Mauricio Macri aseguró este lunes que "nunca antes ha habido tanta libertad de prensa como ahora" en la Argentina. El presidente se refirió al tema desde Salta, provincia a la que acudió para participar de la septuagésima cuarta asamblea de la sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
Macri reivindicó este aspecto de la política de su gobierno, como una de los mejores avances a destacar desde que desembarcó en la Casa Rosada.
"Hacía muchísimo tiempo que en la Argentina no había tanta libertad de prensa como ahora y me llena de orgullo que después de tantos años los argentinos pasemos por un momento institucional fuerte", sostuvo. ¿Momento institucional fuerte? esta caracterización no se condice con la situación actual del Gobierno, ni en el aspecto vinculado a la libertad de prensa, ni en ningún otro.
Desde que Cambiemos asumió, su política de prensa y comunicacional consiste en un permanente vaciamiento del sistema de medios públicos. Así lo evidencia la lucha de los trabajadores y trabajadoras de la agencia estatal de noticias Télam, que enfrentan los despidos y el vaciamiento a cargo de Hernán Lombardi.
En agosto, un comunicado del SiPreBA denunciaba el vencimiento de la paritaria de los trabajadores y trabajdoras de Radio Nacional. A su vez, mencionaba que en la emisora, un centenar de compañeros y compañeras fueron “dados de baja mediante las jubilaciones anticipadas y un plan de retiros voluntarios, cuyas ausencias suponen el resentimiento del servicio de interés público brindado por la emisora toda vez que no fueron cubiertas".
Por mencionar otro ejemplo, en septiembre trabajadores y trabajadoras de la TV Pública denunciaron amenazas y amedrentamiento por parte de un funcionario de la gestión del canal. "Estás bien al frente con tu cabellera rubia como para comerte un hermoso balazo de goma, ahí, ante una eventual represión". La amenaza fue propinada por Darío Ribba, secretario de la gerenta de recursos humanos Marisa Piñeiro, en un audio que envió a una trabajadora del canal que participó de una manifestación. La acción sindical se había realizado contra el congelamiento salarial y el vaciamiento en la TV Pública. Hermosa calidad institucional la de Macri y Lombardi.
"A veces algunos dicen que el Gobierno no debería tolerar que se diga cualquier cosa en los medios, pero esa Argentina se terminó. En la Argentina de hoy cada persona puede decir libremente lo que quiere y piensa”. Denuncias sobre persecución a periodistas desmienten totalmente esta afirmación del presidente.
“No hay más un Gobierno que genera medios adictos que manipulan información a su favor y mucho menos presionando a periodistas", enfatizó Macri. No se sabe de qué país habla Macri, pero en Argentina Cambiemos ha hecho todo lo contrario a lo que sostuvo. Crear medios adictos y beneficiar a las empresas de medios con jugosos negocios, es algo que marca su gestión. Esto se ve claramente en los enormes favores que recibió el Grupo Clarín, que propiciaron su expansión como un gran pulpo monopólico en el mercado de las telecomunicaciones.
El rol jugado por grandes medios como Clarín, La Nación y otros en el marco de la crisis por la desaparición de Santiago Maldonado, dejó bien en claro hasta dónde son capaces de llegar los medios afines al Gobierno. Lejos de honrar el oficio periodístico, fueron parte indispensable de la campaña de mentiras y calumnias contra el joven y su familia. Desprestigiaron a quienes exigían su aparición y el esclarecimiento de los hechos que terminaron en su asesinato. Difundieron pistas falsas y versiones increíbles sobre su paradero y lo acontecido el 1° de agosto de 2017. Además, fueron una pieza clave del armado del relato del “enemigo interno”, con el objetivo de justificar la salvaje represión y persecución al pueblo mapuche. ¿No hay periodismo adicto?
La voluntad de atacar la libertad de prensa se expresó ni bien asumió Cambiemos, con un a cláusula en el protocolo antipiquetes para reglamentar la actividad periodística en el marco de represiones. Con el objetivo de obstaculizar la cobertura periodística de estos acontecimientos, el protocolo disponía en su capítulo III que la Policía deberá determinar la ubicación de los periodistas de manera que “no interfieran con el procedimiento”. |