Fue uno de los hombres indispensables para llevar adelante la Revolución Rusa. El gran organizador del Partido Bolchevique. A 100 años de su muerte contamos aquí su historia.
Sábado 16 de marzo de 2019 00:00
"El trabajo que él realizó como organizador (...) sólo se podrá proseguir en el futuro si ponemos en su lugar a un grupo de hombres (…) que, si siguen sus pasos, podrán llegar a aproximarse a hacer lo que este hombre hizo solo". Vladimir Lenin, en el funeral de Sverdlov
Hijo de familia judía, nacido el 4 de junio de 1885, Yákov Mijáilovich Sverdlov será uno de los revolucionarios más destacados y con un papel fundamental entre marzo (cuando volvió del exilio) a octubre de 1917, que culmina con la Revolución Rusa.
Se afilió al Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia en 1901, a los 17 años y después junto a Lenin, será parte de la fracción Bolchevique. En 1912 es elegido como miembro del Comité Central del partido, aunque es encarcelado casi inmediatamente. En 1917, es reelegido como parte del mismo, mientras ejercía funciones en el Comité Militar Revolucionario del Soviet de Petrogrado. Junto con Lenin y Trotsky, será parte del estado mayor que llevará adelante la Revolución de Octubre. Posterior a ésta, será el presidente del Comité Ejecutivo Central de los Soviets de toda Rusia hasta su muerte.
“Sverdlov era de mediana altura, de tez oscura, delgado y enjuto; su rostro magro; sus rasgos, afilados. Su potente y hasta resonante voz podría haber parecido fuera de relación con su físico. En medida aún mayor podría haberse dicho lo mismo de su carácter. Pero tal impresión solo podía ser pasajera. Luego, la imagen física se fundía con la espiritual". Así lo describía Trotsky en una carta en homenaje de su muerte.
Este hombre, de una “memoria enciclopédica”, que estaba atento a todas las tareas más importantes, que pasó la mayor parte de su militancia política preso o en el exilio, será el mas grande organizador del Partido Bolchevique.
1905: Organizando a los trabajadores de los Urales
Por orden del partido, Sverdlov, viaja a la región de Ekaterimburgo para colaborar con la organización del Partido Socialdemócrata. En esa región, como cuenta su compañera Klavdiya Timofeevna en la biografía del revolucionario, “los socialdemócratas tenían una red bastante desarrollada de grupos locales, pero estaban dispersos, tenían comunicaciones deficientes y con frecuencia se encontraban actuando de manera independiente bajo sus diversas direcciones".
A poco de su llegada, comenzó a participar de las distintas reuniones de militantes, destacándose como orador. “La gente valoraba su convicción sincera y apasionada, porque también era sensible y considerado, y respetaba las opiniones de los demás.” cuenta su compañera.
Gracias a su experiencia como organizador, su estudio de la teoría y cualidades personales, en poco tiempo organizó un núcleo confiable de experimentados trabajadores clandestinos liberados de prisión y jóvenes organizadores bolcheviques con estrechos vínculos entre los trabajadores.
Para el momento de la insurrección de 1905, funda el Soviet de Obreros y Soldados de Ekaterimburgo. Sin embargo, la contraofensiva zarista derrota la insurrección y su papel destacado en el levantamiento le valdrá a Yacob ser uno de los más buscados por la “Ojrana”, la policía zarista.
En 1906 es capturado y deportado a Siberia hasta 1909. En ese año, se encuentra en Moscú, organizando la estructura del partido y vuelve a ser detenido. Logra fugarse, pero le detienen otra vez para ser deportado por cuatro años. Su vida en estos años fue prácticamente una constante entre ser capturado y fugarse de la cárcel. Mientras aprovechaba la reclusión para formarse políticamente, recurriendo a todos los libros que pudiera acceder.
