Las empresas les dicen que van a tener que cerrar pero no les dicen cuando les van a pagar. Ellos responden con más organización.
Sábado 11 de julio de 2020 19:38
Degasa es la empresa sudamericana que nuclea a Wendys y Kentucky Fried Chicken (KFC), dos cadenas de comida rápida multinacionales que se encuentran en cinco continentes, precarizando jóvenes en todo el mundo. Como otras cadenas de comida rápida que cumplen las mismas funciones, estas fueron beneficiadas con el subsidio del estado ATP. Aunque lo hayan recibido, hace un mes y medio los y las trabajadoras no cobran y tampoco cobraron aguinaldo.
En medio de la crisis por la pandemia, donde muchos siendo población de riesgo o teniendo familiares en sus casas que lo son, se exponen a ir con un barbijo trucho a trabajar y encima sin saber si van a percibir su salario. Incluso son muchas veces expuestos a distintos tipos de plagas. Una trabajadora nos dice: “Nos bancamos las ratas, las cucarachas, pero no nos vamos a bancar que no nos paguen”. Una gran parte obtuvo recibos de sueldo de entre $ 0 y $ 500.
Por estos motivos, los trabajadores tomaron la decisión de parar el martes y la medida continúa con retención de tareas hasta que haya respuestas.
Los trabajadores también se movilizaron este jueves a las puertas de la empresa, donde se vieron cara a cara con la dirección del sindicato. Aquí se hicieron presentes, desde la Red de trabajadorxs precarizadxs, empleados de Burger King y McDonalds para sumar su apoyo y exigencia al sindicato.
Ese mismo día, representantes del mismo se juntaron con recursos humanos sin presencia del ministerio de Trabajo, ni de los trabajadores o sus abogados, una reunión que buscaba destrabar el conflicto.
Sin embargo, la empresa se niega a pagar, por lo que los trabajadores siguen en estado de alerta permanente y continua la organización.
Los trabajadores emitieron un comunicado, como reproducimos en este mismo diario.
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En estos días, junto a las amenazas vinieron los aprietes. Los gerentes y supervisores llamaron a trabajadoras y trabajadores a hablar de a uno para decirles que, si continuaban así, iban a tener que cerrar locales. Sin embargo, los trabajadores dijeron que van a continuar la pelea, y que no van a decidir solos, que esas decisiones las toman junto a sus compañeros. La respuesta a los aprietes es clara: continúa el paro y la retención de tareas hasta que le paguen como corresponde. Sabrina, delegada del local de Arcos, nos dejó su testimonio:
SI TOCAN A UNO, NOS TOCAN A TODOS
Como vienen afirmando desde la Red, es importante poder unir todas las luchas ya que los ataques que hoy están sufriendo trabajadores de distintos sectores, tanto económicos como sanitarios, cobran fuerza e impacto cuando se pelea todos juntos.
Las cadenas de comida rápida son multinacionales con sedes centrales en Estados unidos, que incumplen leyes argentinas, como son los derechos sindicales básicos como el reconocimiento a la organización sindical y la votación de delegados. Estas empresas también pretenden que sus trabajadores hagan su trabajo de forma gratuita, siendo que el esclavismo terminó hace siglos. Es importante que se sigan votando democráticamente delegados por local para continuar la organización que vienen llevando adelante.