Martín Pino tenía 33 años, una hija y un segundo hijo en camino. Su pareja, Mari, nos cuenta que ambos estaban muy contentos por la noticia. Martín trabajaba para la empresa de seguridad privada Murata S.A, que es contratada por Trenes Argentinos para realizar trabajos de vigilancia, en puestos fijos o como también brigadistas sobre los trenes.
Martín trabajó para Murata durante más de dos años. Durante la mayor parte tiempo estuvo en la Línea San Martín. Sin embargo, hace muy pocos días, la empresa lo trasladó -como castigo- a un puesto fijo conocido como “cableado”. Este se ubica a pocos metros de la estación Retiro de la Línea Mitre. Fue solo, sin ningún tipo de preparación ni instrucción de cómo manejarse en una zona en donde se unen las vías de distintos ramales.
Las anécdotas de los trabajadores del ferrocarril sobre cómo hay que “zafar” para no caer a las vías, electrocutarse o ser arrollado por una formación, ilustran las condiciones inhumanas de este puesto. Allí no hay luz, agua y ni siquiera un baño.
Como si esto fuera poco, Cecilia Cartes (familiar) nos cuenta cómo tuvieron que pelear para poder despedir a Martín en paz, ya que su DNI no aparecía luego del accidente. La familia denuncia que él nunca salía sin el documento y que la policía y ambas empresas se manejaron con muchas irregularidades luego de la muerte del joven.
Murata desliza, por lo bajo, que las razones de muerte no tienen que ver con las condiciones paupérrimas en las que trabajaba, sino que, en realidad, Martín habría querido suicidarse. Tanto familiares, como amigos y compañeros, salieron a desmentir estos dichos, que solo buscan desligar a la empresa de este desenlace completamente evitable.
El cinismo de las empresas que tercerizan las tareas no tiene límites. Son capaces de inventar cualquier tipo de historia para mantener su impunidad, sin ningún tipo de respeto por la vida.
Este hecho que nos conmueve profundamente es una muestra más del desprecio que tienen Murata y Trenes Argentinos por la vida de sus trabajadores. Deja al desnudo un sistema laboral que constantemente persigue y castiga, pero no está ni cerca de cumplir con las condiciones básicas de trabajo. A esto se suman salarios miserables y jornadas interminables.
Su familia se encuentra destrozada despidiendo a Martín, al igual que todos sus compañeros que lo recuerdan con mucho cariño y dolor.
Ahora queda por delante la necesidad de que esta muerte no quede impune. Su familia y compañeros quieren justicia por Martín; que esto no se vuelva a repetir; y que Murata y Trenes Argentinos dejen de tratar a los trabajadores solo como un numero mas de sus ganancias y respeten sus derechos.
Para lograr esto la pelea por el pase a planta permanente tiene ser algo central en esta pelea, que solo triunfara con la unidad de los trabajadores tercerizados y el apoyo absoluto de los trabajadores de planta de Trenes Argentinos.
Hoy a las 15 hs convocan familiares, amigos y compañeros de Martín junto a distintas organizaciones a una concentración en el Hall de Retiro. |