Si este partido hubiese hace 4 años hubiéramos podido catalogar a la Selección Argentina cómo un equipo normal de Sabella. Hoy, Argentina fue un equipo sencillo, simple, buscando la pelota segura y reuniéndose ante el balón para generar juego: Argentina volvió a las bases, y por eso jugó realmente bien, sobre todo en el primer tiempo.
Nigeria poco pudo hacer ante una pasible línea del medio campo, poca neutralidad y Banega-Messi se ubicaron allí en reiteradas ocasiones para generar desequilibrio y quedar mano a mano ante una limitada última línea africana. Pero, defensivamente, cómo preveíamos, se paró 5-3-2. El ocupar el espacio sin perseguir al hombre fue la principal diferencia entre la defensa nigeriana y las defensas de Islandia o Croacia, que limitaron el juego interior; la selección Africana permitió ocupar esos espacios para crear volumen de juego.
Las asociaciones individuales fueron indispensables para reunir a un equipo alrededor del balón, de hecho, el juego asociado fue el bastión de Argentina en el primer tiempo, en dónde Banega y Messi se colocaron en posiciones de receptores para acelerar luego:
Aunque, si bien el lanzador allí es Mascherano, no siempre lo fue; en otros momentos fue Banega el intérprete de las lecturas de juego ofensivo, pero el cuadrilátero o el triángulo siempre se mantuvieron fijos:
Además, prestemos atención a la posición de ambos laterales argentinos: abrir toda la cancha es fundamental para romper una línea de 5 defensores. Esto también lo hizo Croacia con Nigeria y se ve que Sampaoli tomó nota. Así mismo, la posición de los laterales fue producto de una movilidad intensa de los volantes argentinos, esto es gracias a Banega que entendió muy bien su rol de administrador de juego y de atacante de los espacios entre los defensores y mediocampistas rivales. Los laterales suben de internos, los volantes se posicionan de wing. Argentina fue amplia y con movilidad de juego durante el primer tiempo.
Pasando en limpio, la estructura de mediocampo para la creación de juego por el equipo de Sampaoli fue con Banega y Enzo Pérez de internos, los laterales abiertos y Messi suelto.
El término de “Messi libre” conduce a un Messi destinado a ubicarse en su mejor posición natural, es decir, por derecha, buscando arrancar desde allí.
Pero si bien este triangulo se mantuvo en todo el partido, no siempre fueron los mismos. Con la salida de Enzo Pérez durante la segunda etapa, fue Messi el que se ubicó dentro del esquema (perdiendo un poco el protagonismo desequilibrante) para que Pavón ataque cómo wing por la derecha.
El mejor jugador del partido fue Banega. El ex Newell´s demostró ser el más inteligente y el mejor nexo para unir todo el desequilibrio que habíamos destacado en los análisis de los partidos anteriores. Banega no solo fue un nexo que se asoció con el pase corto o los lanzamientos, sino que silenciosamente se cerraba para liberar el espacio a un compañero que llegara por sorpresa desde la defensa, ese rol fue vital para generar desequilibrio numérico al 5-3-2 africano
¿Qué pasó cuando esto no fue posible y no hubieron socios directos para crear juego? Banega sacó de la galera su manual de recursos: ésta vez fue un lanzamiento a una diagonal marcada por Messi. Ésta jugada terminó En gol y fue brillante.
Para ir terminando, un detalle que nos complicó después del primer gol: las transiciones rápidas. Argentina se lanzó al ataque en busca del segundo gol con más corazón que otra cosa, hacer un análisis de esos minutos es imposible porque juegan otros factores y no solamente el juego, por momentos es necesario dejar de lado la táctica y asumir la responsabilidad en lo sentimental, ese factor no tangible tan importante en el fútbol. Bueno, en las transiciones rápidas nigerianas, Mascherano se vio muy sobrepasado y generaron peligro.
Las jugadas de apoyos defensivos fueron un factor muy importante para determinar un balance: Argentina fue simple, jugó bien porque se juntó a través del pase, Banega fue el socio ideal para crear la estructura que le permita a Messi desarrollar su capacidad y los laterales-volantes hicieron un tándem muy complementario y bueno.
Empezamos a jugar, por fin, y en el momento justo, era necesario. Ahora podemos decir que tenemos ciertos argumentos para enfrentar lo que viene. Se nos viene Francia, veremos con qué nos encontraremos. |