Una escena de película en medio de la vida real. El poder de interpelación de las imágenes y la misma complicidad genocida de ayer y siempre de la iglesia católica.
Martes 24 de julio de 2018
Foto: Andrés Felipe Nieves
¿Viste cuando tenés esa sensación de estar viendo una escena de película justo en medio de la vida real? Ese instante donde la mirada distraída pasa al vuelo sobre un fotograma increíble y sigue, pero al toque, el cerebro tira freno de mano y mete reversa al grito de… “¿Qué?”.
Viste cuando decís... ¿Qué más puede pasar? Subió el bondi, aumentaron el gas, el agua, la luz, le robaron a los jubilados, nos endeudaron a cien años, quieren flexibilizar aún más nuestros trabajos, vuelve el FMI y encima sacaron el fútbol para todos…
Justo cuando pensás que ya nada puede sorprenderte, levantás la mirada y ves a un cura arrancando de la pared un afiche con los ojos de Santiago Maldonado.
Sí, un cura, no te jodo, así como leés y te imaginás: un tipo vestido de sotana, cruz colgada al cuello y esa soguita que usan de cinturón.
Aunque usted no lo crea no es un sketch de Capusotto, es la mismísima vida real, es sábado 21 de Julio y estamos sobre la avenida Belgrano, esquina Defensa.
Mucho se ha debatido sobre el poder de las imágenes y su influencia concreta en la vida de todas nosotras y todos nosotros. ¿Hasta dónde una imagen, mas allá de la denuncia, puede acaso trastocar algo del orden establecido de las cosas? ¿Cuánto poder de fuego encierran las imágenes a la hora de generar conciencia?
Sin intención de querer saldar este debate a través de estas líneas, invito a detenerse particularmente en el origen de esta escena…
La foto comienza a revelarse varios meses atrás cuando un grupo de fotógrafas y fotógrafos deciden organizarse, imprimir afiches con los ojos de Santiago Maldonado y salir a empapelar la ciudad con su inquietante mirada.
Estamos a poco de que se cumpla un año de su desaparición y muerte, y estos fotógrafos se empecinan en salir a la calle para interpelar al conjunto de la sociedad a través de los ojos del “Brujo”.
Acción fotográfica le dicen.
Repasemos, primer acontecimiento: un colectivo de fotógrafos pega sobre un paredón la imagen con los ojos de Santiago Maldonado. Hay una primera respuesta: el cura tratando de arrancar la foto. Luego, un escalón más: un grupo de personas caminan por la calle y se topan con la escena…
Los transeúntes intentan impedir que el cura despegue la imagen y el cura trata de persuadir a los transeúntes. Obviamente se pudrió todo. Basta muy poco para imaginar el devenir del intercambio. Vale de ejemplo solo el primer round: “La pared está recién pintada” vs “la mirada de un joven asesinado por el Estado”.
Otra vez el medioevo vs el sentido de la memoria, la verdad y la justicia.
Hay que reconocer la perseverancia y paciencia del trasnochado cura y hasta cierto punto, su originalidad. En el momento donde mas peligró su floja batería de argumentos, soltó: “Si pusieran una cara de Jesús, también la sacaría”.
Bien… cerrame la ocho.
Quizás este anónimo y servil hijo pródigo del poder divino tiene una misión selecta: mantener blancas las paredes de una institución que, ya de lejos, se ve bastante turbia.
Una vez más la iglesia de ayer y de hoy, cómplice. Aquella que participó de la apropiación de cientos de bebés nacidos en cautiverio durante la última dictadura cívico militar, la que encubre y protege a miles de curas pedófilos, la que vive a costa del Estado y la que es hoy principal responsable del freno que le quieren imponer a las mujeres para conseguir el legítimo derecho a decidir sobre sus cuerpos: el derecho al aborto seguro, legal y gratuito. Esa misma iglesia que con su cínica doble moral, habla de “salvar las dos vidas” mientras el aborto clandestino mata a más de trescientas mujeres por año.
Las imágenes en sí, solas, no están llamadas a cambiar nada. Quizás el panorama cambie cuando en torno a ellas, un grupo de personas se reúne con el objetivo de invocar los mensajes que encierran, para amplificarlos y sacarlos a la calle. Será acaso esa saludable necesidad de además de mirar, actuar.
Esa noche llegué tarde a casa, caí redondo en la cama y tuve una pesadilla: soñé que era monaguillo y que creía que en esta vida no debía importarme en absoluto como viviese ni yo ni el conjunto de los mortales, total Dios, guardaba para mí el más hermoso paraíso tras mi muerte. Pero no, por suerte desperté y volví a sentir el alivio de ser militante trotskista y estar orgulloso de querer cambiar de raíz este sistema de mierda.
Así que acá estoy hoy, junto a uno de los fotógrafos que pegó los afiches con la mirada de Santiago, imprimiendo miles más para multiplicar sus ojos que nos miran desde todas las paredes.
Santiago Maldonado y Nahuel, presentes!
Si querés sumarte a las pegatinas, te dejamos la convocatoria original:
"Santiago, tu mirada nos mira" es una llamado a personas, grupos, colectivas, organizaciones populares a inundar las calles de intervenciones artísticas que potencien el mensaje de lucha de Santiago, de las comunidades mapuches y de todos los sectores organizados que resisten el avance represivo del gobierno.
En sus ojos se refracta caleidoscópica nuestra resistencia al olvido: queremos multiplicarlos, para encender las luchas, porque Santiago, el brujo, el lechuga, un pibe solidario, se convirtió en compañero de todxs.
Estamos proponiendo acciones como replicar retratos, hacer gigantografías o producir murales-collages, para interpelar desde el ardor de su mirada con una pregunta necesaria ¿La presencia sistemática y creciente de crímenes de Estado -lxs fusiladxs y desaparecidxs de la pseudodemocracia- nos va a detener o nos va a motorizar?
Seremos grito, cuerpx y abrazo.
Convocatoria a la acción! (nuestra fundamentación)
Te dejamos las propuestas:
+info [email protected]