La manifestación del pasado 16 de marzo en Madrid fue convocada por más de sesenta colectivos contra el juicio del procés y para dejar claro que “el derecho a decidir no es delito”. Participaron representantes de la ANC, Omnium, la Generalitat, así como decenas de colectivos solidarios de todo el Estado como las Marchas de la Dignidad, el SAT de Andalucía, los jóvenes universitarios de los referendos sobre la monarquía, la CUP y muchos otros.
Sin embargo, ¿dónde estaban IU y Podemos? En sus propios actos preelectorales. ¿A qué esperan Podemos e IU para sumarse abiertamente a los actos de protesta? ¿Volverán a hacer "esconder la cabeza” como hicieron durante la aplicación del 155 en 2017?
Unidos Podemos ha dado un salto en la integración en el régimen como socio del PSOE por izquierda, trabajando para apuntalar un proyecto que en ningún caso augura una resolución progresiva de las demandas democráticas y sociales que subyacen a la crisis del régimen por abajo.
Mientras, asistimos a un juicio contra los presos políticos catalanes, en un proceso plagado de irregularidades, testimonios delirantes y que parece haber dictado sentencia antes de haber empezado. Este juicio se erige como un ataque contra los derechos y las libertades democráticas, no solo de los acusados y contra el pueblo catalán, sino como un aviso a quien salga de los estrechos márgenes del Régimen del 78.
La fiscalía pide para Junqueras, Forcadell, Turull, Forn, Romeva, Rull, Bassa, Borràs, Mundó, Cuixart y Sànchez, que ya llevan un año en prisión preventiva, una suma de más de 200 años de cárcel acusados de rebelión y sedición por haber sacado las urnas a la calle en el referéndum del 1-O y por las movilizaciones por el derecho a decidir.
La fiscalía, el gobierno, la corona y VOX como acusación popular se posicionan mano a mano contra el derecho a decidir. Así, queda en evidencia que la extrema derecha racista, machista, neoliberal y anti-catalana, y el resto de agentes del régimen están en la misma barrera cuando se trata de reprimir y mantener el statu quo pasando por encima de los sectores populares apoyándose en una Constitución impuesta desde hace 40 años.
Por su parte, Unidos Podemos conforma un aparato con 70 diputados, cientos de cargos públicos, que cogobierna las principales ciudades del Estado… pero que no “mueve ficha” por fuera del Régimen. No olvidemos que, tras las elecciones en Andalucía, el mismo Pablo Iglesias llamó a Cs a sumarse a un acuerdo de investidura para que Susana Díaz no perdiera la presidencia.
Para comprender esta postura es vital tener en cuenta el rol de “pata izquierda” del PCE-IU del Régimen del 78 desde su creación, momento en el que la amnistía que sacó de la cárcel a sus dirigentes a cambio de perdonar los crímenes del franquismo, dejar otros presos políticos y sociales entre rejas y garantizar la paz social. Entre los ecos de ese PCE llegan las declaraciones contra el derecho de autodeterminación de los históricos del PCE Nicolás Sartorius y Francisco Frutos.
Aunque Izquierda Unida y también Podemos y los “comunes” han criticado el 155, al mismo tiempo que se han negado a reconocer el resultado del 1-O y la república catalana, a convocar movilización alguna contra la represión o a romper los pactos con los socialistas.
Incluso, las palabras de quienes se han posicionado por la libertad de los presos políticos calificados como tal, para ser creíbles, deberían ir seguidas de la convocatoria a movilizaciones en todo el Estado y paros y medidas de fuerza en todos los centros de trabajo, una línea política que no van a llevar adelante ni las direcciones burocráticas de CCOO y UGT, ni las direcciones reformistas de Podemos.
Quienes defendían un referéndum con garantías buscando una legalidad imposible en este Régimen, no reconocen la voluntad del pueblo catalán expresada el 1-O. Su denuncia al 155 se ha quedado en meras declaraciones, sin llamar ni a una sola movilización. Es por ello que las movilizaciones contra el juicio y por la libertad de los presos políticos deben ser tomadas por el conjunto de la izquierda y los sectores democráticos de todo el Estado.
Es urgente poner en pie un gran movimiento contra la represión en todo el Estado, que demostró su fuerza en la manifestación en Madrid el pasado 16 de marzo. Y para ello es vital la construcción de una izquierda anticapitalista que defienda el derecho de autodeterminación, el fin de la Corona, de la impunidad, de las leyes liberticidas, la libertad de todos los presos políticos y encausados por luchar, el fin de todos los privilegios de la casta política, de la casta judicial patriarcal al servicio de la banca y la ofensiva represiva... y que a su vez combata por un programa para dar respuesta a los grandes problemas sociales que le haga pagar todos los costos a los grandes capitalistas. |