Por una disposición interna de Gendarmería Nacional, firmada por el director de la fuerza Gerardo Otero, ahora los efectivos podrán portar sus armas personales (además o supliendo la reglamentaria) mientras están en servicio.
Esta nueva disposición se ampara en la “emergencia de seguridad pública” decretado por Macri hace dos años y extendida hasta ahora.
La explicación desde la misma fuerza al cambio de la normativa vigente hasta ahora, se debe a una supuesta “falta de presupuesto” y a que la “institución enfrenta una falta de recursos materiales (…) por lo que resulta dificultosa la provisión al personal”. Pero esta argumentación carece de sentido total al compararla con la realidad.
Desde los años kirchneristas, la Gendarmería fue una de las fuerzas “mimadas” por el gobierno anterior, que a fuerza de aumentar discrecionalmente el presupuesto, fue aumentando sus miembros, como sus armementos y logística.
En el último gobierno de Cristina Fernández, por ejemplo, esta fuerza (bajo las órdenes de Nilda Garré) fue la encarda de llevar el llamado “Proyecto X” que se encargaba de infiltrar agentes en movilizaciones de trabajadores y organismos de derechos humanos para después armarles causas.
Poco antes de que terminar su mandato Cristina Fernández, y ya bajo las órdenes de Sergio Berni, la Gendarmería fue la encargada de reprimir una y otra vez a los trabajadores de Lear, que pedían por sus puestos de trabajo. Allí se la pudo ver a la gendarmería muy pertrechado y recargada con cámaras Go PRo, drones, carros hidrantes y un sinfín de armamentos.
Más acá en el tiempo, ahora bajo las órdenes de Macri y Bullrich, la gendarmería fue la fuerza que llevó adelante el operativo ilegal de desalojo en la Pu Lof que terminó con la desaparición (y posterior muerte) de Santiago Maldonado.
Luego de la desaparición forzosa, desde el gobierno nacional se movilizó todo un aparato de inteligencia y de fiscales y jueces para bancar a la fuerza que la misma Bullrich decía que iban a necesitar “para la Argentina que viene”.
Sin ir más lejos, el presupuesto del año pasado para seguridad fue 476% mayor al año anterior y para este año el presupuesto es de 95.673.519.049 de pesos.
Pero más allá de la justificación, lo grave es el hecho en sí. Como explica Manuel Trufó del CELS, la nueva disposición hará "más débil el control y la trazabilidad del armamento y la munición de los gendarmes y encierra como riesgo adicional la pérdida de distinción "entre lo público y lo privado".
En el medio del ajuste del macrismo, y el acuerdo con el FMI que profundizará el ajuste sobre el pueblo trabajador, el gobierno le da más poder de fuego a la fuerza responsable por la desaparición y muerte de Santiago Maldonado, la misma fuerza “estrella” de los últimos gobiernos elegida para reprimir cada vez que los trabajadores salieron a luchar por sus derechos. |