Este jueves 15 de noviembre, López Obrador dio a conocer la conformación de su propio consejo empresarial, integrado por algunos de los hombres más ricos de México.

Según explicó, se reunirá cada dos o tres meses con Ricardo Salinas, Bernardo Gómez, Olegario Vázquez Aldir, Carlos Hank González, Daniel Chávez Morán, Miguel Rincón Arredondo, Sergio Gutiérrez y Miguel Alemán Magnani. Alfonso Romo, ex socio financiero de Pinochet y Salinas de Gortari, coordinará el nuevo consejo y a partir del 1 de diciembre será el jefe de la oficina de presidencia.

"Me quieren ayudar, me quieren dar sus puntos de vista, sus visiones, ayudarnos", afirmó el próximo presidente de México en un video publicado en las redes sociales. Planteó que estos millonarios ayudarán a México a encaminarse en la ruta del crecimiento económico. Claro, en la de la prosperidad de las grandes empresas beneficiadas con la aprobación de las reformas estructurales aprobadas a fines del gobierno del panista Felipe Calderón (la reforma laboral), y durante el sexenio del priista Peña Nieto, que está terminando (las reformas educativa y energética, entre otras).

"No deben preocuparse porque yo sé muy bien qué debe llevarse a cabo para ayudar a la gente más humilde. Vamos a atender a todos. Es un gobierno para ricos y para pobres", apuntó López Obrador, tal como lo anunció desde su campaña electoral.

Antes de asumir su gobierno, López Obrador busca consolidar una nueva relación con el poder empresarial, luego de la escaramuza con la consulta por la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y de la iniciativa legislativa de recortar las comisiones bancarias, presentada por Ricardo Monreal.

El anuncio de la constitución del Consejo empresarial es un guiño al gran capital para tratar de aquietar las aguas antes de asumir la presidencia. Pero desconcierta a las bases del Morena y posiblemente a buena parte de sus votantes porque por años había criticado a los grandes empresarios.

Quién es quién en el nuevo consejo empresarial

Bernardo Gómez, uno de los presidentes de Televisa, la televisora más importante de México, actualmente es responsable de los contenidos de los noticiarios y antes había sido encargado de las relaciones políticas de la televisora durante años. Y en 2006, cuando se dio uno de los fraudes electorales que más repudio generó, López Obrador había responsabilizado a ese emporio mediático del fraude.
Ricardo Salinas Pliego, otro integrante, encabeza ni más ni menos que el Grupo Salinas, que incluye bancos, motocicletas, tiendas de electrodomésticos, y Televisión Azteca.

Olegario Vázquez Aldir, por su parte, es hijo del poderoso Olegario Vázquez Raña, preside el Grupo Empresarial Ángeles, que tiene hospitales, hoteles, el banco Multiva y que en 2016, consiguió un canal de televisión abierta, con la que intenta competir a Azteca y Televisa.

Carlos Hank González, nieto de un exgobernador del Estado de México que fue líder del PRI, es presidente de Grupo Financiero Banorte, uno de los bancos más importantes de México, y presidente del consejo de administración de Gruma, una compañía de alimentación.

No se queda atrás Miguel Alemán Magnani -nieto del ex presidente de México Miguel Alemán Valdés (1946-1952), priista, e hijo de Miguel Alemán Velasco, ex gobernador de Veracruz y del mismo signo político- es fundador de la aerolínea Interjet y presidente del Grupo Alemán.

Daniel Chávez Morán es fundador de Vidanta, un grupo que se ha convertido en el desarrollador más importante de complejos hoteleros de lujo, campos de golf y bienes raíces en América Latina. El de perfil más discreto es Miguel Rincón Arredondo, propietario de la empresa, Bio Pappel, que domina más de 80% de la producción de cartón y papel en México, y posee 31 plantas industriales, algunas en el sur de EEUU.

Cierra el círculo empresarial que asesorará a López Obrador, Sergio Gutiérrez Muguerza, un empresario del estado de Nuevo León que preside Deacero y es conocido como "el rey del acero" por sus exportaciones a más de 20 naciones. Fue también presidente ejecutivo del Parque Fundidora, miembro del “Grupo de los 10”, miembro del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, miembro del Consejo Nacional Financiero Bancomer y la Udem, presidente de la Caintra e integrante del Consejo de TV Azteca, Farmacias del Ahorro y Banco de México.

Intereses irreconciliables

Contrario a lo que sostiene López Obrador, los intereses de los empresarios, que ponen su riqueza por encima del bienestar de la mayoría de la sociedad –por ejemplo, el despilfarro de recursos naturales del Grupo Vidanda, como en sus campos de golf– no se pueden conciliar con los intereses de las mayorías.

La creciente degradación de las condiciones de vida y de trabajo, como los bajos salarios y la subcontratación, que marcan a fuego las vidas de los de abajo no se terminarán con la “reconciliación nacional”, una utopía reaccionaria en la que sean compatibles los intereses de las trasnacionales, los empresarios y la clase trabajadora (¿y qué otra es “gobernar para los pobres y los ricos”?). No puede terminar de la mano de los poderosos, ni de la mano de políticos y funcionarios que vienen del PRI, del PAN, del PRD, y que se han sumado al próximo gobierno de López Obrador.

Para de verdad terminar con las reformas estructurales –la educativa, la energética, la laboral– es necesario enfrentar los intereses de los capitalistas y del imperialismo estadounidense. Una tarea que sólo pueden llevar a cabo la clase trabajadora y los sectores populares, con la movilización en las calles y métodos como el paro y la huelga. Desde el MTS impulsamos esta perspectiva, y ponemos todas nuestras fuerzas al servicio de eso.