Hace dos meses, Pablo Roberto Quidel, Sandro Gabriel Berthe, Pablo Federico Bender, Héctor César Martínez, Juan Francisco Barrera, Pablo Andrés Albarrán Cárcamo, y Diego Vicente Cuello fueron condenados a prisión perpetua luego de que la querella presentara pruebas que incriminan a estos efectivos de la policía de Río Negro en el homicidio de Daniel Solano. Cientos de testigos prestando declaración, la exigencia de justicia por Daniel y Gualberto de la comunidad y organismos de DD.HH. y finalmente la sentencia de la jueza García Balduini, no alcanzó para que la Junta Disciplinadora del Gobierno de la provincia separe a estos siete imputados de la fuerza policial.
Laura “Xime” Santillán, referente del PTS en el Frente de Izquierda de Río Negro, comentó a LID: “Pareciera que durante los dos días de junta, al organismo disciplinatorio se les `pasó por alto´ el tema. No hay dudas de que esta actitud política va en consonancia con las declaraciones del gobierno de la provincia de Juntos Somos Río Negro que por `falta de sentencia condenatoria´ se opuso a la exoneración de los imputados. Es un claro mensaje de impunidad para todas las fuerzas represivas de un gobierno que, además de ser un partido amoldable a cualquier gobierno nacional de turno, durante siete años le dio la espalda a Gualberto Solano, a sus abogados y la comunidad Vallemediense quienes lucharon incansablemente por conseguir la sentencia que hoy condena a los efectivos a perpetua”.
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Este no es un hecho aislado, está enmarcado en las políticas represivas a nivel nacional, que con Burllich a la cabeza y la “doctrina chocobar” le dan luz verde a los efectivos del aparato represivo para que ejerzan su función con total impunidad, asegurándoles aval para profundizar la represión y el gatillo fácil, agravando la estadística del 2017 que según CORREPI cada 23 horas una persona fue asesinada por el Estado.
El joven trabajador golondrina tenía 24 años en el momento de su desaparición forzada, ocurrida hace 7 años. Durante todo ese tiempo el Estado y los gobiernos de los diferentes colores políticos le negaron la justicia mínima que se merecía un padre como Gualberto, que enfrentó la impunidad hasta los últimos días de su vida.
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La exigencia por verdad y justicia por Daniel, continua con la misma fuerza de jóvenes que como él, Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, que enfrentaron la represión, el ajuste y la desidia de este régimen capitalista, pero también con la nueva fuerza de las pibas exigiendo aborto legal y las y los estudiantes que defienden la educación pública, quienes están siendo vanguardia, aliándose con los trabajadores |