La sentencia en el caso de ‘la Manada’ ha generado una ola de indignación y rabia popular en todo el Estado español. Es la expresión ante un sistema judicial patriarcal que culpabiliza a las víctimas y naturaliza las agresiones sexuales, la violencia hacia las mujeres y los feminicidios. Un sistema donde un juez conservador y machista tiene la potestad de un rey todopoderoso para interpretar a su gusto los hechos y dictaminar sobre nuestras vidas.
Por eso miles de mujeres, y también muchos hombres, salimos este pasado jueves 10 de mayo a las calles para manifestar nuestro repudio, retomando las movilizaciones del 8M y la huelga de mujeres.
Fueron miles las estudiantes que salieron a las calles contra la sentencia judicial de “La Manada” en más de 40 concentraciones en ciudades y localidades de todo el Estado. Una huelga de estudiantes convocada por el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas donde se manifestaron y concentraron decenas de miles de personas.
Una convocatoria con polémica en el movimiento estudiantil y feminista. El SE trató de que otras organizaciones se sumaran, Estudiantes en Movimiento (coordinadora de organizaciones estudiantiles vinculadas al PCE) y Frente de Estudiantes (organización estatal ligada al PCPE) se negaron y acusaron a la convocatoria de oportunista.
En varios comunicados, Estudiantes en Movimiento ha acusado al Sindicato de Estudiantes y a Libres y Combativas de tratar de aprovecharse de forma oportunista del rechazo generado por todo el país a la sentencia para dar visibilidad a sus organizaciones. El SE por el momento, no ha dado respuesta pública a las acusaciones.
Consideramos que la convocatoria del SE es ciertamente burocrática y sectaria, puesto que nos ha impuesto de manera unilateral al resto de organizaciones y colectivos el qué, el cómo y el cuándo. No compartimos por lo tanto el método de convocatoria, que desde nuestro punto de vista, debe partir desde las clases y las asambleas de base, así como de la discusión entre organizaciones estudiantiles y feministas, que es el método que desde nuestro punto de vista habría que seguir.
Sin embargo, tampoco compartimos la lógica de Estudiantes en Movimiento y del Frente de Estudiantes que está detrás de las críticas al SE. Una lógica que entiende al movimiento estudiantil de forma corporativista, considerando que debe ceñir su lucha a las cuestiones educativas. De esta forma, el movimiento estudiantil no tendría la autoridad para posicionarse contra la justicia patriarcal en primer lugar porque es una cuestión que corresponde al movimiento feminista, pero en segundo lugar, porque no es un tema educativo.
Por esto mismo han remarcado en los últimos días el contenido feminista de la convocatoria de este pasado 8 de mayo, lanzada desde las Plataformas en Defensa de la Escuela Pública a nivel estatal. Aunque las consignas no iban en contra del Estado y la justicia patriarcal, sino en defensa de una educación feminista para erradicar “las manadas”, puesto que la convocatoria era educativa.
Nos oponemos a esa lógica corporativa, según la cual el movimiento estudiantil solo debe reivindicar cuestiones exclusivamente educativas. Pero además nos oponemos a todo tipo de burocratismos y sectarismo. Tanto por parte del SE, por su forma de llamar a las convocatorias; como por parte de Estudiantes en Movimiento y el Frente de Estudiantes por boicotearlas y por atribuirse el rol de jueces en el movimiento estudiantil.
Desde las distintas agrupaciones firmantes hemos apoyado y participado en la convocatoria del 8 de mayo y, del mismo modo, también nos hemos sumado a la del 10 de mayo promovida por el SE. No compartimos el método de la convocatoria, como ya comentábamos, pero sí el contenido de la misma. Nos parece importante que la juventud estudiantil se posicione contra la justicia patriarcal de este Régimen del 78 continuando la experiencia del 8M. Al mismo tiempo que no compartimos las propuestas punitivistas, como las planteadas por el SE de mayores “castigos ejemplares”, ya que aumentar las penas a los crímenes sexuales no son una solución.
Si la fuerza del movimiento de mujeres en las calles se canaliza hacia una estrategia que pone el eje en exigirle al Estado (el mismo Estado que es cómplice del patriarcado, que expulsa a los inmigrantes y persigue activistas) penas más duras para los agresores, puede terminar en una legitimación de éste, mientras se crea la ilusión de que con castigos individuales se puede terminar con la opresión hacia las mujeres.
El 8M ha sido una impresionante movilización feminista que ha puesto de manifiesto la alianza criminal entre patriarcado y capital, con gran participación de la clase obrera y de la juventud. En ese sentido, desde Pan y Rosas reivindicamos al movimiento feminista y los espacios unitarios del 8M en los que también hemos venido participando. Hemos tenido que ser las mujeres las que tras casi seis años hemos impulsado nuevamente una huelga general en todo el Estado, poniendo en evidencia además a las burocracias sindicales de UGT y CCOO que no la apoyaron (burocracias con las que el PCE curiosamente no se muestra tan crítico).
El rechazo a la sentencia de “La Manada” ha vuelto a constatar la importancia y fortaleza del movimiento feminista. Por eso entendemos que, desde las clases, los institutos y las facultades debe rugir un grito de rechazo contra esta justicia patriarcal, el movimiento estudiantil también tiene que posicionarse. Esta es la razón por la que este jueves nos hemos sumado a la convocatoria del SE, porque entendemos que no sumarse suponía boicotear una movilización cuyo contenido era bueno, aunque hemos apoyado desde una posición crítica.
No compartimos el burocratismo y el sectarismo, por eso lamentamos que la convocatoria de este 10 de mayo nos haya sido impuesta por el SE, pero también que haya no haya sido apoyada por el resto de colectivos y organizaciones feministas y estudiantiles.
Apostamos por las alianzas entre el movimiento estudiantil, el movimiento obrero y el movimiento feminista para levantar una sola lucha contra este Régimen del 78. Porque es el mismo Estado, con su justicia patriarcal para ricos, el que nos impone tasas y recortes en la educación o concede privilegios a la Iglesia y a la concertada; el mismo que recorta las pensiones y nos impone la precariedad laboral; el mismo que mantiene la Ley de Extranjería persiguiendo y criminalizando a las personas migrantes; el mismo que ataca la libertad de expresión y el derecho a la autodeterminación; o el mismo que naturaliza las agresiones sexuales, la violencia hacia las mujeres y los feminicidios, culpabilizando además a la víctima. Estamos por la unidad de las luchas y por un movimiento estudiantil feminista y anticapitalista que revolucione las aulas para revolucionar la sociedad.
Es necesario hoy más que nunca levantar comisiones de mujeres y LGTBI democráticas e independientes, en los centros de estudio, organizadas junto a profesoras y personal no docente. Protocolos contra la violencia machista y LGTBI en los centros de estudios y trabajo. Guarderías gratuitas en los centros de trabajo a cargo de las empresas. Y por la socialización de las tareas de reproducción de la fuerza de trabajo. Medidas específicas para luchar contra la discriminación laboral de las personas LGTBI. Una educación sexo-afectiva libre sin la intromisión de la Iglesia. Por la separación efectiva de la Iglesia y el Estado. |