Hace ya más de 20 años, el comediante norteamerciano George Carlin, fallecido el año 2008, realizaba una hilarante rutina en el Beacon Center de Nueva York, en la cual su primera parte consistía en realizar una crítica ácida en contra de quienes aludiendo a salvar la vida de los “futuros niños”, por el contrario eran quienes sostenían con mayor fuerza el racismo, la misoginia y la desigualdad social, de un sistema económico que lanza a miles de personas a condiciones de miseria.
De igual manera Carlin despotrica en contra de la iglesia católica, la cual siendo una de las instituciones conservadoras más poderosas del planeta, predica una moral religiosa que contrasta con los hechos de pedofilia y abuso sexual de menores que han estallado este último tiempo. Es cuestión de verlo en nuestro país, por medio del encubrimiento de las principales figuras eclesiásticas como el arzobispo Ricardo Ezzati.
Casi proféticamente, hace 22 años el fallecido Carlin, fue capaz de realizar una comedia descarnada, cuyo material parece casi una calca del gran debate que hoy polariza a la sociedad, viviéndose un clima de aún más tensión en el caso de Argentina, donde este 8 de Agosto se debate la media sanción a favor del aborto legal, libre, seguro y gratuito, mostrando la gran fuerza del movimiento de mujeres en la calle, que junto a cientos de miles han salido a apoyar su increíble fuerza.