Podría decirse que todo comenzó en septiembre de 2018, cuando el Ministro de Economía, Nicolás Dujovne, anunció en la conferencia de prensa el retiro de los subsidios, desde la Nación, a las Empresas de Transporte. La decisión fue unilateral: gobernadores e intendentes se enteraron de la novedad por TV.
Un mes más tarde, en los primeros días de noviembre, el Gobierno de Alfredo Cornejo, aprobó los pliegos para la “concesión del servicio público regular del Área Metropolitana del Gran Mendoza”. El sistema otorgado por 10 años, se distribuiría en nueve grupos. Y se llamaría Mendotran.
Se la llevan los de siempre
Tanta renovación no alcanzó a los que siempre tallan en los negocios con el Estado. Los empresarios siguen siendo los mismos. Un puñado de seis familias que han hecho fortunas, desde la primera concesión otorgada por la Dictadura en 1978.
Empresa El Cacique, de la familia Pensalfine. Es indudable el peso de Pensalfine en Mendoza. Preside la cámara de empresarios de los micros (Autam) y a la par, desde el martes pasado, tiene más de 130 colectivos en circulación en Rosario, que también renovó su sistema de transporte en el comienzo de 2019.
Empresa Maipú, que está encabezada por la familia Estoco. Su cabeza es Luis Estoco, y su sobrino, Jorge Estoco es tesorero de Autam. Los Andes es la empresa de la familia Marchetta, Alejandro Marchetta es el secretario de Autam.
El Trapiche, de las familias Medina y Gasque. El representante de El Trapiche ante Autam es Víctor Hugo Gasque. Presidente Alvear, hace pocos años fue comprada por Julio Elmelaj, de la empresa Cata. La familia Crocceri hoy lleva adelante el servicio del grupo 5 de Mendotran. Por último, la Sociedad de Transporte Mendoza (STM), que es una Sociedad Anónima y que sus acciones deberían pertenecer al Estado Provincial.
Mendotran le da la posibilidad a estos empresarios de conformar una Unión Transitoria de Empresas (UTE), lo que significa que, además de los recorridos presentados por las empresas más acaudaladas, estos mismos empresarios, principalmente Pensalfine y Elmelaj, participan o le dan cabida a empresas más chicas.
Para estos empresarios Mendotran no es un trastorno, como lo es para los usuarios. Es un nuevo negocio exitoso ya que en 2018 recibieron del Gobierno provincial 736 millones de pesos, pero en este 2019, y gracias a Mendotran, y al aumento del boleto, recibirán $6.400 millones.
El pueblo como rehén
En el presupuesto provincial para el 2019, que el Gobernador Alfredo Cornejo aprobó en su escribanía de la calle Patricias Mendocinas y Sarmiento, en ocasiones usada como Legislatura Provincial, ya se preveía un incremento superior al 440 % en el Fondo Compensador de Contingencias del Transporte Público, lo que llegaba 4.006 millones.
Sumado al incremento de tarifas y a la cantidad de kilómetros recorridos, (nótese que los recorridos son mucho más largos), los dueños del transporte en Mendoza se repartirán $6.400 millones.
Cuando el Gobierno y estos empresarios se sientan a negociar, usan como excusa la necesidad del pueblo. Pero el verdadero interés está puesto en sostener el equilibrio de las finanzas. Esta es la razón por la cual, y dejando de lado al Mendotran y su aplicación, estas familias llevan cuatro décadas enriqueciéndose. Empresas que comenzaron con el esfuerzo de sus fundadores, que pegaron un gran salto durante la dictadura y que, gracias a la administración de los gobiernos radicales y peronistas de turno, a partir de la llegada de la democracia han crecido ostensiblemente, hasta monopolizar el servicio de transporte público de pasajeros en Mendoza.
No solo para imponer sus condiciones y hacer que Jaque, Cobos, Paco Pérez, o Cornejo, por nombrar a los últimos gobernadores, sean quienes desde la gestión política garanticen sus ganancias, sino también a usar al laburante, al pibe que estudia, al jubilado, como rehén.
Lo que hace a Mendotran diferente a otras concesiones, es que en esta ocasión es muy notorio, es desvergonzado, que el negocio está por encima de las necesidades del pueblo. Daría la impresión que alrededor de una mesa definieron las ganancias, un grupo de personas que nunca subieron a un colectivo y luego le tiraron un mapa al pibe Natalio Mema, Secretario de Servicios Públicos, para que dibuje los recorridos que justifiquen la rentabilidad. Resultado: un mamarracho.
