Este martes llegó a México la XIV Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos 2018. Se trata de un grupo de madres centroamericanas que año con año cruzan México con la esperanza de encontrar a sus hijas e hijos desaparecidos que querían llegar a Estados Unidos. Estas mujeres dejan sus casas, sus pueblos, sus familias; vienen desde Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala.
La caravana ingresó desde Ciudad Hidalgo este martes 23. Les espera el cruce fronterizo en el Río Suchiate, que en días previos fue escenario de la represión contra miles de centroamericanos, principalmente hondureños por parte de las autoridades que desplegaron a elementos de la Gendarmería y la Policía Federal.
El único objetivo que tiene esta caravana de mujeres es rastrear a sus familiares desaparecidos que huyeron de la pobreza extrema, la violencia o la represión en su países de origen.
Las madres centroamericanas recorrerán Tapachula, Frontera Comalapa, Jaltenango, Revolución Mexicana, Villaflores, Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de las Casas, donde realizarán diversas actividades, como marchas, encuentros y la búsqueda de sus familiares, de quienes traen fotografías colgadas en el pecho como cada año.
La denuncia es clara: la desaparición de miles de personas que han dejado los dos sexenios –el de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto– con la continuidad de la llamada “guerra contra el narco” y la militarización de todo el país.
El contexto de esta 14ª edición de la caravana se inscribe en el éxodo de miles de centroamericanos, entre salvadoreños, guatemaltecos y hondureños que el pasado viernes 19 de octubre se internaron en territorio mexicano con el objetivo de cruzar hacia Estados Unidos en la Caravana Migrante.
Este éxodo es una clara manifestación concreta de desplazamiento forzado, y por ello organizaciones sociales y derechos humanos ha interpelado a las autoridades locales y al gobierno mexicano, así como a la prensa nacional e internacional y a los pueblos y comunidades para que el caminar de estos miles de desplazados sea nombrado como eso: desplazamiento forzado y no como una “migración irregular”.
Las miles de personas que integran la Caravana Migrante no persiguen el llamado “sueño americano”, huyen de las condiciones sociales, económicas y políticas que los gobiernos centroamericanos mantienen a fuerza de represión y que ahora encabezan las deportaciones de los migrantes, mostrando su carácter servil y de subordinación a los dictados de la Casa Blanca y de Donald Trump.
Ante las diferentes caravanas de migrantes y madres centroamericanas es fundamental luchar codo a codo con ellos para abrir las fronteras, reiterar la denuncia del cese a la persecución y la represión, así como garantizar el libre tránsito y luchar por poner en pie un gran movimiento o red de solidaridad que logré arrancar plenos derechos sociales y políticos a toda persona que se encuentre en el país.
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