Es la segunda condena en menos de un año. La Justicia de San Francisco determinó que Roundup, compuesto por glifosato, fue uno de los factores para que Edwin Hardeman desarrollara cáncer.
Jurado federal de San Francisco determinó que el tristemente célebre pesticida fue un factor importante para que Edwin Hardeman, de 70 años, desarrollara un linfoma no Hodgkin, un tipo de cáncer que afecta al sistema inmunológico.
No es la primera condena ni será la última. El año pasado el gigante de los pesticidas, ahora propiedad de Bayer, fue hallado culpable por causar el mismo tipo de cáncer a Dewayne Johnson, un jardinero escolar de 47 años. Se trató del primer caso en relacionar cáncer con glifosato. La multinacional agroquímica Monsanto fue condenada a pagar 289,2 millones de dólares. En la actualidad, se enfrenta a miles de demandas de víctimas con cáncer en Estados Unidos.
Monsanto "ha colocado un producto inseguro en el mercado, ha manipulado la ciencia y la opinión pública y ha engañado a las personas para que crean que el Roundup es seguro", sostuvo Jennifer Moore, una de las abogadas de Hardeman, tras la sentencia. Lo que sigue es una nueva etapa del juicio, en el que la multinacional deberá probar que desconocía la potencialidad cancerígena del glifosato (uno de los componentes del Roundup), que Hardeman utilizó durante décadas para despejar malezas en sus propiedades.
Bayer, que ahora responde por Monsanto, rechaza el fallo y asegura que "la evidencia en la fase dos mostrará que la conducta de Monsanto ha sido apropiada y que la compañía no debería ser responsabilizada por el cáncer del señor Hardeman". Como en el caso de Dewayne Johnson, la evidencia de su desprecio por la vida y su irresponsabilidad dicen lo contrario.
En Argentina, en tanto, "el costo humano humano de los agrotóxicos" fue retratado por el fotógrafo Pablo Piovano, quien recorrió Entre Ríos, Chaco y Misiones fotografiando el efecto devastador en la salud de habitantes de zonas rurales y pueblos ubicados muy cerca de las zonas de fumigación. El año pasado la acción de organizaciones civiles y ambientalistas logró que mediante ordenanza del Consejo Municipal de Santa Fe se prohíba la utilización y aplicación de glifosato en dicha ciudad, algo que María Eugenia Vidal había autorizado incluso en inmediaciones de escuelas en la provincia de Buenos Aires y que debió suspender ante el enorme rechazo popular que generó.