Debut, fracaso y descontento popular
El sistema comenzó a regir el primer día hábil del 2019 y, como el conjunto de la sociedad preveía a excepción del Gobierno, no tardó ni medio día en demostrar la improvisación y la insensibilidad de un Gobierno anti obrero y anti popular como el de Cornejo. Una contundente realidad que se veía en las paradas de colectivos sin señalización y sin información, en donde trabajadores, madres con niños, y ancianos, esperaban al borde de un ataque de nervios poder llegar a sus destinos.
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El descontento y el malhumor fue creciendo y por la tarde se realizó una marcha por las calles de Mendoza, convocada por organizaciones sociales y partidos de Izquierda, debido al aumento del boleto, a la que se sumó la bronca por la incertidumbre, las demoras y las incomodidades de Mendotran que dejó a muchas zonas del Gran Mendoza, principalmente zonas marginales o barriadas populares, sin acceso a un colectivo. Los usuarios deben caminar hasta 7 u 8 cuadras para poder acceder viajar.
Las voces del Gobierno que salen a dar explicaciones parecen tomar al pueblo por ignorante o por estúpido. El abanico de respuestas que da Natalio Mema en los medios va desde la previsibilidad de una situación caótica, para la que el Gobierno estaba preparado, hasta trasladar la culpa a los usuarios por no haberse informado antes. Mientras que el mismo Gobernador Cornejo se victimizaba, tildando de injusta a la población que juzgaba al Mendotran con solo un día de aplicación.
Movilización y costo político
La fórmula de Cornejo para avanzar sobre los trabajadores fue siempre muy sencilla, exponerlos ante la opinión pública como los causantes de los males de los ciudadanos. Así despidió a trabajadores del Estado, diciendo que había muchos “ñoquis”; impuso el Item Aula a los docentes, diciendo que eran vagos que vivían de licencia; eliminó la Empresa de Troles, culpando al exceso de personal del déficit, por dar algunos ejemplos.
Con esta fórmula logro hacer que una porción de la sociedad aprobara estos avances sobre los laburantes, mientras al grueso de la misma le resultaba indiferente, y una parte se manifestara en solidaridad con los afectados por el Gobierno. Esto lo llevó, tanto a Cornejo como a sus funcionarios, a montarse en el caballo de la omnipotencia.
Pero, anteriormente a Mendotran, el Gobierno de la mano de Jaime Correas había tomado otra medida anti popular que enfureció a la comunidad mendocina: decidió adelantar el inicio de clases a los últimos días de febrero. El rechazo no se hizo esperar y la respuesta unificada desde el SUTE, los estudiantes -cada vez más organizados como actores políticos-, y los padres, hizo retroceder al gobierno ante la amenaza de masivas movilizaciones convocadas por estos sectores. Cornejo no quiso pagar el costo político, y dio marcha atrás al mejor estilo Mauricio Macri.
El caso de Mendotran el costo político es inevitable, no porque el Gobierno no pueda dar marcha atrás con su decisión, sino porque no va a tomar ninguna medida que afecte los intereses empresariales. Hablando de intereses empresariales, como será de beneficioso el negocio y de perjudicial para el pueblo, que se atrevieron, luego de la primer manifestación, a una demagógica semana de transporte gratuito para todos y todas, (Cristinismo en estado puro). Esta medida está pensada pura y exclusivamente para bajar el descontento del pueblo. Y se ve como darle un caramelo a un niño.
El pasado viernes, tercer día de Mendotran, se realizó una segunda marcha, esta vez con un escrache al Secretario Natalio Mema durante una entrevista en Noticiero 9. El descontento no bajó con pasajes gratis, y es porque el nuevo sistema es realmente malo. Ahora el Gobierno revisará el trazado de recorridos, luego de la segunda manifestación popular.
Luego de estas demostraciones, en las que la ciudadanía junto a organizaciones sociales y partidos políticos han puesto freno y retroceso a los planes de Cornejo, queda demostrado que el camino es la movilización popular. Muchos barrios quedan desamparados, sin acceso a colectivos, lo que va a representar un problema aún mayor, cuando comience el ciclo lectivo, y los niños queden expuestos a la inseguridad, como hoy lo están muchos trabajadores. Sin tener en cuenta los trasbordos que hay que realizar para llegar a los distintos destinos. Todo esto hay que hacérselo saber al Gobierno y a los empresarios, con los métodos de los sectores que salen a reclamar, como concentraciones en los controles y terminales de colectivos, piquetes y marchas multitudinarias.
Esta vez, en su afán de garantizar las ganancias de los empresarios de siempre, Cornejo sintiéndose infalible metió la pata. Acá no hay trabajadores luchando por separado. Acá, todo el pueblo trabajador en su conjunto está abiertamente perjudicado por el Gobierno de Mendoza. Todo el pueblo trabajador mendocino está dando respuesta y la seguirá dando. Y lo más importante: es una respuesta política a una decisión política que perjudica a las mayorías, en beneficio de los millonarios de siempre. |