El surgimiento del movimiento peronista nació a finales de la 2da Guerra Mundial, frente al avance hegemónico del imperialismo norteamericano. En Jujuy estos recambios políticos llevaran a ver nacer el peronismo local con sus propias características.
El surgimiento del peronismo como un movimiento nacionalista burgués, estuvo enmarcado en un contexto político internacional, aquí vamos a partir desde de la Segunda Guerra Mundial, esta confrontación entre imperialismos en el terreno bélico como continuación de la política, trajo consecuencias en la vida nacional.
Fundamentalmente, el ascenso del imperialismo norteamericano que presionaba a los países de América Latina a declarar la guerra a los países del Eje (Alemania, Italia y Japón). Esta presión imperial del norte, conllevó a la división de las clases dominantes en Argentina. “Los sectores tradicionales, terratenientes ganaderos, se aferraban al mantenimiento de la estructura económica existente con eje en la ligazón al imperialismo inglés, otros advertían la necesidad de acercarse al imperialismo norteamericano, sobre todo los grupos financieros y sectores industriales necesitados de renovación de maquinarias y equipos, además de los sectores cerealistas que venían limitado al mercado europeo” (1). Frente a esta lectura, podemos decir que el golpe de estado de 1943, del cual ascenderá la figura del gral. Perón, “evitó la imposición de los sectores más proclives a la entrada del país en la órbita estadounidense y, en términos estratégicos, actuó en procura de restaurar la unidad burguesa rota” (2). Entonces, el gobierno que surgió lo definimos como bonapartismo, donde una institución del Estado, en este caso el Ejército asume el poder, “encumbrándose” por encima de las clases, en medio de la división que había entre las clases dominantes y con la clara intención de sostener el sistema vigente. Finalmente, la presión yanqui y el desenvolvimiento de la contienda mundial, hizo que el gobierno dictatorial declare la guerra al Eje. A su vez Perón desde el lugar que ocupaba, la Secretaría de Trabajo y Previsión, irá obteniendo cada vez más influencia con su política hacia la clase obrera.
Situación política en Jujuy en las décadas del 30 y 40
Frente a la constitución del peronismo jujeño, es necesario conocer los años previos en cuanto a la existencia partidaria de las diversas tendencias que existían en la provincia. Partamos de la década del 30 para llegar hasta los años 40, cuando termina configurándose el movimiento del gral. Perón en Jujuy.
La UCR jujeña para los años 30, estaba dividida como en todo el país, entre los Yrigoyenistas y los antipersonalistas, los primeros tenían como líder a Miguel A. Tanco, con una fuerte llegada a los sectores populares y jugará un importante rol en la organización del peronismo en Jujuy. Los antipersonalistas, tenían como líder a Benjamín Villafañe, no solo estaba en contra de sus correligionarios Yrigoyenistas, también prestó servicios a la dictadura de Uriburu (1930), como director del Banco Hipotecario Nacional. Y acorde a los tiempos que corrían, “en los años de auge de las organizaciones nacionalistas paramilitares, se afilia a la Legión de Mayo, y preside el Consejo Directivo de la Legión Cívica Argentina en Jujuy (…) (3)”. Esta facción radical terminará uniendo sus filas con las huestes del viejo conservadurismo, éstos estarán comandados por el empresario azucarero del Ingenio Ledesma, Herminio Arrieta. De la fusión de conservadores y antipersonalistas, surgirá el “Partido Popular”. Este partido tiene el poder provincial durante toda la década del 30, ya que las abstenciones de los Yrigoyenistas y a su vez la persecución tenaz a esta fuerza política, garantizaban mantener el poder los conservadores.
Solo recién en marzo de 1940, volverán al poder los radicales Yrigoyenistas conquistando varias bancas en diputados provinciales, y colocando como gobernador a Raúl Bertrés, esta gestión radical colisionaba con el gobierno nacional, y a su vez con los intereses de los empresarios del azúcar, es así que el nuevo partido fundado por los conservadores, Partido Demócrata Nacional de Jujuy, dirigido por Herminio Arrieta, se oponen en la cámara de diputados de la provincia a las iniciativas radicales, hasta que el 30 de enero de 1942 el gobierno nacional decide la intervención federal de la provincia, política por la cual bregaban los partidarios de Arrieta. A un año de una nueva dictadura en Argentina, este era el panorama político en Jujuy. El golpe de Estado de junio de 1943 no sería uno más en la historia argentina, de él surgiría la figura del gral. Perón y el movimiento peronista, y Jujuy no estará ajeno a esta nueva situación.
El golpe de Estado de 1943, panorama sindical y políticas de Perón en Jujuy
Al iniciar la intervención militar en Jujuy a través del coronel Manuel A. Sueiro, los partidos fueron disueltos por decreto, ni el Partido Demócrata encabezado por el capitalista Herminio Arrieta queda a salvo. Inicia un periodo de persecución y control de los opositores al régimen dictatorial. Mientras que en el mundo obrero, el gobierno de facto entrará en escena mediante la Secretaría de Trabajo y Previsión, y para el caso de Jujuy lo hará por medio de la Delegación Regional de dicha Secretaría.
