Mientras se desarrolla la cuarta jornada de paros contra el Gobierno, Macron intenta mostrarse duro y se niega a cambiar los planes, dispuesto a llevar la batalla hasta consecuencias inciertas para su gobierno.
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Desde la gerencia de la empresa estatal aseguran que el número de huelguistas llega al 29,7 %, pero supera el 75% entre los maquinistas, lo que impidió que circularan la mayor parte de los trenes. "Es extraño. Parece que todos somos ociosos, pero cuando realmente dejamos el trabajo, no circula nada" asegura uno de los huelguistas en la estación Gare du Nord, de París, apuntando contra el discurso oficial.
La fuerza de la huelga se mantiene. Solo circuló un tren de alta velocidad de cada cinco, uno de cada tres regionales y uno de cada cinco ferrocarriles clásicos de larga distancia. En el caso de los trenes que viajan hacia España solo se mantuvo uno de cada cinco de los previstos.
Frente a un movimiento de protesta que se endurece, el Gobierno de Macron se ha dispuesto a dar una batalla de la imagen, para tratar de desacreditar las peticiones de los ferroviarios, una práctica común contra los huelguistas. Macron dará el jueves próximo, en vísperas del quinto día de huelga, en una extensa entrevista en el telediario de la tarde de la cadena TF1 para explicar su reforma.
Por su parte el presidente de la SNCF, Guillaume Pepy, en declaraciones al canal de televisión BFMTV aseguró que las huelgas han costado ya 100 millones de euros y defendió, reiterando el discurso gubernamental, la reforma del estatuto de los trabajadores ferroviarios como imprescindible para el funcionamiento de la empresa estatal.
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Acertadamente los sindicatos denuncian que las reformas que busca implementar el gobierno son un paso previo a la privatización de la empresa.
Pero los ferroviarios no se han intimidado ante la intransigencia oficial. En la asamblea de una de las cabeceras de París, Gare du Nord, los ferroviarios votaron la huelga ilimitada desde el 13 de abril. Esa medida aparece como una primera señal de radicalización de la huelga en respuesta a la contraofensiva de Macron.
El gobierno reprime a los estudiantes que luchan contra la reforma universitaria
Los estudiantes secundarios y de las universidades vienen protagonizando, junto a los trabajadores, la resistencia frente a los planes de ajuste de Emmanuel Macron que lleva adelante una reforma laboral llamada “XXL” por la magnitud de las medidas.
En varias universidades los estudiantes han votado en asamblea el bloqueo de las mismas, impidiendo el ingreso, además de movilizaciones y la convergencia con la lucha de los trabajadores ferroviarios y de otros sectores.
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Este lunes las fuerza de las CRS (Compañías Republicanas de Seguridad un destacamento policial que depende de la Policía Nacional francesa) ingresaron a la Universidad de Nanterre para desalojar una asamblea estudiantil que se realizaba pacíficamente en el anfiteatro de la facultad.
Los estudiantes de esa universidad denunciaron mediante un comunicado que “en la Universidad Paris X Nanterre, hubo una intervención policial durante la ocupación de los edificios de Ciencias Sociales en rechazo a la Ley Vidal, pero también a la expulsión de la ZAD de Notre-Dame-Des- Landes”. El comunicado continúa diciendo que “los CRS vuelven a la carga” contra los estudiantes y “los accesos están bloqueados, y se forma un cordón de CRS en la entrada de la habitación ocupada. Sin comprender lo que sucedía, tratamos de dialogar con ellos. Ninguna respuesta.”. La represión culmino con una docena de estudiantes detenidos y varios heridos.
Mientras el gobierno busca terminar con la lucha estudiantil mediante la represión, el proceso se extiende. Este lunes una asamblea de 2000 personas en la Universidad Sorbonne-Nouvelle votó la huelga y la ocupación de la universidad, sumando esa casa de estudio a las protestas.
Las medidas represivas del gobierno francés expresan su deseo de tratar de intimidar a los que están luchando, en un momento en que la ira de la juventud y los trabajadores se ha expresado ampliamente en movilizaciones, tomas de facultades y la huelga ferroviaria, para enfrentar los ataques del presidente Macron.
Macron busca doblegar la lucha de los ferroviarios para torcer la balanza en favor de sus medidas de ajuste. Pero no está claro que lo pueda lograr y la respuesta del movimiento huelguista muestra que existe la fuerza para derrotar el plan de reformas. |