En 1912, durante un breve periodo de libertad, comienza a trabajar en el Pravda, el diario bolchevique. Poco dura esto, ya que es denunciado por un policía zarista y debe exiliarse. Es en este periodo, que se convoca a la Conferencia de Praga del POSDR, en donde Lenin enfrentará duramente a la fracción menchevique del partido y fundará (con una dirección completamente bolchevique) el POSDR(Bolchevique). En está conferencia, Sverdlov (sin estar presente) será elegido como miembro del Comité Central del partido y también de su Buró Político.
1917: Un revolucionario profesional
Después de regresar del exilio en marzo de 1917, posterior a la Revolución de febrero, Sverdlov fue enviado Ekaterimburgo nuevamente para organizar el trabajo de la Conferencia del Partido Regional de los Urales, y prepara un levantamiento proletario en los Urales, en caso de que no funcionara en Petrogrado.
En el mes de abril, durante la séptima conferencia del POSDR, Sverdlov se reunió personalmente con Lenin por primera vez. En ella, fue reelegido como miembro del Comité Central y y ocupó el puesto de secretario de Organización. No había dudas de que el era el hombre ideal para esa tarea.
Trotsky relata, en la carta publicada luego de la muerte de Sverdlov: “(Sverdlov) Abordaba todas las cuestiones de la revolución no desde arriba, es decir, no desde el punto de vista de las consideraciones teóricas generales sino más bien desde abajo, a través de los impulsos directos de la vida misma tal como los trasmitía el organismo partidario. (...) en cuanto era necesario pasar al aspecto organizativo del problema y a la cuestión de los cuadros, resultaba casi invariablemente que Sverdlov ya estaba preparado con propuestas prácticas de largo alcance, basadas en su memoria enciclopédica y en su conocimiento personal de los individuos”.
Tenia una visión global de lo que sucedía en el partido y conocía al detalle a sus cuadros, recordando cómo tal o cual militante se había comportado en tal o cual momento, y a partir de allí deducía si era adecuado o no para una determinada tarea. Contaba con una especial rapidez para resolver los problemas más urgentes. Sobre esto, Trostky cuenta que “Vez tras vez sucedía que Vladimir Ilich tomaba el teléfono para proponer a Sverdlov determinada medida de emergencia y en la mayoría de los casos la respuesta que recibía era: "Ya". Esto significaba que la medida ya había sido tomada. A menudo hacíamos chistes sobre esto, diciendo: "Bien; lo más probable es que Sverdlov lo tenga... ya". “Como ustedes saben”, recordó Lenin cierta vez "al principio estábamos contra su inclusión en el Comité Central ¡cómo subestimábamos al hombre!’ Hubo una fuerte discusión al respecto, pero la base nos corrigió en el Congreso y mostró que tenía razón...”. El respeto de Lenin a Sverdlov era indudable y podía verse en que para muchas de las tareas más difíciles confiaba de manera absoluta en la resolución que podía darle Yacob.
Sin embargo, Sverdlov no buscaba concentrar la resolución de los problemas en su persona, de manera individualista. Por el contrario, “todo su trabajo preparaba las condiciones para una solución más sistemática y regularizada de todos los problemas del partido y de los soviets. (…) Era mucho más claro y más fácil abordar cada problema desde el punto de vista de la política y de los principios que desde el punto de vista organizativo".
Así es cómo, este revolucionario de perfil bajo en los años previos a 1917, comenzaría a mostrar su verdadera talla con el desarrollo de la revolución.
La toma del poder
En julio de 1917 cuando los bolcheviques fueron declarados contrarrevolucionarios, con los principales dirigentes en la clandestinidad, él permaneció en Petrogrado para organizar al partido y la insurrección. Sus cualidades se mostraban en todo su esplendor en los momentos mas críticos.
Durante las reuniones del Comité Central del 10 al 16 de octubre, pocos días antes de la toma del poder, Sverdlov pasó a formar parte del Comité Militar Revolucionario del Soviet de Petrogrado. Este comité sería el responsable de organizar el derrocamiento del gobierno provisional y la toma del palacio de invierno. “… las medidas más conspirativas se llevaban a la práctica por medio de la Organización militar de los bolcheviques, o de Sverdlov, "secretario general" no oficial, pero no menos efectivo por ello de la insurrección de octubre".
