y Trotsky denunciaron el oportunismo que siempre intentaban imponer a punto de discursos incendiarios y grandilocuentes en las asambleas algunos círculos de tendencia menchevique. Esto no era nada bueno para la clase obrera ni para las clases populares. [2]
La pronta división del partido Perú Libre en el congreso demuestra que nunca fueron un partido orgánico ni solido ideológicamente, que, pese a los años invertidos en él por algunos dirigentes como Bermejo, en la práctica, son los invitados y los principales aportantes de dinero quienes dirigen la organización, representando esencialmente sus intereses de pequeña burguesía y burguesía emergente, como suele ocurrir en otras organizaciones de derecha. Pese a que Cerrón y el ex premier Bellido dieron su voto de confianza a un gabinete conformado por Pedro Francke y el neoliberal Julio Velarde en el BCR, luego que los ministros afines al cerronismo han sido apartados, ahora se desdicen y acusan a Castillo de no ser de izquierda, y votan en bloque junto al fujimorismo, como protesta por haber perdido el poder en el ejecutivo.
Ha quedado demostrado que hoy en el Perú la clase obrera no tiene un partido, por eso para los revolucionarios es fundamental poner toda nuestra fuerza y empeño en sentar las bases para fundar uno que verdaderamente represente los intereses de la clase trabajadora, que respete la democracia obrera, y luche por el socialismo y por un gobierno de las y los trabajadores que respete el medio ambiente y la ecología. El socialismo de los trabajadores es el proyecto más avanzado, más democrático y más revolucionario, que cuestiona profundamente la dirección caudillista y egoísta de la actual sociedad, además del racismo y machismo. Como dice la internacional, en el socialismo “La tierra será el paraíso, no habrá más caudillos, ni tribunos, ni Césares “.
Alertamos a los trabajadores que los verdaderos cambios vendrán cuando se organicen en torno a un partido con un programa claro favorable a sus reivindicaciones, en conexión con la demanda de las mujeres trabajadoras, los pueblos originarios y el medioambiente, en respeto del principio de democracia obrera.
Referencias:
1. Vladimir Cerrón. Ver el discurso completo: http://perulibre.pe/un-paso-adelante-dos-pasos-atras/
2. Ciro Galvez, Comunicado publicado en la República al renunciar a su cargo. Se limitó a culpar a los “caviares” de su salida, pero no precisó de qué forma él o su gabinete han afectado los intereses de la CONFIEP.
3. “Un Paso Adelante, dos Pasos Atrás: La crisis de nuestro partido”. V.I. Lenin. Ver el texto completo en marxists.com