Acceso
Lo Público y Privado se profundizará para Sebastián Piñera a través de “Un libre y amplio acceso”. El concepto “libre” se refiere a libertad de mercado donde relaciona “naturalmente” espacios que caen en el marco de empresas culturales, en su mayoría, fundaciones y en corporaciones de derecho privado.
La utilización de una plataforma digital con fibra óptica, para ligar los espacios públicos y privados en materia cultural, es su salida para dar mayor acceso. En tan solo unas líneas de su único párrafo en materia de cultura, se refiere al acceso como un problema de actualización digital y conexión de los espacios ya existentes.
Lo que no dice, es que le queda como anillo al dedo el trabajo realizado por la Nueva Mayoría de no generar espacios culturales 100% financiados por el estado, mientras potencia empresas culturales con un claro acceso restringido por lo económico. Un ejemplo claro es en la educación pública, donde no hay un plan para potenciar sistemáticamente una ligazón a instancias culturales para las y los estudiantes.
Para el caso de la docencia teatral hay un “ nuevo sistema de educación pública” que implementará teatro dentro de la malla curricular en los colegios, pero es coincidentemente a través de una fundación, fundación teatro a mil, con toda la desviación de en vez de ser funcionarios públicos, pasamos a trabajar en una empresa privada, y no como profesores, sino como monitores, que tiene efectos en los sueldos a fin de mes.
Patrimonio
Y potenciando el patriotismo en su cuenta pública, la cultura no está ajena a su “Identidad Nacional”. El presidente Piñera, muy feliz de haber ampliado a un fin de semana el día del Patrimonio Cultural, dejó claro, así como también en el pasado gobierno de la Nueva Mayoría, en enfatizar los espacios patrimoniales con su historia llena de privilegios, como el Palacio Cousiño, que habla de lo hermoso del espacio, pero sin hablar que los dueños fueron explotadores de los mineros de Lota por ejemplo, o fomentando la difusión de las instituciones del Estado, como la Moneda o Tribunales.
¿Y la historia de las y los trabajadores y los sectores oprimidos? Por supuesto para la Derecha queda en el olvido. Un ejemplo claro es la fábrica Sumar, donde resistieron trabajadores de los cordones industriales en el golpe militar, hoy convertido en bodegas de ropa.
Apoyo a los artistas:
Y dice Piñera: “Apoyaremos a nuestros artistas y pondremos en plena marcha nuestra nueva y renovada Institucionalidad Cultural.”
Y no dice nada más. El contenido, hay que ir a buscarlo a su programa de gobierno inicial, a las declaraciones de la Ministra de Cultura anteriores. “El apoyo” es seguir fortaleciendo La ley Valdés, que es financiamiento de los privados a instancias culturales, donde las empresas que “apoyan” evaden impuestos.
Por lo demás, 0% de aumento en financiamiento en materia cultural por parte del estado, y transformar a un registro único postulaciones a concursos como Fondart o los ventanillas abiertas, donde son forma de simplificar su administración de los recursos, y por qué no, a través de su optimización del sistema, dejar afuera a una gran cantidad de artistas. Los fondos a proyectos artísticos no han aumentado.
Como artistas y trabajadores de la cultura y las artes, necesitamos alzar la voz, no quedarnos callados, y levantar una política clara que haga frente a los golpes de la derecha. El párrafo cultura de la cuenta pública no es más que el reírse de nosotras y nosotros, pero con un contenido que se completa en los otros párrafos como reforzar el crecimiento empresarial en desmedro de las y los trabajadores, aumentar la agenda valórica, implantándose lo conservador que va en desmedro del movimiento de mujeres, y que se traduce en golpes como que el gobierno subiría sólo un 2% el salario mínimo, mientras las mujeres ganan 20% menos que los hombres, afectando a toda la población trabajadora. Privatizar aún más la salud pública y el fortalecimiento en planes y tecnología en las fuerzas armadas.
Si el problema es de conjunto, entonces se necesita un norte estratégico de cambiar de conjunto esta sociedad capitalista, y su carácter neoliberal. Con la mano de las y los trabajadores, que es la población más precarizada, y que puede apretar el bolsillo a las y los empresarios en caso de parar, es un norte claro de cómo organizarnos, pensando en la unidad clasista con sectores estudiantiles para acabar con toda la opresión y explotación.
Ese norte lo tiene hoy en día el Partido de Trabajadores Revolucionarios, donde buscamos como artistas y trabajadores de la cultura, no solo quedarnos en lo chico, sino como en el caso de la experiencia del Gam, buscar hacer los puentes para cambiar estructuralmente la cultura de mercado y la sociedad capitalista en su conjunto. Necesitamos golpear fuerte, necesitamos organizarnos. |