La revolución triunfa. El poder pasa de las manos del gobierno provisional a los trabajadores. Sin embargo no había un momento para sentarse a descansar. Era necesario formar un nuevo gobierno. Mientras Lenin y Trotsky debatían sobre llamar al nuevo gobierno Soviets de los Comisarios del Pueblo –“Eso huele formidablemente a revolución”, diría Lenin-, Trotsky cuenta en su libro Mi Vida la siguiente anécdota: “"– Y qué pasará –me preguntó Vladimir Ilich uno de esos primeros días, cuando yo menos lo esperaba– si las Guardias Blancas nos matan a usted y a mí? ¿Cree usted que Sverdlov y Bujarin sabrán salir del paso?" (…) Relaté por primera vez este episodio en mis recuerdos sobre Lenin, publicados en el año 1924(1). Según supe después, la noticia ofendió gravemente a la "troika" que entonces formaban Stalin, Zinoviev y Kamenev; sin embargo no se atrevieron a discutir su autenticidad. Las cosas son como son: Lenin sólo había nombrado a Sverdlov y Bujarin. No se le ocurrió pensar en otros”.(2)
Tiempo después, Yacob sería nombrado presidente del Comité Ejecutivo Central de los Soviets de toda Rusia. Y fue el encargado de redactar la constitución de la nueva República Socialista Federativa Soviética de Rusia.
Cuando en agosto de 1918, Lenin es herido en un atentado. Sverdlov toma provisionalmente sus funciones políticas, siendo el encargado de dirigir la lucha contra la contrarrevolución. Además dirigió un gran trabajo internacional preparando el 1er Congreso de la Internacional Comunista y participó en la organización de congresos de los partidos comunistas de Letonia, Lituania, Bielorrusia y Ucrania
El legado de Yacob Sverdlov
La muerte de Sverdlov fue un golpe para el partido y para la revolución. Murió a causa de fiebre tifoidea el 16 de marzo de 1919.
Trotsky cuenta que se encontraban en una reunión del Comité central, cuando se enteran que la salud de Yacob había empeorado bruscamente: “Vladimir llich fue al apartamento de Sverdlov y yo salí hacia el Comisariado para preparar inmediatamente la partida hacia el frente. En unos quince minutos llegó una llamada telefónica de Lenin, quien dijo con aquella voz peculiarmente alterada que significaba una gran tensión: "Se ha ido". "Se ha ido". "Se ha ido". Durante un momento, cada uno de nosotros sostuvo el teléfono en sus manos y cada uno podía oír el silencio al otro extremo. Luego colgamos. No había nada más que decir. Yakov Mijailovich se había ido. Sverdlov ya no estaba entre nosotros”.
En su discurso por la muerte de Sverdlov, Lenin pronunciaría estas palabras:
“Quien trabajó día a día con el camarada Sverdlov, recordará claramente que su excepcional talento organizativo nos proporcionó algo de lo que estábamos orgullosos con plena autoridad. Nos permitió llevar a cabo actividades concertadas, eficientes y realmente organizadas, actividades dignas de las masas proletarias organizadas y que satisfacían la necesidades de la revolución proletaria. Actividades concertadas y organizadas sin las cuales no podríamos haber logrado un solo éxito. (…) La memoria del camarada Yakov Sverdlov servirá no solo como un símbolo permanente de la devoción del revolucionario a su causa y como modelo de cómo combinar una mente, habilidad práctica, contacto cercano con las masas y capacidad para guiarlas; también es una promesa de que un número cada vez mayor de obreros, guiados por estos ejemplos, avanzarán hacia la victoria completa de la revolución comunista mundial.”
Discurso de Lenin frente a la muerte de Sverdlov
Notas:
1. León Trotsky, Lenin, Ediciones IPS-CEIP, Bs. As., 2009, “El trabajo gubernamental”, p. 282.
2. León Trotsky, Mi vida, Ediciones IPS-CEIP y Museo Casa León Trotsky, OE 2, Bs. As., 2012, pp. 352-353.
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