Paula Bach abrió la charla partiendo de un análisis de los niveles de crecimiento de los países centrales antes de la crisis y los niveles actuales. Luego de la crisis financiera y la posterior recesión en 2008-2009 que expuso múltiples contradicciones en la economía, tuvo lugar una débil recuperación. Se vio un crecimiento en estos países muy por debajo de los niveles anteriores, estos límites materiales que empeoraron las condiciones de vida de amplios sectores, posibilitaron el surgimiento de fenómenos como el triunfo de Donald Trump en EEUU, el Brexit y el ascenso de la ultra-derecha en Europa.
Destacó a China como una potencia económica que absorbió los efectos recesivos de la crisis internacional manteniendo una gran demanda de materias primas lo que benefició a los países periféricos por ejemplo Argentina y Brasil. Pero a partir de 2014 la economía china que funcionaba como "motor" entra en un proceso de desaceleración, en consecuencia las condiciones entre los países centrales y los periféricos tendieron a converger. Estos últimos sufren los embates de la crisis debido a la globalización de la economía mundial y a la imposibilidad del reformismo para dar una salida.
Por último señaló cómo la burguesía buscó salir de las distintas crisis por ejemplo en los 70’s y 90’s explotando nuevos mercados y con ataques hacia sectores obreros y lo comparó con la situación actual advirtiendo que la burguesía está buscando una salida y ya avanza con ataques hacia las masas como las reformas laborales y previsionales en paises de America y Europa pero la búsqueda de nuevos mercados es cada vez más acotada.
Luego Pablo Anino analizó la situación en Argentina donde el gobierno de Macri buscó un plan gradualista para aplicar el ajuste que exige el mercado y cómo la propia vulnerabilidad de la economía argentina echó por tierra esos planes ante la corrida bancaria de abril. El gobierno inició negociaciones con el FMI para mantener el flujo de dólares y dar estabilidad al frente económico pero el panorama internacional propició una nueva corrida bancaria lo que hizo que se acelerara el 2do acuerdo con el FMI y la imposición de políticas monetarias y cambiarias.
Ante este escenario planteó que hay que pensar una salida anticapitalista a la crisis que de respuesta a las principales necesidades de la población y profundizó en las propuestas del PTS-FIT sobre el no pago de la deuda que es una medida que debe ir acompañada de la nacionalización de la banca para que pueda atender a las necesidades sociales, evitar la fuga y la evasión de los capitalistas y el monopolio del comercio exterior. Son herramientas que puede contar el estado para controlar y dinamizar la economía.
¿Y qué fuerza va a llevar a cabo estas demandas? Así como quedó demostrado que no hay salida reformista posible a esta crisis, queda claro que la única perspectiva posible para que la crisis no la paguen los trabajadores, las mujeres y la juventud, es una perspectiva anticapitalista. Para que eso suceda es necesario una fuerza que una a la juventud que viene de un año de puras batallas plantandose contra el gobierno, la iglesia y la "oposición" por el derecho al aborto y tomando facultades, haciendo asambleas y una enorme marcha en defensa de la educación. Si esos jóvenes golpean sobre los trabajadores mostrando que se puede pelear, como están haciendo ahora trabajadores del Astillero, de Canale, de Siam y muchos más, sería una fuerza arrolladora que se podría plantear tirar abajo este ajuste. |