La conclusión de la C.I.A. estaría basada en escuchas de llamadas del príncipe heredero interceptadas durante el día anterior al asesinato, y en llamadas realizadas por el comando que ejecutó el asesinato a un asesor del príncipe heredero. Este conjunto de comunicaciones respaldan la hipótesis de la C.I.A. que el férreo control ejercido por Mohammed bin Salman hace impensable que el asesinato pueda haber ocurrido sin su aprobación.
La afirmación de la C.I.A. contradice las declaraciones de Arabia Saudita, que buscó responsabilizar al círculo cercano al príncipe heredero con el fin de deslindar el involucramiento de bin Salman en los hechos.
Esta versión fue apoyada por Estados Unidos y Trump, que dijo que podría imponer algunas sanciones a Arabia Saudita por el asesinato del periodísta pero que de ninguna manera modificaría la alianza que mantiene con la monarquía.
El escándalo del truculento asesinato del periodista del The Washington Post en manos de su aliado explotó en las vísperas de las elecciones estadounidenses de medio término, donde los republicanos se jugaban el control de la Cámara baja, que finalmente perdieron, y Trump plebiscitaba su gobierno, en lo que tampoco le fue bien.
En una de las grabaciones a la que tuvo acceso la C.I.A., un miembro del comando que asesinó al periodista Jamal Khashoggi instó a un superior por teléfono a que "le dijera a su jefe" que los agentes habían cumplido su misión, lo que apuntaría al príncipe heredero Mohammed bin Salman de Arabia Saudí.
La grabación habría sido recopilada por la inteligencia turca y compartida con la agencia de inteligencia estadounidense poco después de que el periodista Jamal Kashoggi fuera asesinado el 2 de octubre en el consulado saudí.
El asesinato de Khashoggi desató una crisis geopolítica de magnitud, involucrando nada menos que a Estados Unidos, Arabia Saudita y Turquía. El presidente turco, tras las filtraciones, afirmó que la muerte de Khashoggi fue un “salvaje asesinato”, soplando el fuego que Trump y la monarquía buscaban ahogar.
Como analizaba oportunamente Claudia Cinatti, "El presidente turco parece tener un doble objetivo: recomponer la relación con Estados Unidos y ver si esto ayuda a salir de la crisis económica en la que está inmersa Turquía. Y meter una cuña en la alianza de Estados Unidos con Arabia Saudita, lo que quizás permitiría revivir las esperanzas de liderazgo regional del líder turco, seriamente cuestionadas por el giro reaccionario que tomó la región luego de la derrota de la ’primavera árabe’".
La grabación, que fue compartida con la C.I.A. el mes pasado, es vista por los miembros de la inteligencia estadounidense como una de las pruebas más sólidas que vincularían al Príncipe Mohammed con el asesinato de Khashoggi, a pesar de no haber sido mencionado por su nombre.
Agentes de inteligencia turcos creen que Maher Abdulaziz Mutreb, uno de los 15 saudíes que habrían sido enviados a Estambul para asesinar a Khashoggi y que es un oficial de seguridad que viajaba con frecuencia con el Príncipe Mohammed, era quien estaba hablando con uno de los ayudantes del Príncipe.
El Ejecutivo de Turquía confirmó este viernes que compartió con varios gobiernos, entre ellos el francés, grabaciones de audio y transcripciones relativas al asesinato del periodista. |