Los trabajadores jujeños para la década del 40 poseían diversas organizaciones sindicales, con la diferencia que los grandes centros obreros no estaban sindicalizados, como ser los ingenios azucareros y las minas. Estos conglomerados de trabajadores habían intentado organizarse, pero la férrea oposición de los conservadores en el gobierno lo habían impedido, es así que en “la década de 1930 las condiciones de trabajo en los ingenios jujeños no variarían sustancialmente, siendo frecuentes los reclamos que aludían a los pagos en especie y a lo excesivo de las jornadas de labor” (4). Y en la minera El Aguilar sucedía algo similar, pedían aumento salarial y reclamaban el “libre comercio”, que significaba rechazar el sistema de proveedurías, otra maniobra de estas empresas para mantener como rehenes a los trabajadores.
El gobierno de facto aplicará una política sindical a nivel nacional, mediante la Secretaría de Trabajo y Previsión que comandaba Perón. Por eso, esta institución estatal apoya a aquellos trabajadores que estaban sin organización sindical, y ayudan a mejorar algunas condiciones laborales. En Jujuy en “marzo de 1944, la Delegación Regional de Trabajo y Previsión había intervenido en 2.388 contratos de trabajo, poniendo énfasis en suprimir la inveterada práctica de los descuentos en los jornales por “anticipos” recibidos de los conchabadores” (5).
Otra forma de ganar poder en el terreno sindical por parte del régimen del 43, fue crear sindicatos paralelos y así desmantelar aquellos sectores que eran independientes a los propósitos del gobierno. En Jujuy esta política fue llevada adelante con diversos gremios, citemos tres ejemplos, del poderoso gremio de la construcción, a la par nació la Unión Obrera de la Construcción; frente a la Sociedad de Artes Gráficas, surge el Sindicato de Obreros Gráficos; y del antiguo sindicato de panaderos, aparece el nuevo Sindicato de Obreros Panaderos Unidos (6).
La intención de estos cambios en lo sindical era despojarse de la oposición obrera independiente, y ganar terreno en aquellos sectores que no tenían mucha experiencia. Veamos dos casos que grafican de cuerpo entero esta política, y que ayudará a constituirse en el movimiento obrero la fuerza peronista. Por un lado, octubre de 1945 los trabajadores de los aserraderos de la capital jujeña estaban en lucha, exigían aumento salarial y nuevas normas laborales, logran coordinar con el Sindicato de la Construcción, éstos eran independientes de la “tutela” de la Secretaría de Trabajo, ésta última ordena la represión, donde muere el obrero Enrique Espinoza, y a su vez, es detenido y deportado a Tucumán, el abogado Esteban Rey, que patrocinaba al sindicato de la construcción, y militaba en el Partido Socialista (7), también se reivindicaba trotskista, y en el año 1949 fue parte de la huelga azucarera, reprimida ferozmente por el primer gobierno peronista. Por otro lado, la política sindical de Perón era apoyar a que surjan nuevos sindicatos con un importante peso social, es el caso de sindicatos azucareros, éstos eran el sindicato Obreros Unidos del Ingenio Ledesma, el Centro de Obreros Unidos del Ingenio La Esperanza, la Unión Obreros del Ingenio Río Grande y el Sindicato de Obreros Unidos del Ingenio San Andrés.
Las acciones de la Delegación Regional de la Secretaría de Trabajo y Previsión en Jujuy constituían en la persecución a los dirigentes gremiales opositores, creación de sindicatos paralelos y el surgimiento de nuevos sindicatos, y a la par concedía importantes reivindicaciones a los trabajadores, como ser a los mineros y azucareros en Jujuy. Todo esto iba configurando una nueva subjetividad en los trabajadores y sectores populares, quedando reflejando en el 17 de octubre de 1945, donde el movimiento obrero mostró su fuerza social en las calles, sacando de la cárcel a Perón, y en defensa de las conquistas que habían conseguido. El Partido Laborista a nivel nacional, y en Jujuy como en todo el país, levantó la candidatura de Perón a presidente.
Las elecciones de 1946 y el peronismo en ascenso
Las fuerzas políticas al empezar el retiro de los golpistas, automáticamente se reorganizaron, y la nueva figura que había arrojado la movilización de masas del octubre del 45, Perón, tenía que competir en las urnas con la Unión Democrática, los integrantes eran los conservadores, la UCR, el Partido Comunista y los socialistas, y por el lado de las fuerzas que apoyan a Perón, estaban un sector disidente del radicalismo, y el Partido Laborista.
En Jujuy las fuerzas que iban a competir eran, el Partido Democrático Nacional (conservadores), la UCR, ligados a la Unión Democrática, a su vez el partido comunista; los socialistas jujeños también apoyan a este frente político, con la diferencia que llevaban candidatos legislativos nacionales propios. Y las fuerzas políticas que apoyaron al futuro partido peronista, eran los laboristas, con una fuerte impronta en los ferroviarios y los trabajadores azucareros y mineros, éstos llevaban su propio candidato al ejecutivo, sin haber llegado a un acuerdo en ese cargo, con el sector Yrigoyenista, que habían decidido romper con la UCR y apoyar al gral. Perón.
