Tras 3 años de diversos problemas de salud, con operaciones e internaciones complejas, a Hanna le diagnosticaron Síndrome de West, una encefalopatía u alteración cerebral epiléptica de la infancia, grave y muy poco frecuente.
A raíz de este diagnóstico, empezó un tratamiento farmacológico que llegó al absurdo de, a su corta edad, ingerir hasta 20 pastillas diarias entre las que se encontraban Levariracetam, Topiramato, Ácido Valproico y Enapril como protector gástrico debido a la cantidad de fármacos. Ante los resultados negativos de continuar con más de 200 descargas por día sumados a los efectos secundarios de los medicamentos que tomaba (diarrea, vómitos, fiebre, agotamiento, etc), y que la única respuesta de los médicos era aumentar las dosis de fármacos, es que Mirta decide probar un tratamiento alternativo.
Carla, madre de Hanna, uno de los tantos días en los pasillos del Garraham, escuchó de otras madres rumores sobre los beneficios del tratamiento con aceite de Cannabis, es por ello que decidió indagar asistiendo a una charla en un centro cultura de la localidad de Alejandro Korn sobre el tema. Ahí consiguió el contacto que pudo proveerle aceite y comenzar este tratamiento alternativo de manera progresiva.
Mirta emocionada, nos cuenta cómo al poco tiempo reemplazó todo el tratamiento con pastillas por 12 gotas diarias de aceite de cannabis con excelentes resultados, nos dice que empezó a dormir, muestra mayor atención y mucha energía, mejoró notablemente toda su motricidad. Hoy en día se logra parar y gatear por toda la casa, ama las cosas coloridas, se hace entender cuando necesita algo. Cosas tan simples pero que hace solo 3 meses atrás, eran imposibles de imaginar para su familia. Hanna fue una de las afortunadas que pudo acceder al aceite. Ya que el acceso a este es restringido, sobre todo por la ilegalidad que todavía representa.
Importar aceite “Charlotte Web” de Estados Unidos tienen un costo estimativo de 15 mil pesos mensuales, lo que lo hace inaccesible para la mayoría de las familias en nuestro país, paradójicamente, la sanción de la Ley de Uso Medicinal del Cannabis (27.350), trajo aparejada una mayor persecución hacia los cannabicultores, aumentaron en un 55% los allanamientos durante el 2017 respecto al año anterior, siendo la fuente de la cual se proveen la mayoría de los usuarios de aceite de cannabis.
Mirta nos dice claramente que esto tienen que cambiar, “El estado tiene que reconocer que esta es una necesidad de salud pública”, y se compromete a continuar luchando para garantizarle una mejor calidad de vida a su nieta.Hay que continuar la pelea no sólo para la acceder al uso medicinal sino también la despenalización y legalización de la mariguana con cualquier destino incluyendo el uso recreacional y el autocultivo.
Este sábado 5 de mayo, saldremos nuevamente a las calles en la Marcha Mundial de la Mariguana 2018, contra el lobbi y los negocios de las farmacéuticas, y exigiendo que se termine con la persecución de los presos por cultivar. |