El sábado fue la inauguración de la tercera edición de los Juegos Olímpicos de la juventud, evento que reune a atletas de todo el mundo de entre 14 y 18 años. Por primera vez, la sede es en Buenos Aires.
El gobierno de Larreta, que gastará alrededor de 8 mil millones de pesos para su realización, organizó un show de inauguración en el obelisco, donde se congregaron miles de personas.
La encargada de cantar el himno nacional para la apertura fue la actriz Ángela Torres, que se subió al escenario con un pañuelo verde de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Fue un gesto para mostrar que, más allá de lo que hayan decidido 72 dinosaurios en el Senado, la pelea del movimiento de mujeres se mantiene y va a seguir hasta conseguirlo.
El periodista deportivo Pablo Vilouta felicitó a la cantante por su interpretación, y eso desató la furia de Eduardo Feinmann, que orgulloso de sus posturas derechistas, salió a contestarle a su compañero que lo del pañuelo era “una falta de respeto”.
La respuesta de Ángela fue contundente: “Vos sos una falta de respeto, Feinmann”.
Mientras sigue la pelea por la separación de la Iglesia y el Estado, estas situaciones muestran cómo en los últimos meses, y con las discusiones que atravesaron a todo el país, una nueva generación nació a la vida política y vino a cuestionarlo todo.
Ni la juventud ni el movimiento de mujeres van a callarse más cuando personajes como Feinmann digan barbaridades, o cuando la Iglesia reaccionaria quiera avanzar contra derechos como la Educación Sexual Integral. |