Según la STPS de Baja California, las empresas maquiladoras de la entidad no consiguen cubrir alrededor de 4 mil vacantes por lo que analizan una posible integración al mercado laboral de los migrantes que intentan cruzar el país.
Y es que miles de personas provenientes de Centroamérica continúan su camino por México por lo que se espera lleguen a Baja California y otros estados fronterizos en las próximas semanas. Mientras, una parte de la caravana ya se encuentra en la Ciudad de México a la espera de que continuar su trayecto rumbo a Estados Unidos, donde buscarán asilo humanitario.
Las opiniones aún están divididas. Kurt Honold Morales, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de Tijuana ha declarado que “Tijuana no está preparada para recibir a tanta gente" en referencia a la llegada de la caravana migrante a la frontera norte.
Al parecer los empresarios de la frontera norte se mantienen a la expectativa de la respuesta que de el presidente Donald Trump ante la caravana migrante, en cuanto a las relaciones económicas entre Estados Unidos y Baja California donde se encuentran empresas y megaproyectos con capital e inversión estadounidense, como es el caso de la construcción de la planta cervecera Constellation Brands en Mexicali.
Otra visión apunta a resarcir el déficit laboral que, según la Secretaría de Desarrollo Económico del Estado de Baja California existe con una desocupación del 2,68%, mientras que la rotación laboral (que ellos mismos propician) es de 5,5% según el último informe de la dependencia fechado en junio pasado, y que tiene como objetivo acatar los lineamientos de la última reforma laboral que legaliza la flexibilización laboral e impide a millones de trabajadores generar antigüedad dentro de un centro de trabajo.
¿Quienes ganan con la actual crisis migratoria de centroamericanos?
Así, los miles de migrantes provenientes de Centroamérica, en su mayoría hondureños, son la mejor opción para los intereses de los empresarios de la industria maquiladora. Esta no es la primera vez que los empresarios afilan las uñas ante una crisis humanitaria como la que vemos con el actual éxodo centroamericano; durante los años de 2015 y 2016 la patronal tijuanense vio en la crisis humanitaria una oportunidad para sobreexplotar a más de 12 mil migrantes haitianos y cubanos en su ciudad fronteriza, luego de que les fuera negado el asilo para ingresar a Estados Unidos. De esa cifra, sólo 3 mil migrantes en 2016 recibieron la visa de trabajo para ingresar a sectores de la máquila, construcción y servicios como producto de un acuerdo entre el Instintuto Nacional de Migración (INM) y las principales cámaras industriales para “facilitar la regularización y contratación a extranjeros en la planilla laboral”.
Tal crisis supuso –ante los ojos complacientes de los gobiernos federal y estatal– duras condiciones para los migrantes haitianos. Ellos enfrentaron escasos refugios y servicios médicos y permanecieron expuestos a la ola de violencia que azota el país con asaltos, trabajo esclavo, violaciones, extorsiones, e incluso muestras de racismo.
Ante la actual coyuntura migratoria el presidente de la Asociación de Industriales de la Mesa de Otay, Salvador Díaz, asegura que en el estado no hay un problema por la falta de empleo sino por el déficit de trabajadores que ayuden a las empresas a cumplir o incrementar el nivel de producción. “Las empresas hemos visto en los migrantes una opción para cumplir con nuestras metas de producción, porque si queremos continuar con la llegada de inversión estamos convencidos que entonces lo principal es no detener la capacidad de producir, y menos por falta de empleados, vengan de donde vengan”, advirtió.
Por una salida obrera e independiente que luche por plenos derechos sociales y políticos para los migrantes
La patronal del norte busca amoldar sus intereses con la actual crisis migratoria en México, y continuará buscando oportunidades y coincidencias con el actual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, quien durante el arranque de la caravana centroamericana aseguró que “el país tiene que dar cabida a las personas que huyen de sus países de origen por sus razones de pobreza o por inseguridad”, mientras Peña Nieto aseguraba que se “respetaría la integridad de los migrantes provenientes de Honduras”.
Sin embargo, los hechos desdicen los discursos. La caravana ha sido recibida con represión y hostigamiento permanente por parte de la Policía Federal y la Gendarmería quienes hacen redadas contra los migrantes para mantenerlos en centros de detención; los migrantes enfrentan la fragmentación de la caravana que propician las autoridades locales y el gobierno federal -cuyo saldo ha dejado más de 100 migrantes “desaparecidos”, la mayoría mujeres y niños– exponiéndolos a la delincuencia organizada, redes de trata y trabajo esclavo.
Por otra parte, la administración de López Obrador ha prometido la creación de un programa especial para ofrecer empleo a los migrantes con una visa de trabajo, que actualmente ya existe y cada año disminuye el registro de trabajadores centroamericanos. La Tarjeta de Visitante Trabajador Fronterizo (TVTF), es un programa actual del Instituto Nacional de Migración que permite que trabajadores de los países vecinos del sur puedan laborar en estados como Chiapas, Tabasco y Quintana Roo, región donde se concentrarán una parte de las llamadas Zonas Económicas Especiales (ZEE) de capital extranjero, los principales ingenios azucareros y el Proyecto Tren Turístico Transpeninsular o “Tren Maya”.
Es fundamental que las organizaciones sociales, de mujeres y de izquierda, así como agrupamientos de trabajadores y sindicatos que se reivindican democráticos hagan suyo el llamado para ampliar y extender la solidaridad efectiva con los migrantes centroamericanos.
Hay que denunciar las vejaciones de las que han sido blanco los hermanos centroamericanos y bregar por organizar un gran Encuentro Nacional que se proponga la lucha independiente por plenos derechos sociales y políticos; por acceso integral a educación, salud y trabajo a los migrantes y sus familias; por el derecho a la participación política y por la derogación del reaccionario artículo 33 de la Constitución Mexicana, que establece que los extranjeros residentes en México no pueden participar en los asuntos políticos del país. Así como la lucha en unidad entre trabajadores nativos o extranjeros en contra de la precarización y explotación laboral. |