Los radicales Yrigoyenistas tenían a la figura de Miguel A. Tanco, con un importante alcance sobre los sectores populares del norte jujeño. El apoyo de estos radicales a Perón solo se explica por una larga “historia de atropellos y arbitrariedades que despertaba, entre los seguidores de Yrigoyen, hondos rencores (…) hacia el partido que encarnaba el poder de los magnates del azúcar” (8). Y si recordamos los dos años de gobierno de los militares junto a Perón, el blanco predilecto de éstos fueron los empresarios del azúcar a favor de los trabajadores, esto los acercaba a los Yrigoyenistas. Una vez efectuadas las elecciones en febrero de 1946, “el triunfo de las fuerzas tanquistas (peronista) fue realmente arrollador, siendo, de hecho, la única del país en donde los partidos antiperonistas no llevaron ni un solo representante a la legislatura.” (9) Habían conquistado la gobernación de la provincia, los dos diputados nacionales, dos senadores, uno de éstos era Tanco y 16 diputados provinciales, y los restantes 6 diputados, pertenecían al partido laborista, con estos números el triunfo electoral del peronismo jujeño era rotundo, y así iniciaba una nueva tradición política en Jujuy.
Consideraciones finales
A nivel nacional después de las elecciones de 1946, y con la llegada a la presidencia de Perón, comenzaba a configurarse un nuevo panorama en la realidad política. Los partidos tradicionales: el Conservador y la UCR, ya no representaban lo que habían sido en las décadas pasadas, porque ahora había nuevos realineamientos de clases, con un peso social importante en la escena nacional del proletariado. Lo destacado de este periodo, es el surgimiento del Partido Laborista, “asentado en los sindicatos, que constituyó un intento, aunque embrionario y efímero, de organización política autónoma de la clase obrera argentina”. Esta experiencia, no llegó a madurar, ya que Perón, “junto con una política social que incluía medidas largamente esperadas por el proletariado y los sectores populares, inició un proceso de estatización de las organizaciones sindicales. La destrucción del Partido Laborista y la integración de la burocracia sindical en el Partido Peronista fue la expresión de este proceso” (10).
En este sentido, el peronismo surgió apoyándose en la vieja estructura económica argentina y en oposición a la ofensiva del imperialismo norteamericano, y la vinculación al movimiento obrero a través de la política de la Secretaría de Trabajo y Previsión, fue la antesala de lo que desarrollará el peronismo en el poder. León Trotsky denominó a estos gobiernos como bonapartismo sui generis, en donde “el gobierno oscila entre el capital extranjero y el nacional, entre la relativamente débil burguesía nacional y el relativamente poderoso proletariado” (11). El régimen dictatorial del 43, les puso un freno a los conservadores, que eran los representantes de los empresarios azucareros y éstos estaban asociados al imperialismo yanqui, el responsable de la Secretaría de Trabajo y Previsión los contiene a través de la fuerza social de los trabajadores, a éstos les da cierta autonomía mediante la organización sindical, y cediendo medidas reivindicativas al movimiento obrero.
En Jujuy no fue diferente la situación política, la experiencia de la dictadura de 1943 encabezada por Perón, ayudó a reconfigurar las fuerzas político-sociales, es así que los Yrigoyenistas de Tanco pasaron sin ningún miramiento a las filas del peronismo, y los laboristas jujeños también fueron disueltos para terminar diluidos en el partido del General. Han pasado más de 72 años de la llegada al poder del peronismo, y los trabajadores no han podido constituir su propia herramienta política independiente a los intereses empresariales, algo que no pueden declamar los “peronismos” en estas siete décadas.
Notas:
1. Rojo, A; Luzuriaga, J; Moretti, W; Lotito, D: Cien años de historia obrera en la Argentina 1870-1969. Una visión marxista de los Orígenes a la Resistencia. Ediciones IPS. Bs. As. 2016. p. 292.
2. Ídem, p. 295.
3. Fleitas, María Silvia: El pensamiento político y económico de Benjamin Villafañe. UNJU-UNHIR. Jujuy. 1997. p. 16.
4. Kindgard, Adriana: Alianzas y enfrentamientos en los orígenes del peronismo jujeño. UNJU-UNHIR. Jujuy. 2001. p. 65.
5. Ídem, p. 71.
6. Ídem, p. 74.
7. Ídem, p. 73 y 74.
8. Kindgard, Adriana: ob. cit., p. 85.
9. Ídem, p. 98.
10. Rojo, A; Luzuriaga, J; Moretti, W; Lotito, D: ob. cit., p. 296.
11. Trotsky, León: Escritos Latinoamericanos. Ediciones CEIP “León Trotsky”. Bs. As. 2017. p. 170.