Y el día llegó: pese a ser sólo un primer paso y a tener todavía algunas limitaciones, el fútbol de clubes jugado por mujeres tendrá un grado de profesionalización. Así lo anunció Claudio “chiqui” Tapia desde el predio que tiene en Ezeiza la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) acompañado en la mesa por Sergio Marchi, el titular de Futbolistas Argentinos Agremiados, en un encuentro al que asistieron presidentes de los clubes que participan de los actuales campeonatos de fútbol femenino junto a delegados y capitanas de sus respectivos planteles, entre otras autoridades de AFA.
El anuncio en concreto es la asignación de entre 8 y 11 contratos mensuales para las futbolistas de cada uno de los 16 planteles que conforman la actual Primera División femenina. Por otra parte, en el aspecto tal vez más positivo, se confirmó que todas las jugadoras de esos clubes contarán con obra social y atención médica.
El compromiso de AFA es aportar $ 120 mil por mes a cada uno de esos clubes, con lo cual el ingreso que correspondería por ejemplo a cada una de 11 jugadoras sería de menos de $ 11 mil, por debajo de los $ 12.500 que componen el actual salario mínimo, vital y móvil. Por otro lado, un plantel profesional de fútbol se conforma en promedio con al menos 23 personas entre titulares y suplentes: la remuneración sería solamente para la mitad de un plantel. ¿A qué jugadoras rentar y a cuáles no? Sería un dilema extra para clubes y cuerpos técnicos. Ni hablar de que existe todo un universo de fútbol femenino que queda afuera: los clubes que todavía no militan en la máxima categoría y aquellos que desarrollan el fútbol femenino pero que no tienen plantel masculino o que ni siquiera están afiliados a la AFA (teniendo en cuenta lo dificultoso que es conseguir la afiliación para clubes nuevos).
Todos estos datos develan que en la realidad se trata de un primer paso: más bien una semi profesionalización. Pero al anuncio ya es en sí mismo un triunfo y un reconocimiento, y preanuncia un futuro para el fútbol femenino, que tiene en futbolistas, periodistas y simpatizantes varias (y varios) la garantía de reclamo por alcanzar un estatus más sólido.
Pese a que la voz cantante la llevó el Presidente de la institución de la calle Viamonte, en redes sociales y en el ámbito futbolístico en general, el principal reconocimiento y los aplausos se dirigieron hacia una protagonista central: Macarena Sánchez, la jugadora de UAI Urquiza (el club más fuerte a nivel fútbol femenino) que desató el reclamo de profesionalización a partir del anuncio del club de que ya no la tendría en cuenta para el primer equipo.
Pese a que la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA) está embarcada en darle impulso al desarrollo del fútbol femenino –sobre todo a partir de la llegada de Gianni Infantino- porque ve un nicho de negocios a futuro en esta actividad, lo que explica a su vez la buena predisposición que pasaron a mostrar en AFA, en un sentido este primer logro es producto de un fenómeno más profundo: el masivo movimiento de mujeres que desde 2015 se desarrolla en la Argentina (y en el mundo) y que tuvo hitos en los reclamos de #NiUnaMenos y por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito (no casualmente causas con las que están muy identificadas las principales impulsoras de la profesionalización del fútbol como Macarena Sánchez y muchas jugadoras y periodistas). Este primer logro es claramente percibido como un eco de ese movimiento en el tan machista ambiente del fútbol argentino. Pero “las pibas” se fueron haciendo lugar a pelotazos. |