Cómo informó La Izquierda Diario el último lunes todos los trabajadores de Canale Lavallol recibieron el telegrama de despido. Llevaban tres meses sin cobrar los salarios, decidieron el mismo lunes realizar un acampe para evitar que retiren la maquinaria y en defensa de los puestos de trabajo.
El Grupo Canale que estaba en concurso preventivo se encargaban de la realización de los envases de hojalata para las conservas de tomates, legumbres, dulces y mermeladas, de los productos que comercializaba el mismo grupo empresario.
Los antecedentes
El tres de octubre de este año la firma Industrias Alimenticias Mendocinas, propiedad también del grupo Alco-Canale, decretó en la Justicia comercial su quiebra en la provincia cuyana. Las fábricas afectadas fueron las de Tunuyán, Tupungato y San Rafael. Son más de mil trabajadores que quedarían en la calle.
Si bien en Lavallol no está aun declarada la quiebra ya enviaron los telegramas de despidos a los casi cien empleados.
La situación de la fábrica en Lomas de Zamora no es nueva, desde el 2015 cuando pidieron un rescate al gobierno de un préstamo al Banco Nación de 1.500 millones de pesos. Sin embargo los trabajadores denuncian diferentes irregularidades, hace tres años eran 130 los empleados de la metalúrgica, que con despidos a goteo y retiros voluntarios quedaron los menos de cien trabajadores que son hoy.
Las excusas
La empresa intenta explicar su situación actual "crítica" apelando a la crisis a nivel nacional en la industria alimenticia por "la apertura indiscriminada de las importaciones, la caída de la demanda agregada, la suba de tarifas y la falta de políticas públicas para el sector" Sin embargo los números dicen otra cosa ya que registraron un record de producción entre octubre de 2017 y abril de este año y aumentaron la exportación de sus productos (en dólares)
Lamentablemente la Uom gremio que nuclea a los trabajadores metalúrgicos dejó pasar el ataque, y luego de meses de atraso en el pago de los salarios definió en reunión con la empresa colaboración con la firma que quería sacar una producción mayor a la habitual. La empresa contrató personal temporal, sin ningún derecho y los de planta permanente realizaron horas extras sin cobrar adicionales. La tibia promesa de la empresa era ponerse al día con los pagos en el mes de mayo. Y claro, tampoco la cumplió.
"Queremos seguir trabajando"
Los empleados habían denunciado que llevaban tres meses sin cobrar su salario, sin obra social, sin ART, sin nada y, en la práctica, también sin trabajo. La mayoría de los despedidos cuenta con más de 20 años de antigüedad.
El mismo día que se conocieron los despidos de todo el personal, los trabajadores decidieron en asamblea acampar en las puertas de la fábrica para impedir así el vaciamiento y como explican en el comunicado que difundieron mantener la fuente de trabajo "¡Queremos seguir trabajando!" finaliza el texto. |